Leo Jiménez presentó en Barcelona su nuevo trabajo 'Mesías' en un concierto donde la variedad de estilos sonoros visibilizó la polivalencia artística de "La Bestia" y de su banda. Predicar nunca fue fácil ante un público algo estático y escaso de fe, que llenaron un tercio de la Sala Salamandra.

Polivalencia musical exhibida en casi dos horas de concierto

Leo es uno de los mejores cantantes del panorama, y su bagaje profesional le avala. Su paso por formaciones como Saratoga, Stravaganzza, Leo:037, sus colaboraciones, proyectos con diversos artistas, y su camino en solitario han hecho que su polivalencia como artista, cantante y músico no tengan comparación. Es verdad que este ancho y largo camino recorrido han dejado una variedad sonora muy amplia en su repertorio, y a la hora de realizar un directo se puede apreciar con claridad. Su público lo sabe, o lo tendría que saber, ya que de una canción a otra nos podemos encontrar con estilos diferenciados entre sí.

Cada persona desarrolla el gusto por algún estilo en concreto, aunque escuche varios a la vez y no los vea alejados, normalmente se busca en un concierto una línea que una las diferentes canciones dentro de un contexto estilístico. Leo tiene la necesidad de mostrar una parte de su trayectoria en la que, conscientemente o no, se han mezclado covers con canciones propias, colaboraciones y estilos diversos. Las fórmulas para generar un setlist son diversas, y dentro de la libertad de elección también debería contemplarse la unidad estilística del desarrollo del mismo.

Leo Jiménez (Foto: Lluís García)

El sermón del «Mesías» y la ausencia espiritual de sus devotos

Se abrieron las puertas de la sala sobre las 21:25h, cuando una cola que prometía afluencia de público aguardaba señales del «Mesías». Se empezaron a ocupar las primeras filas del santuario de l´Hospitalet y a las 21:49h empezó el ritual con la música de la épica película de Conan El Bárbaro «The Anvil Of Crom». Con esta canción se abría un principio épico y remoto. Sobre el escenario todo estaba listo y al fondo lucía una pancarta con el logo del grupo y un coche rojo clásico de estilo americano del álbum ’20 Años Tras El Apocalipsis…’.

Leo Jiménez (Foto: Lluís García)

Aparecieron a escena el batería Carlos Expósito, el guitarra rítmico (y alguna vez solista) Rufo cantero y el solista Antonio Pino, seguidos por el bajista Edu Fernández y Leo guitarra en mano luciendo una camiseta blanca de Crisix. El público parecía estar expectante ante la aparición de la banda y comenzó el concierto.

Leo Jiménez abrió el concierto con «La Era De La Individualidad» tema cañero en el que empezó a intentar involucrar al público pidiendo manos arriba, el cual parecía fuera de lugar. Ya en este primer tema se aprecia en la voz principal un efecto de profundidad, que normalmente se aplica a muchos o casi todos los y las cantantes del género. La voz suena con un poco de falta de definición y de volumen. La polivalencia artística de Leo es enorme ya que no solo canta a un nivel enorme si no que toca la guitarra eléctrica como el mejor y ensancha la parte rítmica instrumental. Siguen con el tema «Con razón o sin razón» en la que la batería sonó muy marcada y potente. Fue un comienzo de concierto muy cañero y el público se animaba tímidamente. El bajo parecía sonar muy tapado en una sala con un sonido espectacular.

Leo Jiménez (Foto: Lluís García)

Leo se dirigió al público, saludó y preguntó si conocían su disco ‘Mesías’. Aquí es donde un buen frontman demuestra su liderazgo y empieza a interactuar con las personas allí presentes. El «Mesías» apreció en el público cierta lejanía y falta de motivación. Arrancan con una base rítmica muy potente del tema «Misantropía». La guitarra solista se escuchaba baja y la voz de Leo se ubicó a nivel poco a poco. Solo con wah-wah guitarrero que ofreció la guitarra solista, esta vez con un volumen más nivelado.

