Leprous: lección de calidad en Madrid

Que Leprous es una de las bandas más relevantes del rock progresivo de la última década es algo indiscutible. Desde que los noruegos lanzaran su primer disco allá por el ya lejano 2009, su popularidad no ha dejado de crecer; tanto que el viernes por la noche en Madrid se toparon con un sold out que habían cosechado días antes de la celebración del evento.

Como viene siendo habitual,  las giras de Leprous suelen estar provistas de invitados especiales contando esta vez en el cartel con The Ocean y Port Noir. Estas dos bandas le darían un toque muy especial al evento pues en cuanto estilo complementarían a la perfección a las estrellas principales, dejando sobre la mesa un menú muy suculento para los amantes del género, que llenarían la sala Shoko de Madrid desde el primer momento.

Comienza el disfrute con Port Noir

Los encargados de romper el hielo fueron Port Noir. Los suecos desarrollan un estilo que combina elementos contemporáneos como pueden ser el hip-hop o la música pop, con rock n’ roll a la antigua usanza. Lo que llevado al directo puede meterse en el cajón de sastre del rock/metal progresivo.  Su propuesta, aunque breve, fue bastante acorde a la que desarrollaron Leprous minutos más tarde, motivo por el cual el respetable quedó bastante satisfecho con su actuación. El trio formado por el bajista y cantante Love Andersson, el baterista AW Wiberg y Andreas Hollstrand, encargado de las guitarras y el teclado, se encuentra de lleno en la gira de presentación de su tercer álbum, titulado “The New Routine”.

Port Noir (Foto: Paco García)

Este disco les ha servido para expandir sus horizontes musicalmente e ir ganando puntos para afianzarse un hueco en el mundillo. El citado trabajo abarcó la totalidad de su setlist con cortes como “Flawless”, “Champagne” u “Old Fashioned”, que sonaron exquisitas y con un sonido bastante limpio. “13”, con un chute de energía, puso punto final a la breve actuación de Port Noir, que se despidió ovacionado por un público que poblaba la Shoko casi en su totalidad.

Más contundencia con The Ocean

El siguiente turno fue para The Ocean, que salió a escena un cuarto de hora después de la actuación de Port Noir debido a la rápida labor de los técnicos. Con algo más de recorrido y siete álbumes a las espaldas, la agrupación alemana se dispuso a hacer lo que mejor sabe: meterse al público en el bolsillo a base de un potente post metal/rock progresivo. Desde su salida el quinteto alemán sumergió al respetable en un océano de penumbra, y es que sus seguidores ya están más que acostumbrado a disfrutar de sus conciertos sin apenas luz en el escenario.

The Ocean (Foto: Sandra Obarrio)

La banda pareció sentirse cómoda desde el primer tema, “Permian: The Great Dying”, pues su vocalista, Loïc Rossetti se dio un baño de multitudes, cantando así las estrofas de la canción al tiempo que hacía crowdsurfing entre el público. El peso en su setlist estuvo repartido entre sus dos últimos trabajos editados: ‘Pelagial’ (2013) y  ‘Phanerozoic I: Palaeozoic’ (2018); haciendo un único guiño a su pasado ‘Heliocentric’ (2010) con “Firmament”.

The Ocean (Foto: Paco García)

Con su paso por algunos festivales peninsulares como el Resurrection Fest o el Be Prog!, The Ocean se ha labrado un elenco de seguidores bastante sólido que arropan al grupo en visitas tan esperadas como esta. “Silurian: Age of Sea Scorpions” o “Devonian: Nascent” formaron parte del show más contundente de la noche, ya que The Ocean fue la única banda con guturales en las líneas vocales. Los 45 minutos de concierto dejaron buen sabor de boca antes de la actuación de las estrellas principales.

Leprous: encanto, deleite y aptitud

Con un poco más de tiempo de espera, Leprous hizo acto de presencia pasados los minutos de intro. Esta creó la atmósfera perfecta para recibir a la banda, que salía al escenario entre el clamor e impaciencia del público. El quinteto noruego arrancó con “Below”, deliciosa pieza que sirvió desde sus primero compases para el gozo y disfrutes del respetable.

Leprous (Foto: Paco García)

El espectáculo visual estuvo constituido por un juego de luces traseras y una pantalla en la parte alta donde fueron proyectándose diversas imágenes y videos durante todo el espectáculo. Ninguna luz frontal apuntando a los músicos directamente, lo  quemantuvo el clima misterioso, ya hecho marca de la casa. La sensación creada enaltece sin duda los sentimientos que siguieron transmitiendo temas como la recién estrenada “I Lose Hope”, perteneciente también a ‘Pitfalls’.

Leprous (Foto: Sandra Obarrio)

Por mucho que el título de este nuevo álbum pueda resultar confuso (pitfalls = trampas traducido al castellano), hay quienes lo califican como el mejor de su carrera. Pudiendo presumir de ser una de las bandas más camaleónicas del progresivo, Leprous ha sabido mantener el equilibrio entre sus raíces y la permanente innovación. Este plástico les ha servido para dar un paso más en lo que a experimentación se refiere, y crear asimismo un nexo entre las influencias metaleras y las más poperas.

Leprous (Foto: Sandra Obarrio)

Parecía que ese factor podía jugarles malas pasadas en directo, pero los nuevos temas casaron a la perfección con otros de más antigüedad de la talla de “Foe”, “The Flood” y “From the Flame”. Quedaron así repasados tres de los álbumes más importantes del grupo: ‘Coal’ (2013), ‘The Congregation’ (2015) y ‘Malina’ (2017). Pero en esta gira el que se lleva el protagonismo es el citado ‘Pitfalls’, del que siguieron cayendo perlas como “Observe the Train”, “Alleviate” y “At the Bottom”.

La intensidad no decayó ni un instante, y gran parte de la culpa recae en el vocalista Einar Solberg, quien año tras año ha pulido su técnica para mantener sus falsetes y agudos imposibles rozando la perfección en los directos. Superado el ecuador del espectáculo caían las dos joyas del set y, por supuesto, las más aclamadas: “The Cloak” y “The Price”. No faltaron a la cita “Stuck” y  “Distant Bells”, temas que acercaron a los fieles de Leprous al final del show.

Leprous (Foto: Sandra Obarrio)

Como viene haciendo desde la pasada gira, la de presentación del ‘Malina’, Raphael Weinroth-Browne deleitó a los allí congregados con un solo de contrabajo.  El hecho de añadir un sexto componente a la banda para los directos ha sido uno de los mayores aciertos de los noruegos, pues aporta una amplia variedad de matices a su música y, de la misma forma la diferencia de la media de bandas.

Leprous (Foto: Sandra Obarrio)

Tras una breve pausa la extensa y variada “The Sky Is Red” puso punto final con sus diversos giros a una velada magistral. No fallaron los breves discursos de Einar, poco habituales en los conciertos de Leprous, tampoco la innovación. Los cuatro miembros restantes de la formación pasaron todos en un determinado momento de la actuación a la parte frontal del escenario para hacerse cargo del teclado del señor Solberg. Lo que está claro es que haga lo que haga, la banda noruega se mete cada noche al público al bolsillo a base de dar conciertos de sobresaliente.