La séptima edición del festival ubicado en la sala But en Madrid resplandeció en oscuridad y emociones desbordantes junto a grandes voces y un público dedicado, donde Alcest y Paradise Lost capitanearon jornadas repletas de bandas brillantes, durante los días 6 y 7 de diciembre.

En el transcurso de dos intensos días plagados de talentosas bandas, los pocos grados exteriores no enfriaron las almas de los asistentes a la séptima edición del Madrid Is The Dark, festival por excelencia de doom y gothic metal en el país. Las bandas que comandaron el escenario de la sala But en Madrid, que alcanzó el sold out para el festival, fueron Alcest y Paradise Lost, representando la variedad de géneros afines presentes. Pero desde luego se hace imposible olvidar esos nombres más pequeños que realmente se comieron el escenario, y que fueron un descubrimiento para más de uno: directos tan logrados como Hamferð y Darkher resultaron verdaderamente inspiradores.

Público Madrid Is The Dark (Foto: Jesús Martínez)

Pero a pesar de todos los momentos conmovedores, también hubo alguna que otra decepción. Desgraciadamente, la ausencia de los escoceses Saor hizo mella una vez más es sus fans, que se vieron obligados a alargar la espera para su visita una vez más. Debido a una cancelación de vuelos de última hora, la banda se vio obligada de nuevo a anular su actuación en el país por segunda vez este año: el pasado febrero cancelaron sus tres actuaciones en la península debido a la caída de la fecha en Zaragoza.

Borknagar (Foto: Jesús Martínez)

Aun así, las demás bandas compensaron perfectamente estas desafortunadas circunstancias. Desde luego, el plato fuerte de las dos jornadas fueron las grandes voces melódicas perfectas en su particularidad, aunque los acabados guturales profundos y únicos no se quedaron atrás. La buena sonorización de la sala apoyaba dichas proezas vocales y también las instrumentales en la mayoría de las actuaciones, conllevando pocos problemas técnicos a lo largo del festival, y los complejos juegos de luces se fusionaban perfectamente con las proyecciones de la parte trasera a del escenario, que se agitaban al son de la música y sumergían al público en atmosferas sensoriales únicas para cada banda.

Viernes 6: el inicio de la oscuridad

Debido a la falta de la banda de black atmosférico Saor, las otras bandas que actuaban el mismo día compensaron el vacío alargando ligeramente sus setlists, además de aumentar el tiempo de pausa entre actuaciones. Los catalanes Obsidian Kingdom fueron los primeros en el escenario madrileño, con su particular post-metal con grandes influencias progresivas. La voz melódica rasgada del vocalista sobresalía bastante nítidamente sobre los demás instrumentos, que desgraciadamente se entremezclaban levemente con el bombo más bien borroso, probablemente por un exceso de graves. Aun así, las disonancias destacaron junto la energía de la voz, acompañadas por luces dinámicas de tonos rojizos y blancos.

Obsidian Kingdom (Foto: Kaisla Virtanen)

A estos los siguieron Hamferð, banda de origen feroés con a penas dos álbumes a sus espaldas, que aparecieron en el escenario elegantemente vestidos para postrarse en su sitio y mantener el porte majestuosamente. A diferencia de sus antecesores, la formación disfrutó de un sonido impoluto, que dejaba pasar las suaves melodías que emitía melancólicamente el vocalista, y en contraposición, su profundo gutural.

Los tempos largos y dramáticos propios del doom, la compleja iluminación más bien oscura y los músicos manteniendo la compostura ante un cantante increíblemente expresivo crearon una atmósfera hipnótica difícil de evitar, que concedía a la banda un carácter solemne, casi ritual.

Hamferd (Foto: Kaisla Virtanen)

Toda la solemnidad acumulada desapareció con la subida al escenario de los veteranos del doom death melódico Daylight Dies, que con un inicio bastante más agresivo aportó un punto más groovie al panorama festivalero que venía dándose.

Daylight Dies (Foto: Kaisla Virtanen)

Acompañado de unas luces dinámicas tratadas esta vez con más sencillez, el sonido jugó a favor de la formación estadounidense siguiendo la dinámica general de la jornada, para favorecer la intensidad de la continuidad que caracteriza su estilo en forma de partes instrumentales como los solos de guitarra, cortos pero efectivos. La banda ofreció una actuación potente y en constante movimiento -sobre todo el bajista, Egan O’Rourke-, además de interactuar seguidamente con el público.

Sentimientos encontrados al final de la jornada

Las bandas esperadas de la noche estaban a punto de empezar, y Vortex, vocalista de la formación noruega Borknagar, aumentó el anhelo del público en las pruebas de sonido versionando nada más y nada menos que Wardruna. Muy a su pesar, las expectativas que causó no se acabaron de cumplir. La banda hacía poco más de dos meses que había sacado su nuevo trabajo, ‘True North’, que prometía mucho para el futuro, y era la primera vez que lo tocaban en directo en Europa. Desgraciadamente, el vocalista se vino arriba con sus promesas, y no llegó a consumarlas: las constantes idas de tono resultaron en algunos fans desencantados.

Borknagar (Foto: Kaisla Virtanen)

Aun así, nuevos cortos como “Up North” o “The Fire That Burns” explotaron en coros por parte del público, que ovacionó fervientemente a la banda. Además de estos más recientes, como también el anterior trabajo ‘Winter Thrice’, añadieron al setlist también temas de los inicios de la banda, antes de ausentarse Vortex, como ‘The Archaic Course’, considerado uno de los mejores de la banda, como “Universal” o “Oceans Rise”, o “Colossus”.

