Poco a poco regresan los conciertos, y a las vísperas de finalizar un 2021 más amargo que dulce en lo que atañe a la música en vivo, recibir la visita de Leprous en plena gira de 20º aniversario es toda una suerte para los amantes del progresivo.

Célebres por sus propuesta inusual, los noreugos son capaces de trasladar sus contrarquetipos y muchos matices en un formato de show cada vez más escaso en el género.

Aiming For Enrike y Wheel, a la altura

Lamentablemente, un accidente en la ronda litoral me impedía llegar a tiempo para la actuación de Aiming For Enrike, los encargados de abrir la velada. Más allá de su curioso nombre, había tenido la ocasión de escuchar a este curioso proyecto en preparación para su concierto, porqué al final cuesta que las propuestas progresivas más inventivas encuentren un hueco en la oferta musical de este país, y aunque solo alcancé a verlos tocar “Moustache”, el duo no decepcionó. Los más fieles de las primeras filas estaban totalmente hipnotizados, y a falta de los medios de los que, si dispusieron las otras bandas, ya nos encontramos ante todo un logro.

Aiming For Enrike (Foto: Aitor Chaparro)

Los siguientes en salir sobre las tablas fueron unos Wheel a los que al principio se les vio algo desubicados, pero que poco a poco fueron encontrando su sitio en el escenario y ganándose al público con una propuesta que no distaba mucho de la que practican los propios Leprous. “This song is about mortality and contemplating the inevitable” dice su frotnman en el ecuador de su show. Para que luego digan que el prog no es la alegría de la huerta.

Wheel (Foto: Aitor Chaparro)

A grandes rasgos su actuación fue muy sólida, ciñéndose muy bien al espíritu de lo que luego sería el espectáculo de Leprous. Hubo un consenso generalizado de que el verdadero héroe de la actuación fue el técnico de luces, que en todo momento acompañó a la música con un aura lumínica muy mágica, siendo partícipe de que Wheel abandonarán el escenario no como los teloneros de Leprous, sino como un proyecto con vida propia.

Wheel (Foto: Aitor Chaparro)

20 años siendo incalificables

No hay que olvidar que Leprous están de celebración, y que, aunque ya lleven 20 años en el ruedo, al principio eran un grupo de críos que hacían experimentos ratos con su música y se pintaban como una versión triste de Kiss. Por ello proyectan imágenes de los primeros días de la banda, así como fechas que acompañan a las canciones, dando el pistoletazo de salida al concierto con “Silent Waters”, el primer tema que compusieron, solo para empalmarlo en una suerte de medley con “Disclousure” y “Eye Of The Storm”, completando el triunvirato de canciones de las demos que los pusieron en el mapa y que les permitieron llegar a dónde están ahora, 15 años después de aquel sorprendente ‘Aeolia’.

Leprous (Foto: Aitor Chaparro)

A partir de aquí el concierto comenzó a fluir con una precisión que no por lo milimétrico se sentía menos natural. Si la pantalla tras ellos ya había sido la protagonista a la hora de introducir las imágenes de sus primeros años, su importancia no iba a rebajarse en temas como en “Passing You”, a los que acompañaba con toda suerte de imágenes y efectos de lo más psicodélicos, haciendo de su actuación algo más que un concierto. Sin abandonar ‘Tall Poppy Sybdrome’, “Dare You” fue una grata sorpresa en un setlist que por lo demás se compuso de grandes clásicos que uno podría unir para crear el eje cronológico definitivo de la banda, que descargó un “Forced Entry” que se sintió especialmente brutal entre las primeras filas.

Leprous (Foto: Aitor Chaparro)

Si antes ya he comentado que el mayor héroe de la actuación de Wheel fue su técnico de luces, cuándo hablamos de Leprous nos encontramos con un artista más que logra elevar el espectáculo a la décima potencia. Un par de personas comentaban entre risas que, si miras fijamente un concierto de Leprous y parpadeas muy rápido, es muy probable que dé un ataque epiléptico, y aunque los chascarrillos son lo que son, no puedo sino pensar que lograría hacer un grupo con este planteamiento en directo con una producción que fueran todo llamas y explosiones.

Leprous (Foto: Aitor Chaparro)

Especialmente bien les salió este juego de luces e imágenes proyectadas en el dúo de ‘Coal’ en el que en temas como “Foe” Einar Solberg pudo demostrar su increíble versatilidad como vocalista, mientras que en “The Valley” Tobias Ornes se subió al segundo set de batería para interpretar la canción de forma magistral con una atronadora percusión doble.