El público estaba con smartphone en mano grabando, haciendo fotos, vamos lo normal en todos los conciertos hoy en día. Leo se movió poco, es lo que tiene cantar y tocar la guitarra, que aunque no sea todo el rato sí que se perdió la soltura que te da la libertad de no tener la guitarra colgada. Leo habló y pidió al público que moviera más las melenas, hizo bromas y preguntó la edad que rondaba en una media de 40 años.

Leo Jiménez (Foto: Lluís García)

Continuó el show con «Desde niño» tema en el cual hubo un problema técnico con el sonido de la guitarra rítmica (con un amplificador) y le asistieron en el mismo escenario varias veces, este problema no se aprecia casi en el sonido del grupo ya que Leo también toca la rítmica. El tema siguió trepidante con una buena parte solista y melódica ofrecida por el gran y clásico Antonio Pino quien se marcó un gran concierto con su aportación personal a la música de Leo. El público no acababa de arrancar en esta noche. Antonio Pino cambió la guitarra y el grupo cambió la afinación a más grave, lo que predecía un cambio sustancial en lo que allí acontecería.

Empiezan los cambios, las colaboraciones y la dispersión estilística

«Nos estamos cargando el planeta a ver si abrimos los ojos» dijo Leo a un público algo disperso y ausente, mientras subía al escenario José Luis Corpa Cuadrado (Mr.Korpa) vocalista de Fuckdivision, quien fue presentado por el frontman, y tocaron «Ballena Negra» canción que habla de la destrucción del planeta por parte de un ser humano egocéntrico, materialista y destructivo. La afinación más grave se nota en la composición que adquirió más cuerpo y robustez. Brutal la combinación de la voz gutural de Mr.Korpa y los agudos y melodías de Leo. El doble bombo y la batería sonaron muy potentes.

Al finalizar el tema Leo pidió un aplauso para Iván, técnico de sonido y para el resto del equipo técnico, ya que comentó que en el escenario se oían muy bien. Todo un detalle del profeta. Tras una pausa y despedir a Mr.Korpa continuaron con el tema «Hambre» de su ‘Factoría Del Contraste’. La voz de leo sonó cada vez mejor en parte por tener las cuerdas vocales más calientes y al buen hacer del equipo técnico de sonido. Un rugido de león sonó justo al acabar la canción, el cual parecía un motor de un coche. Leo presentó la siguiente canción y dijo que no estaba muy fino de la voz, cosa que no se apreció en absoluto cuando cantaba. Empezó el tema «Condenado» del disco ‘Títere Con Cabeza’,  primer álbum de la banda Leo:037.

Leo Jiménez (Foto: Lluís García)

En general a Leo le falta algo de volumen a su voz, pero puede llegar a sacar mucho chorro en cualquier momento por la potencia que tiene. Las cuerdas suenan poderosas y «La Bestia» se dirigió al público con comentarios como: «¡Esos cuernos arriba!», «¡venga!» y «¡eh, eh, eh…!» para motivar al público. Leo se desprende de la guitarra y la interactuación con el público cambió a mejor, ya que ganó en dinamismo y en movimiento por el escenario, se pudo acercar más a un público que daba tímidas señales de animarse. Le dijo al público que estaba muy parado y preguntó cuatro veces: «¿Cómo se pide otra en Barcelona?», acabando con un aplauso moderado de su parroquia. Para ser un sábado el público estaba muy apaciguado, como si cumplieran algún tipo de penitencia.

Leo Jiménez (Foto: Lluís García)

Continuó el directo con «Aún Sigo Aquí» cover de Nocturnal Rites del disco «Mesías» en el que Leo se desenvolvió mejor una vez liberado de la guitarra, interactuando más con el público. Animó más y se notó, parecía un concierto diferente con un público diferente en una dimensión diferente. Pedazo solo wah-wah que se marcó Antonio Pino con la eléctrica, muy bueno. Leo pidió un aplauso para la banda y para cada uno de los integrantes que nombra uno a uno, incluyendo a un ayudante de sonido y guitarrista colaborador del grupo.

