Sábado 29 de abril, Ámsterdam. Las calles se tiñen del negro de las camisetas de Metallica, un uniforme compartido por locales y turistas que deambulan entre los canales de la ciudad.

Era la segunda noche del “M72 World Tour”, una gira que brinda a distintas ciudades europeas la oportunidad de ver dos veces a la banda tocando repertorios totalmente distintos. Tanto para los que estuvieron en el show anterior, como para los fans que se estrenaban esa misma jornada, parte del misterio ya había sido desvelado; canciones tan épicas como “Master Of Puppets” o “Fade To Black” no volverían a sonar.

Aparte de la ingeniosa idea del cambio de setlist -quizás en cuanto a marketing se refiere, más que como mejora del espectáculo en sí-, otras novedades como el escenario, por su forma, disposición y uso, prometían una nueva manera de ver a Metallica incluso para sus seguidores más veteranos.

Los horrores de Ice Nine Kills

No, por horror no nos referimos a la banda ni a la calidad de su actuación. Cabe decir que no es la primera vez que se ha cuestionado la elección de los teloneros para una gira de Metallica y que no había mucho entusiasmo sobre la presencia de Ice Nine Kills en el escenario. Treinta minutos de reloj tuvieron los de Boston para impresionar al público, y lo lograron. Para bien o para mal, todas las miradas se posaban en ellos que, vestidos de esmoquin -pajaritas incluidas-, desmembraban (y nunca mejor dicho) su repertorio en su ya habitual sangriento show.

Abrieron con “Savages” y, a medida que fueron pasando por “Welcome To Horrorland” y “Ex-Mortis”, se vio pavonearse al excéntrico Spencer Charnas entre motosierras, hachas y cuerpos mutilados. Poco después, las garras de Freddie Krueger destripaban “The American Nightmare” para dejar paso a la segunda actuación de la noche.

¡Pobre, pobre Floor!

A la buena de Floor Jansen se le vino encima la sustitución de Five Finger Death Punch, caídos del cartel a escasos días del evento. No hace falta comentar el cambio abismal entre los estilos musicales de ambas formaciones, pero a pesar de esta obviedad, el público pensó en darle una oportunidad. Al fin y al cabo, Jansen es una gran profesional, ¿qué podría ir mal?

Floor Jansen (Foto: Beckflash)

Sonriente como siempre y acompañada de sus músicos, el estadio entero vibró al son de temas propios como “Fire” o “Invincible”, pero también de adaptaciones de canciones rescatadas de su pasado como vocalista de Northward y de After Forever. Asimismo, tomó prestado de Nightwish “Our Decades In The Sun” e hizo una tan impecable como fuera de lugar versión de “Euphoria”, canción salida de Eurovision en 2012. La artista, que distribuyó su tiempo dando vueltas por el escenario, sin prisa y tratando de conectar con la audiencia, y se entregó en cuerpo y alma a dar lo mejor de sí sin dejar que su ya avanzado embarazo le privara de gozar de la actuación.

En cuanto al público, eso es otro tema. Qué pena tan grande, a decir verdad, cuando un público se rinde al aburrimiento. Pasar de tener todos los sentidos alerta con el concierto anterior a las suaves melodías de la neerlandesa suponía un auténtico riesgo. Gran parte del fandom de Metallica cumple con el perfil de seguidor entregado, el mismo que horas antes de la apertura de puertas ya está haciendo cola y que, una vez dentro, soporta férreamente las horas de espera restantes antes de poder ver, por fin, a su querida banda.

Con esto, en el estadio del Ajax abundaban caras soñolientas, bostezos, gente que pasaba el rato con el móvil o que, simplemente, preferían admirar la infraestructura de cables y pantallas ante sí y meditar quién sabe qué. No se sabe qué pensó Floor Jansen ante tal panorama, aunque es imposible que le pasara inadvertido. Por parte de los presentes, en cada tenue aplauso resonaba un sentimiento de compasión y de disculpas. Cantante y público, todos hicieron lo que pudieron.