Algo que siempre llama la curiosidad de Leprous, es que a priori podrían parecer el típico grupo de estudiantes de ingeniería que salen de la uni para irse a echar unas partidillas o a pasar apuntes a limpio, y aunque el propio Solberg sea el que más “adolezca” esta imagen blanda y poco amenazante, la realidad es que nos encontramos con un frontman intimidante e intenso, parco en palabras con el público pese a ser cordial en todo momento.

Leprous (Foto: Aitor Chaparro)

Esta curiosa diatriba no sirve sino para acentuar la perpetua dualidad en la música de Leprous, con toda la dificultad que entraña trasladar un concierto así al directo. Si la banda, con sus jerséis y sus atuendos de boda, no perdiera la cabeza encima del escenario, si no saltaran como locos y no vivieran las partes más extremas como lo hacen, la parte más importante del espectáculo no estaría ahí: la parte que no puede suplirse ni con luces ni con proyecciones. “Bonneville” consigue alcanzar un nivel extra de ominosidad al añadirse la precisa coordinación de las dos percusiones, perpetuando una intensidad precisa y comedida que se traslada hasta “From the Flame” y que, viva la redundancia, mantiene encendida la enérgica llama que el grupo prendiera desde el minuto 1 del concierto.

Leprous (Foto: Aitor Chaparro)

Si sois lectores atentos, habréis apreciado un patrón, y es que el grupo en esta gira ha tocado al menos dos temas de cada uno de sus trabajos en un orden cronológico, comenzando con las demos de ‘Silent Waters’ y ‘Aeolia’ hasta llegar al recién sacado ‘Aphelion’. Aunque pueda parecer curioso que un grupo tan joven plantee un concierto que podría ser casi indulgente en o que atañe al autohomenaje, siendo honestos la forma funciona a la perfección, logrando hilvanar eras que el oyente poco familiarizado poidría llegar a considerar hasta irreconciliables.

Y pese a todo, soy de los que defiende que un directo de Leprous no se defiende solo por la música. Con demasiada frecuencia en el prog nos conformamos con un grupo inmóvil, frío, distante y con poca ambición en sus directos. “El espectáculo es lo bien que tocan sus instrumentos, que no te enteras” me dirán algunos. Y si, Leprous podrían haberse limitado a tocar como saben y habría sido un buen concierto, pero no habría sido una experiencia. Finalmente, el espectáculo terminó por todo lo alto con un “The Sky is Red” que por méritos propios se ha convertido en uno de los temas más queridos de la banda, y que de hecho concierte a ‘Pitfalls’ en el único trabajo en tener más de dos temas como representantes en este set de veinte aniversario.

La experiencia Leprous

Como ya he dicho antes, Leprous podría haberse limitado a dar un concierto, y sin embargo han trabajado muy duro y han puesto mucho de su parte para ser algo más: para transportar a una auténtica experiencia. Algo que sorprendió a muchos, es que el propio público manda a callar a otros cuándo el silencio en las secciones o intros más ambientales ayuda a sumirte en su música, y es algo que entiendo y respeto a la perfección. Lo he visto ocurrir mil veces en conciertos de índole similar, aunque no necesariamente de la misma naturaleza, como en los directos de Aristocrats o Haken.

Leprous (Foto: Aitor Chaparro)

Leprous pide esta clase de entrega, aunque lo compensan con muchas creces. No pude sino conmoverme cuándo antes de abandonar el escenario señalaron como ‘Aphelion’ les ha servido para encontrar esperanza dentro de la funestidad que fue la pandemia. Hemos estado mucho tiempo privados de la música en directo, de la expresión artística más genuina de este género, y ellos como profesionales han visto peligrar su estilo de vida. Volver al ruedo con todas las incertidumbres que implican las giras en pandemia y con una producción tan inaudita que eleva a la vez que atrapa, es un mérito que no deberíamos subestimar a la ligera. Los directos existen para vivir noches como esta, en las que simplemente has de dejarte llevar por la experiencia Leprous.

Texto: Marc Fernández | Fotos: Aitor Chaparro

Promotor:Madness Live!

Día:2021-12-10

Hora:19:00

Sala:Apolo

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Aiming For Enrike, Wheel

Puntuación:9