Leyendas del Rock 2023 (sábado): La esencia del festival regresa en su cierre
El hecho de que el heavy metal unido a bandas que llevaban la fiesta por bandera hizo que la esencia que siempre ha tenido el festival alicantino regresase en su máximo exponente para una última jornada que, al celebrarse en sábado, incrementó el número de asistentes (salvo del jueves, que fue "el día grande") y puso punto final a un Leyendas que ya piensa en el próximo año.
Ya desde las intensas interacciones que hubo con «Master Of The Universe», se pudo oler que el concierto de Angus McSix iba a ser algo memorable. Thomas Winkler fue el corazón humorístico de Gloryhammer en vivo, y en su proyecto en solitario ha sabido capturar lo que hacía de sus conciertos algo memorable.
Sin quitarle méritos a canciones tan memorables como «Sixcalibur», la clave del éxito del show fueron las locas apariciones que poblaron el escenario, desde el goblin socialista que trató de robar Sixcalibur, hasta el dinosaurio bailarín que apareció en «Laser Shooting Dinosaur» . Los músicos pusieron en todo momento un gran ímpetu en explotar la locura festivalera, logrando rubricar un show que inauguró el escenario grande por todo lo alto.
Sin duda el momento álgido del show vino cuando en «Eternal Warrior» la banda ofreció un Pegaso inflable a un valiente espectador, que fue porteado hasta la barra para conseguirle a la banda una cerveza. Cosas así solo ocurren en los festivales, y a lo largo del día mucho se comentó sobre las locuras del concierto de Angus McSix, que se consolidó como uno de los mejores de la jornada.
Avalanch llegaba con una gran cantidad de curiosos para ver cómo se desenvolvía la legendaria banda española con su nuevo cantante, José Pardial. Alberto Rionda y los suyos respondían ante estos indecisos con un concierto cargado de sentimiento donde la voz de Pardial conquistaría a la gran mayoría del público. Sus elevados agudos, puesta en escena a la hora de cantar y un gran carisma con el público le convertía en un excelente cantante para la banda que el respetable de Villena supo apreciar.
Su repertorio se compondría principalmente de sus temas durante la época de Ramón Lage como «Pies De Barro», «Niño» o «Lucero» que poco a poco animaban la gente ante la avalancha final que nos tenían preparados. «Xana» sería recibida con vítores y fue cantada a capela por el gentío, que dejaba un muy bonito momento en los escenarios. Seguidamente, la cañera «Torquemada» arrasaba con todo y ponia el broche final a un concierto donde José Pardial se consolidaba como un excelente frontman para la banda.
Aquel joven danés que conquistó al mundo cuando fundó Mabel, se alza hoy en día en los escenarios defendiendo el legado de unos White Lion que aparentemente no van a volver a pisar los escenarios bajo ese nombre. Ahora Mike Tramp se dedica a girar haciendo tributo a su época dorada, aunque las canciones pequen de tener algo menos de revoluciones y chispa. El frontman se mostró muy alegre y comunicativo con el público, que recibió la actuación como un gran pasatiempo a media tarde.
El calor era menos sofocante, lo que ayudó a que la experiencia se desarrollase de una manera más exitosa. Sonaron «Lonely Nights» y «Little Finger», e incluso «When The Children Cry», dedicada tristemente a los niños ucranianos afectados por la guerra. «Farewell To You» cumplió con creces su papel de despedida de un show que se definió como dinámico, apacible y fácil de disfrutar incluso para quien no es seguidor de la banda.
Tras un retraso de más de 10 minutos, Virgin Steele saltaba al escenario a darlo todo y calmar a los impacientados asistentes. David Defeis hacia gala desde el primer momento de sus gritos y rugidos marca de la casa que son una indiscutible seña de identidad de la banda.
Debido al escaso tiempo del que disponían para actuar, emblemáticos temas como «The Burning Of Rome (Cry For Pomeii)» no tuvieron tiempo de ser mostrados ante el respetable, algo sorprendente ya que es uno de los temas más exitosos de la banda. Si hubo tiempo para las memorables «Dust From The Burning» o «Invictus» que bajo la noche de Villena y los entregados asistentes, sonaban como auténticos himnos del power metal americano.
Se echaba en falta su famosa espada en llamas que no apareceria durante la noche y es recurrente en sus conciertos. Pese a ello, «Kingdom Of The Fearless» ponia el telón final a un show donde David no se cansaba de estar con su amado público y sorprendía con un potente e imparable espectáculo tras sus accidentadas visitas pasadas a España.