Leo quería más de su público y pidió cuernos arriba para el siguiente cover de Black Sabbath «Neon Knights» que dedicó a Dio, uno de sus referentes en el mundo del heavy y profeta de cantantes. Esta canción le va como anillo al dedo a su brutal voz y animó al público a aplaudir. En este tema el solo sonó demasiado alto lo que obligó a intervenir al técnico de sonido de la mesa para ajustarlo. Leo interactuó más con su banda en la que fue la mejor versión en directo, demostrando la maestría y profesionalidad musical del conjunto y de sus integrantes.

Leo Jiménez (Foto: Lluís García)

Leo se volvió a colgar la guitarra, lo que levantó otra vez una especie de muro invisible con el público que ,inapreciable, ensanchó la distancia afectiva con el fandom. Continuó hablando de fútbol (supuestamente para distender el ambiente) y al final dijo «Me importa una mierda». Era el momento de tocar «La Ira», canción del disco ‘Mesías’. Canción compuesta con sabores, sonidos y composiciones al puro estilo de Metallica, hasta la guitarra solista se parecía al sonido de los norteamericanos. Melodía de voz que nos recordó a  James Hetfield. Medio tiempo y punteo al estilo de «The Unforgiven»en el que Leo pidió manos arriba en un tema que dura más de seis minutos, melodías a dos guitarras que sonaron tipo Kirk Hammett, y como no, la batería golpeó con dureza las percusiones a lo Lars Ulrich.

El público estaba desconectado y boquiabiertos con la tralla que desde el espacioso atril se les ofreció. Entre el público había algún crío pequeño con su respectiva protección auditiva bien acompañado por sus padres y esto es algo bonito de ver hoy en día ya que hace años no podían acceder a tales eventos musicales. Justo acabó el tema Leo preguntó al público: «¿Os imagináis que este tema lo tocara Metallica?» y comentó que a continuación tocarían un tema muy bonito, exactamente su conocido «Vuela Alto», mientras Leo siguió con algunas de sus gracias.
Antonio Pino se colgó la acústica mientras Leo conseguía arrancar en el previo las risas del público. En esta canción del disco ‘Animal Solitario’ el público se metió en la melodía y cantaba los estribillos y la estrofa, con la guía del «Mesías» y su divina voz que les motivó a aplaudir con los brazos arriba, en esta emotiva canción. El bajo se oía cada vez mejor a medida que el concierto evoluciona. Aplausos del público para un esperado tema.

La acústica salió del escenario para que la eléctrica volviera a colgar del guitarrista solista del grupo. Mr. Korpa volvió a aparecer de nuevo a escena y pidió más entrega al público animando a Barcelona a subir su nivel de entrega, colaborando en «No Hay Más Canciones Para Ti» del ‘Animal Solitario’. Es difícil pedir al mismo público motivación con estilos tan diferentes en canciones tan diferentes en el mismo concierto. Destacaron los vozarrones y la combinación de estos. Siguió animando Mr. Korpa a continuar la fiesta (más parecido en algunos momentos a un purgatorio) y entre acoples comenzó una tanda de tres temas del disco ‘La Factoría Del Contraste’. El primer tema que sonó fue «El Dilema» en el que la rítmica de cuerdas se acentúa en una parte del tema. Mr. Korpa se siente cómodo y canta algunas partes con su voz gutural y su firme presencia.