Borknagar (Foto: Jesús Martínez)

Y por fin llegó una de las bandas más emotivas del festival, que llevaría al llanto a varios de los asistentes: los franceses Alcest, también con su nuevo trabajo ‘Spiritual Instinct’, ofrecieron una actuación impecable. Mediante temas más recientes, como “Protection” o “Sapphire”, como los que menos, como “Kodama”, del trabajo homónimo, o “Là où naissent les couleurs nouvelles” del maravilloso ‘Les voyages de l’âme’, dejaron al público encandilado.

Alcest (Foto: Kaisla Virtanen)

Pero el que se llevó la palma fue “Autre Temps”: al reconocer el suave punteo inicial de la canción, el público emitió un suave “oh”, que no era más que la expresión de alguien poco preparado para algo tan emotivamente abrumador. Al contrario que todas las bandas anteriores, los pioneros del blackgaze mantuvieron el misticismo mediante luces blancas desde arriba, que sumadas a la nube de humo continua que poblaba el escenario, creaban una atmosfera estática e hipnótica que coronaban definitivamente su música: consiguieron parar el tiempo, y aun así su actuación se hizo corta.

Sábado 7: mención especial para lo más doom

El comienzo del segundo día del Madrid Is The Dark VII fue de los momentos más contrastantes que ofreció festival. Más de uno se quedó con a boca abierta con el dúo inglés Darkher, que llevó a la sala a su punto más oscuro con su doom que fusionaba los golpes más pesados y brutales de guitarra y batería y la ambientación lóbrega y fosca con la delicada y femenina voz de la vocalista, que destacaba como una bruja encima del escenario. Una vez más, con una sonorización casi perfecta. Las luces de tonos oscuros brillaban en la larguísima cabellera de la vocalista y guitarrista, además de dejar pasar la tenebrosa imagen nocturna del fondo del escenario.

Darkher (Foto: Jesús Martínez)

El carácter cambió radicalmente con Disillusion, formación alemana de death metal con toques progresivos y de doom metal que disfrutó de su primera vez en el país. Probablemente esa es la expresión más adecuada, puesto que esos toques no acababan de cuajar entre ellos; se echaba en falta cohesión y unidad estilística, puesto que los pasajes más doom y los cambios de tempo y compás más progresivos quedaban ligeramente fuera de tono. A pesar de ello, la potente voz melódica del vocalista, bastante nítida, resultó digna de admiración, además de tener una puesta en escena dinámica y de interacción con el público continua.

Disillusion (Foto: Jesús Martínez)

Otra bomba de doom, esta vez más pesado e intenso, cayó con la siguiente actuación, a manos de los ingleses Esoteric. La iluminación de movimientos lentos acompañaba la imagen del artwork del ‘The Maniacal Vale’, que fluctuaba con movimientos psicodélicos al son de la música.

Esoteric (Foto: Jesús Martínez)

De nuevo, el gutural lúgubre y doloroso del cantante, digno de funeral doom, destacaba perfectamente gracias un sonido bastante logrado, a pesar de las interferencias que se oyeron durante todo el concierto que ensuciaban el resultado. Para finalizar el concierto, la formación fue dejando los instrumentos y abandonando el escenario miembro a miembro, mientras el batería continuaba con su línea.

La recta final

La primera de las últimas bandas que se verían en el festival fue In The Woods…, banda avant-garde progresiva asentada en Noruega. A pesar de las grandes bandas vistas con anterioridad, fue a partir de este momento cuando se empezó a notar el sold out. La formación aportó el toque de velocidad a la segunda jornada, mediante tempos más rápidos, por si alguno de los asistentes ya los echaba en falta. Al igual que en otras bandas que actuaron anteriormente, el vocalista daba uso tanto del gutural, en este caso más típico del black, como de voz melódica, de carácter potente y majestuoso. Desafortunadamente, esta última no acabó de llegar a su máximo esplendor debido a la poca intensidad respecto a los demás músicos.

In The Woods (Foto: Jesús Martínez)

Así mismo se sufrió con la siguiente banda, The Gathering, que debido a la sonorización más bien carente no dejó salir a la luz la voz brillante y potente de la vocalista. Los neerlandeses han ido evolucionando desde el inicial death doom hacia el actual rock atmosférico, hecho remarcado con la voz de la vocalista Anneke van Giersbergen, quien abandonó la formación hace años y fue sustituida por Sirje Wergeland. Las luces tenues acentuaban los movimientos de la proyección trasera del escenario, cuyas medusas de colores vivos acompañaban a la perfección el carácter poético y etéreo de la formación.

The Gathering (Foto: Jesús Martínez)

Finalmente, llegó el turno de los cabezas de cartel de la segunda jornada, momento en el que la pista llegó a su cúspide de abundancia. Los ingleses Paradise Lost dirigieron al público durante las últimas horas de festival, que coreaba ampliamente los pasajes más distintivos de los cortos más populares de la discografía de la banda, como “Enchantment”, con el que empezó la actuación.

Paradise Lost (Foto: Jesús Martínez)

A pesar de los persistentes problemas técnicos con la guitarra rítmica, que dificultaron el avance del concierto, y la poca intensidad de la voz cantante sobretodo en los pasajes más agudos, la formación consiguió continuar con su cometido interactuando constantemente con el público, con temas como “Hallowed Land”, “From The Gallows”, “As I Die” o “Blood And Chaos”, que provocaban el canto y griterío de los asistentes más dedicados.

Texto: Júlia Benevelli | Fotos: Jesús Martínez y Kaisla Virtanen

Promotor:Madrid Is The Dark

Día:2019-12-06

Sala:Sala But

Ciudad:Madrid

Puntuación:8