Mark Knopfler: el sultán volvió a reinar en Los Califas ¿por última vez?
Los artistas y grupos hacen cientos o miles de conciertos a lo largo de su carrera, pero cuando dejan huella y queda su presencia perpetua en una ciudad, se convierte en histórico. Para celebrar el 30º aniversario del festival de la guitarra de Córdoba en 2010, la organización le concedió el protagonismo a Mark Knopfler.
Ese concierto quedó grabado a fuego en la memoria de los presentes y desde entonces se espera su revalida. No es que el guitarrista de Glasgow haya estado ausente en Andalucía durante mucho tiempo. En la última década también se recuerdan sus show en Málaga en 2013 o en Sevilla en 2015, pero es justo reconocer que la ciudad del Califato ha sido especial para el sultán escocés. Y en esta ocasión no iba a ser menos.
Días atrás, tanto en Barcelona como en Valencia, Mark Knopfler daba a entender que se despedía, que esta sería su última gira, que era demasiado viajo para continuar. Pocas dobles lecturas pueden tener sus palabras dado su carácter directo y sincero. Pero es algo que sorprende. Está claro que no va a volver a llenar Wembley doce noches seguidas, pero sus fans siguen pensando que todavía tiene mucho que ofrecer.
Es inevitable que al conocer la noticia el evento tome un aire nostálgico. Que presente tal o cual disco, o que incluya en su set canciones que hace lustros que no interpreta en directo, pasa a un segundo plano. Tocaba disfrutarlo y vivirlo, y sentirse afortunado por asistir a un show de su recién comenzada gira mundial “Down the Road Wherever”. Sin teloneros, a pecho descubierto. El público respondió a la llamada y a pesar de ser lunes, la plaza de toros de Los Califas presentaba una entrada espectacular. Muy cerca del lleno absoluto. La emoción y los nervios se palpaban en el ambiente, y los minutos de retraso sobre la hora marcada provocaban los silbidos y los gritos de sus seguidores.
Su carrera en solitario acompañada de recuerdos a Dire Straits
Con algo de sobriedad pero con decisión, arrancaron con “Nobody Does That” de su última y novena entrega en solitario. Calentamiento puro y duro reforzado por “Corned Beef City” y una esperada “Sailing To Philadelphia” con la que nos invitaba a viajar por varios rincones del mundo durante toda la velada. La arena y la grada de Los Califas rugió cuando sonaron las primeras notas de “Once Upon a Time in the West” seguida de la archiconocida “Romeo And Juliet”.
Fueron las primeras canciones que rememoraba de Dire Straits y que hizo brotar los oé de todos los presentes. Knopfler estaba escoltado por 10 músicos (esas personas anónimas a las que nunca se les reconoce de forma justa) que sacaban a lucir todo tipo de instrumentos para redondear unas canciones que dejaban un halo de magia en cada interpretación. Pero el escocés siempre deja claro que no quiere vivir de las rentas, y siguió presentando su nueva entrega con “My Bacon Roll” y “Matchstick Man”. Serían los últimos temas que luciría de su más reciente álbum, antes de picotear en su carrera desempolvando muchas perlas.
Las imágenes de costas escocesas y tabernas irlandesas volvieron a nuestra mente con “Done with Bonaparte”. Canción de su primer disco en solitario “Golden Heart” con el que marcó las diferencias sónicas a su pasado con Dire Straits. Mark Knopfler abrazó el blues, el folk, el jazz y todo lo que le venía en gana dentro de su rock personal e intransferible. Y así, hasta el día de hoy. “Heart Full of Holes” y “She’s Gone” (de la banda sonora de Metroland) llenaron un espacio relajado en el que el británico propagó su amor por la guitarra y aludió a las bondades artísticas de Córdoba (aunque Vicente Amigo es sevillano, Mark).
El sensual saxo de “Your Latest Trick” provocó otra sonara ovación entre el público, como cada vez que se escuchaba una canción de Dire Straits. Pero no hay que desmerecer ni mucho menos sus temas en solitario, y “Silvertown Blues” fue la muestra de ello. Puso una nota de color y olor latinoamericano con “Postcards from Paraguay” que agradó al respetable, antes de volver a recordar sus inicios con el tema título del último disco de Dire Straits, “On Every Street”.
Guitarrista y compositor ante todo
Una enorme “Speedway at Nazareth” indicaba el final del recorrido. No sin antes ser testigos de varios momentos memorables. Es la típica canción en la que Knopfler demuestra ser un gran corredor de fondo. Primero avanza lento, después alcanza la velocidad de velero y finaliza con un soberbio sprint para ganar la carrera. Pero si el asombro al terminar esta interpretación fue generaliza, todavía faltaba lo mejor.
Destapó el tarro de las esencias con “Telegraph Road”. Sí; esa canción de casi 15 minutos con la que Dire Straits rompieron esquemas abriendo su exitoso “Love Over Gold”. El final fue de infarto, creando una intensidad inédita en toda la noche marcada por su guitarra y su peculiar manera de tocar sin púa. Las onomatopeyas salían de las gargantas de los asistentes y retumbaban en la plaza de toros. Cuánto vale dos notas de la guitarra de Mark Knopfler.
La numerosa banda y el propio protagonista se marchaban del escenario antes de dar paso a los bises. Son muchas las canciones candidatas a cerrar un gran concierto, pero volvió a darle al público lo que quería. No fue “Sultans of Swing” como venían reclamando casi dese el inicio del show. La elegida fue una magnífica “Money for Nothing”
Volvieron a abandonar el escenario, pero no se movía ni un alma con la esperanza de vivir un final apoteósico. “Going Home”, tema principal de la banda sonora de la película “Local Hero” puso el broche de oro a un concierto que volverá a recordarse durante muchos años. Por sus canciones y porque quizás sea la última vez que la voz susurrante de Mark Knopfler suene por estos lares. Si este es el final del camino, gracias por todo. Se te echará de menos.
Texto y fotos: Satur Romero
Promotor:Riff Producciones
Día:2019-04-29
Hora:21:00
Sala:Plaza de Toros Los Califas
Ciudad:Córdoba
Puntuación:9
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