Leo Jiménez (Foto: Lluís García)

Empezaron a aparecer algunas cervezas por el escenario y tocaron «Soy Libertad», canción en la que Leo se volvió a desprender de la guitarra para entablar un dúo de voces de lo más heavy. En este tema se pudo disfrutar de un sonido muy bueno, y hay que reconocer que la Sala Salamandra suena muy, pero que muy bien. Leo continuó con alabanzas a Barcelona y a su público, cachondeo y monólogos incluidos. Durante todo el concierto se apreció a un grupo de amigos del guitarrista solista cómo le llamaban entre canción y canción:»¡Antonio!», hasta que este saludó entre tema y tema. En el tema «Keroseno» subió al escenario con la guitarra eléctrica Mr. Chenchu, ayudante de sonido y colaborador de la banda, también integrante de Cuernos De Chivo, quien demostró buen nivel musical y estilo propio con las seis cuerdas, ya que se marcó un punteo al estilo de Gojira con una mano. Leo pide un aplauso para esta colaboración y el público se la regala, también empieza a hablar de la despedida medio en broma. Leo reivindicó la escena nacional y le remarcó el valor de la música de cercanía.

Para ir acabando Leo Jiménez se sumergió en Saratoga para tocar seguidas y ofrecer al público las famosas «Vientos de Guerra» y «Maldito Corazón», en las que la batería sonó demasiada alta. El público se entregó claramente con estas canciones, cantando los estribillos a plena voz, en las que los músicos nos ofrecieron solos seguidos de las dos guitarras y  una buena ejecución musical. Leo se despidió del público y el escenario se quedó desierto.

Retorno sin resurrección del «Mesías»

La parroquia gritó y coreó: «¡Leo, Leo, Leo, Leo…! mientras volvió a aparecer el audio de sonidos de rugidos motorizados. Y apareció por tercera vez el apóstol Mr. Korpa para pedir más ruido al público. Acto seguido salieron Leo y sus muchachos para dar las gracias y comentar que su oficio le nutre. Otra vez con la guitarra colgada (otro modelo) Leo nos ofrece «Mesías» el single de su último disco que le da nombre al mismo. Uno de los mejore temas, sin duda, del último trabajo, y de los más aplastantes y contundentes. Entre el público se apreciaron más huecos lo que facilitó el trabajo de los fotógrafos, profesionales o no. Entre acoples de guitarra Mr. Korpa agradeció la asistencia del público, para dejar que el grupo acabara con «Volar» de su disco ’20 Años Tras El Apocalipsis…’.

Leo Jiménez (Foto: Lluís García)

La voz demostró su capacidad melódica con un sonido que careció de definición. La guitarra de Antonio Pino se comió el sonido con un sonido muy Hendrix. Se cerró el tema con la voz de Leo, golpes de batería e instrumentos de cuerda al aire. El frontman nombró a toda la banda y a sus colaboradores para despedirse. Sonó la música en la Sala Salamandra, tiraron púas de guitarra, se hicieron la foto de rigor con el público a  sus espaldas, saludaron, tiraron besos al aire, se bebieron algunos tragos de cerveza y cayó el telón tras diecinueve temas y casi dos horas después de empezar con el sermón.

El público tuvo que hacer frente a la diferencia pronunciada de estilos durante todo el concierto, entendiendo o no la larga trayectoria de Leo Jiménez. Las colaboraciones siempre están bien, dentro del contexto adecuado, ya que pueden generar cambios en las canciones y en las sensaciones que el público recibe. También la actitud y la asistencia del público es importante en un directo, y hay factores que determinan esto. No obstante la calidad del grupo y la polivalencia de Leo Jiménez están fuera de cualquier duda dejando claro su apodo de «La Bestia», ya que su personalidad creativa y artística nos dejan muchas obras junto a su imagen de rockstar. Sin duda un disco como ‘Mesías’ amplia la gama de colores en la paleta de un músico que quedará para siempre reflejado en la historia de la música heavy.

Texto: Julián Guisado | Fotos: Lluis García

Promotor:DamaskEvents

Día:2020-02-29

Hora:21:49

Sala:Salamandra

Ciudad:l'Hospitalet de Llobregat - Barcelona

Puntuación:8