Los Barones vuelan alto en Barcelona
Desde hace unos meses los conciertos de la otra mitad de Barón Rojo están dando mucho que hablar entre los fans más veteranos. Por desgracia, muchas veces están en boca de todos por los constantes enfrentamientos con los hermanos de Castro, pero principalmente porqué Sherpa y Hermes parecen haber resucitado lo mejor del Barón de siempre, del que conquistó a una generación entera, y tras una gira en la que han tocado en recintos más pequeños, la cita en Barcelona tenía esa aura que solo poseen las grandes ocasiones.
El concierto de Los Barones se vendía a sí mismo como una gran ocasión, como un regalo para los fans más veteranos y que, hasta cierto punto, pueden llegar a sentirse huérfanos de una de sus bandas favoritas. No nos vamos a engañar; hay muchos prejuicios alrededor de bandas como Barón Rojo, Obús o Rosendo, y no es raro escuchar palabras como “metalpaco” a la hora de definir a sus seguidores, y sigamos siendo honestos, si uno ve la edad media de los asistentes al concierto, uno podría pensar que está yendo a una reunión de padres o incluso a una excursión del Imserso. Sin embargo, todos estos “Pacos” y “Pacas” fueron pioneros a la hora de instaurar el heavy metal como subcultura en nuestro país, y la noche de ayer fue un monumento a esa era.
Empieza el vuelo de Los Barones
Sin teloneros y con tiempo de sobra para descargar todos los clásicos que quisieran, el cuarteto capitaneado por Sherpa salió al ritmo de “El Malo”, que, si bien es un himno por derecho propio, no creo que fuera la canción indicada para iniciar un show, habiendo funcionado mejor un “Barón Rojo” que ya ha cumplido varias veces esta función de tema inaugural.
La locura fue considerable, y muchos fueron los sorprendidos por el envidiable estado vocal de un Sherpa que lideró a Los Barones durante las casi dos horas de concierto. “Vive Hoy”, una composición propia de este nuevo proyecto, tuvo un recibimiento algo más frío por parte de un público que esperaba una descarga de clásicos de Barón Rojo, pero aún así sonó fenomenal en una Razzmataz 2 que ofreció un sonido cristalino durante toda la velada.
Pero no solo hubo clásicos, y es que si de algo puede fardar la discografía de Barón Rojo es de poseer muchas joyas que se han perdido a la sombra de temas legendarios, y fue un verdadero lujo poder escuchar temas muy queridos pero poco habituales como “Son como Hormigas”, “Breakthoven” o “No ver, no hablar, no oír”, que hicieron las delicias de una audiencia que no solo estuvo muy dedicada, sino que se conocía al dedillo cada estribillo, cada solo y cada armonía de guitarra.
“Por Vez Primera” y “Se escapa el tiempo” fueron otros dos de esos temas que uno no espera escuchar en un setlist de Barón Rojo del mismo modo que uno no espera escuchar “Trapped Under Ice” o “Phantom Lord” en uno de Metallica, y una vez sirvieron para que el respetable pudiera demostrar que son fans de alto nivel. El marchoso riff de “Con las Botas Sucias” sirvió para regremasar a los temas más conocidos del Barón y para hacer saltar hasta a la última banda del recinto, a la que siguió una pieza tan sorprendente y celebrada como la instrumental “El Barón Vuela Sobre Inglaterra”, que se interpretó incluso más rápido ahora, con la base rítmica del grupo rozando los setenta, que en la versión grabada en el ‘Volumen Brutal’.
“Campo de Concentración” repartía una última dosis de dureza antes de que Sergio Rivas (hijo del batería Hermes, por cierto) nos deleitara con un hermoso solo que serviría como introducción para la primera balada de la noche, una queridísima “Siempre Estáis Allí”. “Mientras vosotros sigáis ahí fuera, queriendo disfrutar de nuestra música y dándolo todo en los conciertos, nosotros seguiremos. ¡No habrá fin!” proclamaba Sherpa al inicio de la canción. ¿Una muestra de amor al respetable? ¿Una pulla a unos Hermanos de Castro que el año que viene harán su última gira con Barón Rojo? ¿Puede que ambas cosas? Sea como sea, el tema fue recibido como agua de mayo, y probablemente más de uno desee que la promesa se vea cumplida.
La traca final
A estas alturas del concierto es cuándo comienzan a caer los clasicazos, y tras la dulce tranquilidad de “Siempre Estáis Ahí” llegó la incontrolable y épica intro de un “Cuerdas de Acero” que sonó pletórica y que se cantó hasta la extenuación, a la que siguió de forma casi seguida un “Concierto Para Ellos” que sirvió para no levantar el pie del acelerador. La festiva “Larga Vida al Rock And Roll” sirvió como falso cierre del concierto y como uno de los puntos álgidos de la noche, y permitió que la banda se tomara un breve descanso antes de encarar una recta final repleta con los temas más queridos.
Durante el breve lapso que hubo antes de los bises, los gritos de unos fans exaltados y hambrientos de más fue todo cuánto podía percibirse en una Razzmataz 2 sumida en la tinieblas, y tal fue su entrega que cuándo la guitarra de Calabria Junior dejó de funcionar al principio de “Hijos de Caín”, el público se encargó de corear a todo pulmón las armonías hasta que se solucionó el problema con el amplificador, y aunque el instrumento ya sonara con naturalidad, el respetable no dejó de cantar en ningún momento, como si el éxito del concierto dependiera de su empeño.
El primero de los dos últimos himnos en caer fue un “Resistiré” que sonó cañero y directo como una descarga de metralla, y que, aunque ya cuenta casi cuarenta primaveras, a día de hoy es más aplicable a nuestra realidad política que nunca, y sirvió además como testimonio del envidiable estado de forma de Hermes, que atacó el tema con la despiadada agresividad con la que baterías de veinte años solo pueden soñar. Finalmente, un “Los Rockeros Van al Infierno” de la que a día de hoy no se puede decir nada más. En el heavy metal tenemos esos “Smoke on the Water”, “Paranoid” o “Breaking the Law” como temas mundialmente reconocidos, y entre los hispanohablantes, este tema pertenece a este olimpo por derecho propio.
En resumidas cuentas, fue un concierto para el recuerdo; casi 2 horas de show que se hicieron muy rápidas, con los temas muy solapados entre sí y aún así con espacio para respirar e interactuar con el público. Al terminar, el grupo se quedó un rato para firmar y hacerse fotos en un inmenso ejercicio de humildad y para terminar de ganarse a un público que ya estaba volcado solo por la música.
¿Qué decir de Los Barones? Sherpa canta como nunca, Hermes es una locomotora detrás de los platillos y Marcelo y Sergio tienen la presencia suficiente como para compartir escenario con dos leyendas, así como para brindar apoyo vocal cuándo la sección de la canción así lo requiera. En unos meses Barón Rojo actuará en la misma sala al amparo de su gira de despedida, y aunque las comparaciones sean inevitables, lo que muchos fans han notado es que mientras por un lado se ofrece un ocaso, por el otro se regala un esperanzador amanecer.
Texto: Marc Fernández | Fotos: Sergi Ramos
Promotor:RockNRock
Día:2019-11-15
Hora:20:00
Sala:Razzmatazz 2
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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