Los suecos Hammerfall son unos viejos conocidos del festival, y no sin razón, pues todas sus visitas han probado ser memorables. Joacim Cans y compañía salieron a conquistar el escenario al ritmo de «Brotherhood», congregando a la primera gran multitud del día, aunque la querida «Any Means Necessary» fue la primera que logró desatar los gritos de los miles de fieles.
Pocas cosas se me antojan más inherentemente leyenderas que el estilo y la presencia que Hammerfall defienden con sus conciertos, logrando que tanto temas antiguos como «Metal Age» como cortes recientes como «Hammer of Dawn» enriquezcan la experiencia festivalera como un todo. Al final del día, canciones pegadizas y con la fuerza de «Blood Bound» o con un riff que atrapa tanto como el de «Renegade» sirven para elevar todo lo que implica la experiencia festivalera.
Hubo tiempo para que el grupo sacara a pasear los mejores momentos del ‘Crimson Thunder’ con un medley que se hizo un poco largo, aunque el grupo volvió a atrapar la atención del respetable encarando una canción tan emblemática como «Let The Hammer Fall”. Como era de esperar, «Glory to the Brave» fue uno de los momentos más icónicos y celebrados, cumpliendo con todos los tópicos de las baladas de Power en grandes recintos, pero no siendo por ello menos emotivo, culminando en la clase de experiencia colectiva que hace de los conciertos algo especial.
«(We Make) Sweden Rock» es el ejemplo perfecto de esas canciones nuevas que han terminado por ganarse un hueco en la memoria colectiva, siendo capaz de poner al público a gritar como cualquiera de los clásicos, como también ocurrió con un «Hectors Hymn» que logró desatar satisfactoriamente la locura en el recinto.
Pese a todo, y como no podía ser menos, todo palideció cuando sonaron los acordes de «Hearts On Fire», que augurando el final del show, se aseguró de que el domingo nadie tuviera voz. A estas alturas, Hammerfall han demostrado que son un seguro de conciertos solventes y poderosos, y que si han repetido tantas veces es porqué encajan como un guante en el festival y saben aprovechar de su estatus de casi cabezas.
Michael Schenker es uno de esos personajes que hace más honor al título de leyenda por su pasado que por el presente de más de 50 años de carrera. Los muchos álbumes que ha compuesto con sus proyectos en solitario quedan a la sombra de la nostalgia de UFO, y ya no hablar de su pasado en Scorpions con su hermano Rudolf.
https://www.youtube.com/watch?v=IJZjV6wByhE
Su virtuosismo pues, no congregar a un gran número de adeptos como su condición de cabeza de cartel demandaba, no hay más que añadir si posteriormente Gigatron consigue congregar a más personas que el héroe de las seis cuerdas, a las 4:00h de la madrugada.
Aún así, si una actuación rozó la perfección sonora fue la de Michael Schenker Group. Y el hecho de realizar una actuación basaba casi en su totalidad en UFO revivió la nostalgia de todos los que se arremolinaron en torno al escenario principal. Otra de las sorpresas fue la vuelta de Robin McAuley, eterno compañero de fatigas de Schenker, y cofundador de McAuley Schenker Group, y encargado de compensar MSG en la gira de este 50º aniversario. Destacaron desde un primer momento momentos cortes como «Doctor Doctor», coreada hasta la saciedad. También lo hicieron «Shoot Shoot» o «Let It Roll».
La responsable de cerrar la actuación fue la conocidísima «Rock Bottom», pero alargada hasta unas dimensiones absurdas. Resulta innegable que el tema es todo un clásico, pero toca pararse a pensar el sentido que tiene alargar sin sentido una canción en pos de la espectacularidad, ocupando un espacio que bien podrían haber aprovechado al menos otros dos temas. Quienes se acercaron a disfrutar de la actuación más grande dela última jornada salieron satisfechos, pero está está lejos de ser una de las más remarcadas del festival.
Desde el momento que pisaron el Mark Reale, The New Roses se convirtieron en una de las joyas escondidas del festival. Quienes se atrevieron a perderse el show de Michael Schenker Group disfrutaron de una dosis de hard rock al más puro estilo de Bon Jovi del S. XXI.
La banda de Timmy Rough se presentaron en modo quinteto peseba ser cuatro oficialmente, ofrecieron una energía ingialable a través de temas como «Down By The River», «Every Wild Heart» o «Down By The River» donde el citado vocalista se dio un baño de malas y bajó a saltar con el respetable mientras cantaba los estribillos del tema. «Thirsty» puso el broche de oro a una actuación que es complicado de contemplar en nuestro país fuera del marco festivalero.