Metallica, de estreno

El concierto de Metallica en Amsterdam siguió su ritual habitual con “It’s a Long Way To The Top (If You Wanna Rock ‘N’ Roll)” de AC/DC para calentar motores y seguidamente “The Ecstasy Of Gold” de Ennio Morricone. Puesto que en la primera noche del tour arrancaron con “Orion”, era de esperar que su llegada al escenario fuera con una canción instrumental. Y así fue. “The Call Of Ktulu” se convirtió en la entrada perfecta a un setlist bastante inusual, vestido con temas que llevaban un largo tiempo sin ver la luz. Tal es el caso de “Until It Sleeps”, que no sonaba desde 2008. Además, tocaron por primera vez canciones de su nuevo disco como la homónima “72 Seasons”, “If Darkness Had A Son” o “You Must Burn!”.

Metallica (Foto: Brett Murray)

Respecto a su nuevo lanzamiento, parece que la superstición tan arraigada en el mundo del teatro alrededor del color amarillo y al supuesto mal fario que trae intimida bien poco a Metallica. La actuación estaba personalizada por doquier con el estridente color y diversos elementos de ‘72 Seasons’, estos visibles en las nuevas guitarras de Hetfield, en los detalles de los micrófonos o en las cuatro baterías de Lars Ulrich, por ejemplo. En esta gira, el danés tiene planes de cambiar de ubicación dentro de lo que en esta casa ya bautizamos como “donut”. Los desplazamientos de Ulrich permitieron que varios sectores del público sintieran la proximidad de los músicos al menos durante una porción del espectáculo.

Metallica (Foto: Brett Murray)

A propósito del escenario circular, quedó clara su inmensidad, igual que su gran capacidad para engullir a esos que se encontraban dentro del Snake Pit. Tiene sus puntos a favor en lo que respecta a la movilidad de los músicos, pero tiene bastantes más en contra por su dudosa visibilidad. El máximo inconveniente fue que cuando los músicos dedicaban los temas en el punto opuesto del “rosco”, apenas se apreciaban sus figuras en el horizonte de la misma estructura. Metallica ya puso a prueba un escenario central similar durante los años en las giras que comenzaron en 2013 y 2017, pero no era nada comparado a este innovador diseño. Falta por ver cómo se desarrollarán el resto de fechas de esta gira para conocer las impresiones del resto de gente en distintos países.

Metallica (Foto: Jeff Yeager)

Volviendo a la banda y, en concreto, a su otro miembro fundador, se notó a James Hetfield más en forma que de costumbre en lo que a la voz se refiere sediento de actuar en directo y con ese despliegue de actitud tan particular. Vociferando aquí y allá, regaló un “Harvester Of Sorrow” de campeonato y, cuando parecía que la temperatura no podía subir más, los fogonazos de “Moth Into Flame” lo superaron.

Metallica (Foto: Jeff Yeager)

Hetfield se salía con su papel de frontman, pero no hay modo de ocultar los gazapos perpetrados en “Whiskey In The Jar”. Un lapsus tras otro dejaron la canción patas arriba y con el público dudoso acerca de cuál sería la siguiente estrofa disponible para cantar. Más allá de ser profesionales, los miembros de Metallica son humanos y, como tales, también se equivocan (algo que no sucede ni por primera ni por última en sus filas). A veces la gracia está en la imperfección, ¿no?.

Metallica (Foto: Jeff Yeager)

Metallica se despidió con “One” y “Enter Sandman”, no sin antes propinar una lluvia de púas a las primeras filas de dentro y fuera del escenario que, en comparación con la gira anterior, fue escueta. No ha pasado ni un año desde que la banda despedía su gira europea y ya están de vuelta a por más. Todavía queda mucho “M72 World Tour” por hacer y repertorios para sorprender.

Metallica (Foto: Jeff Yeager)

Marina Salcedo

Promotor:Live Nation

Día:2023-04-29

Hora:18:00

Sala:Johan Cruijff Arena

Ciudad:Amsterdam

Teloneros:Floor Jansen, Ice Nine Kills

Puntuación:9