Si obvias que lleva años afirmando que dejará de tocar temas de Accept en vivo, tener al bueno de Udo como cabeza de cartel es al mismo tiempo un privilegio y una oportunidad. Justo iniciar el concierto con un tema como «Starlight», un corte que Accept ya no suelen interpretar, sirve para pavimentar una experiencia diferente a la de ver al conjunto de Wolf Hoffman.
Obviamente, el gran atractivo del show de Dirkschneider es poder revisitar los temas clásicos de Accept con su voz original, tal y como se vio con los cientos de cánticos que acompañaron a «Midnight Mover» o con la locura que desató la cañera «Breaker». Mucho se ha hablado del estado vocal de Udo, y si bien se le nota limitado y envejecido sobre el escenario, tiene un registro en el que está cómodo y que le permite sacar adelante los temas con solvencia.
Hubo más momento sacar joyas a relucir, tal y como ocurrió con «London Leatherboys» y «Neon Nights», solo para que clásicos como «Princess of the Dawn» volvieran a atrapar la atención de todos, sumiendo el recinto en un mar de coros que aupó la posterior interpretación de «Restless and Wild». La sección intermedia del show se hizo algo más larga, durante la que se interpretaron temas menos conocidos como «Screaming for a Love-Bite» o «Up To The Limit», que no funcionaron tan bien como la popera y festiva «I’m A Rebel».
«Metal Heart» fue el primer super clásico que cayó en la recta final de un show en el que todo el mundo sabía lo que faltaba, tal y como se vio cuando el público disfrutó tanto la intro tirolesa de «Fast As A Shark» como la propia canción. Cómo no podía ser menos, la locura se desató al son de un «Balls to the Wall» que consiguió llegar hasta todo el recinto, logrando que un concierto que tuvo sus fallos lograra ser memorable.
Desafortunadamente, la actuación de Diamond Head coincidió con la de Dirkschneider, lo que dividió los corazones de los amantes de estilos más clásicos. Aunque la afluencia se vio afectada, la clase de acólitos que habían estado dándolo todo con grupos como Vicious Rumors o Virgin Steele, se aseguraron de que el concierto fuera memorable.
Aunque resulta innegable que sobre Diamond Head pesa la larga sombra de Metallica, el grupo mantuvo unos niveles muy altos de energía e interacción, pese a que todo estalló por los aires con la dupla «Helpless» y «I Am Evil», que por unos instantes trasladaron al Mark Reale a un club de Londres durante la NWOBHM.
Delalma, bajo la profunda noche de Villena, tenían la tarea de mostrar su nuevo proyecto encabezado por Manuel Ramil y la vuelta de Ramón Lage, que como el mismo comentaba en el concierto, la última vez que se subía a un escenario tras su largo parón, fue en Leyendas Del Rock. De esta manera se provocaba una feliz coincidencia tras su vuelta por todo lo alto.
El público se mostraría realmente entregado a temas como «El Mirlo» o «Mañana Vuelve A Oscurecer» que bajo una producción muy vistosa basada en efectos de chispas y humo, transportaría y emocionaba a los asistentes bajo la voz de Ramón en el anochecer alicantino. «Cárcel De Cristal» era recibida con vítores y cantada por el animado respetable pese a las altas horas, lo cual dejaba claro que el proyecto tiene bastante interés y con una gran proyección a futuro.
Nadie que supiera de lo que Gigatron son capaces dudó de que fueran la banda indicada para cerrar el festival, tal y como demostraron con un concierto que se sostuvo en parte iguales por la música, la actitud jovial de los músicos y de una audiencia que tenía sed de unos últimos coletazos de juerga antes de dar por finalizada la fiesta.
No debería ser sorprendente cuándo en tu haber tienes cortes que son capaces de entretener y de divertir a partes iguales, tal y como pasó cuándo canciones como «El Barco De Colegas» o «La Tierra Del Rock» pusieron a cantar a unos feligreses que deberían haber estado agotados.
Al final Gigatron es eso: buen rollo y fiesta a toda costa, y cuando temas como «Heavy Hasta la Muerte» se celebraron con un esmero digno de los mismos Twisted Sister, sabes que el grupo ha cumplido y que la organización ha acertado para concluir este Leyendas del Rock 2023 por todo lo alto al estilo clásico de Villena.
Texto: David Alonso, Tamara Ruiz, Marc Fernández | Fotos: Jesús Martínez y Lolo
Promotor:Leyendas del Rock
Día:2023-08-12
Sala:Polideportivo Municipal
Ciudad:Villena
Puntuación:7
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