Leo Jiménez desata a la bestia en Barcelona
Una intensa última parada en Barcelona de este exitoso y longevo "Contrastour", con esa bestia del heavy metal que es Leo Jiménez en todo su esplendor y rodeado de excelentes músicos, ofreciéndonos los últimos retales de "La Factoría del Contraste" antes de sumergirnos en "La Era de la Individualidad".
Leo Jiménez es uno de los grandes nombres del heavy metal de este país, una de esas figuras que para bien o para mal no deja indiferente a nadie, que nunca renuncia a su fuerte personalidad y a expresarse como le viene en gana, y que, pese a quien le pese, ha creado una larga escuela en cuanto a vocalistas patrios se refiere.
Volvía a la ciudad condal para presentar de nuevo » La Factoría del Contraste» tras hacer lo propio año y medio atrás en la Sala Bikini y teniendo que improvisar a última hora el cambio por Salamandra esta vez, lo que no impidió que nos ofrecieran un show a la altura de lo que de él se espera, rodeado de un puñado de músicos del más alto nivel y con un repertorio muy similar a su última visita pero con alguna que otra novedad.
El inicio de una nueva era
Con una puntualidad exquisita y bajo los compases del Conan el Bárbaro cinematográfico saltaron a escena con uno de los temas que formarán parte de su próximo álbum, «La Era de la Individualidad», una crítica ácida hacia como la tecnología nos afecta en nuestras relaciones humanas, que fue sorprendente bien recibida por el respetable a pesar de su novedad y que nos sirvió para ir abriendo boca ante lo que nos depara el futuro discográfico de la formación.
Sin un segundo de tregua se arrancó por algunas de las mejores composiciones de su anterior «Animal Solitario» como son «Misantropía» o ese ya convertido en todo un himno, «Desde Niño», que sonó atronadora y cuyo estribillo fue coreado y celebrado por un público que, si bien no llenaba la sala, presentaba una notable entrada. Cierto es que se echó en falta al bueno de Tanke Ruíz para el primero de ellos pero Leo puso toda la carne en el asador ante la ausencia de su compañero a las voces.
Nos adentraríamos en «La Factoría del Contraste» para reivindicar «Hambre», uno de esos temas cuya letra debería hacernos reflexionar sobre lo afortunado que somos por tener lo que no siempre valoramos y que nos hace padecer los males del primer mundo. No tardaría en seguirle la fuerza de «Con Razón o Sin Razón», con una energía que va de menos a más y con un estribillo en el que la bestia nos hizo cantar y desgañitarnos la voz al lado de la suya.
Uno de los momentos más álgidos de la noche lo pondría, como no podría ser de otra forma, su clásico «Volar», una de las escasas concesiones a su etapa Leo 037, que enloqueció al personal. Increíble como suenan las guitarras de Antonio Pino y Rufo Cantero, dos hachas de las seis cuerdas, y la arrolladora violencia que aporta una tercera con la aportación del propio Leo al más puro estilo de unos de sus padres musicales y escénicos, James Hetfield. Quizás por eso después de tanta intensidad tocaba pisar el freno al compás de la melódica «Vuela Alto», rematada por otra de las recuperadas, «Caballo Viejo».
Volvía la tralla al ritmo de «No Hay Más Canciones para Ti» en la que nos tocó enfundarnos en el traje de registros guturales de Tony Mero a petición de Leo. Los suyos no fallaron y se puso la sala patas arriba ante tal vendaval de heavy metal aunque notamos al vocalista un tanto comedido en su faceta más aguda y gritona, probablemente dosificándose durante las dos horas de show para dejarse la piel en el tramo final, pero no adelantemos acontecimientos. La aplastante contundencia de la base rítmica formada por la batería y el bajo de Carlos Expósito y Edu Fernández, respectivamente, tomaron el control de la tormenta eléctrica que provocó «Soy Libertad». No era de extrañar que estuviéramos sudando tanto, y no solo por la falta de aire acondicionado a petición del propio Leo para el bien de su voz.
La violencia de «Condenado» sería la siguiente del equilibrado repertorio, rescatando una de sus primeras composiciones en solitario que finalmente se quedó fuera de encontrar su lugar en su etapa de Saratoga y que se ha convertido en una de las imprescindibles de su discografía. Tras ella llegaría el turno de uno de los primeros covers de la velada de mano de su particular versión en castellano de la «Still Alive» de Nocturnal Rites bautizada como «Aún Sigo Aquí» y que formará parte de su próximo trabajo. Bajaría la intensidad para retomar un sonido más clásico con una rescatada «Del Amor al Odio» en la que tuvo tiempo de acordarse de nuestra crónica de Leo Jiménez en Madrid sorprendiéndose por la comparación con David Bisbal del autor en lugar de hacerlo con bandas como Iron Maiden.
Encarábamos la parte final de la actuación con uno de los grandes clásicos de la historia del heavy metal, «Neon Knights», recordando a los míticos Black Sabbath y muy especialmente a la figura del inmortal Dio cuyo pequeño gran talento echamos en falta encima de nuestros escenarios. Y no, no nos vale con un holograma. ¿Os gusta el rugido del motor y el olor a gasolina? A Leo sí y para demostrárnoslo nada mejor que «Keroseno», en la que se unió el guitarrista de Silver Fist, Adri, para aportar más madera eléctrica a un tema ya de por sí suficientemente contundente. Y así, llegamos al primer y único bis de la noche.
No se hicieron rogar demasiado y volvieron al escenario con Pino acústica en mano para dejarnos una emotiva «Un Día Más», otra de esas canciones recuperadas para este final de gira siendo esta la tercera ciudad en la que entraba a formar parte del setlist. El tributo a como dice Leo una de las grandes bandas de nuestro país, Mägo de Oz, lo firmó su personal versión de «El Lago» que les sienta francamente bien y que han hecho totalmente suyo. Eso sí, es innegable que echamos en falta al compañía de Zeta, un privilegio que sí tuvieron ocasión de vivir en la capital aunque no tardaríamos en ser testigos de otra preparada especialmente para nosotros.
Cerrando la factoría del contraste
Ahora sí, el punto y final lo puso el himno «Perro Traidor», único recuerdo a Saratoga, banda que le presentó en sociedad y le llevó al estrellato, que Leo cantó en compañía de Isra Ramos, cantante de Avalanch y de Amadeüs, a los que pronto les podremos ver de vuelta a los escenarios en dos fechas muy especiales. La dupla vocal funcionó a la perfección, con Isra demostrando su calidad en un registro más agresivo que al que nos tiene acostumbrados, con un Leo completamente desatado en los agudos marca de la casa, y que convirtió el ambiente de la sala en toda una olla a presión de heavy metal de toda la vida.
Lástima que en el tintero se quedara la poderosa «Resurrección», hecho que nos dejo cierto sabor agridulce en los labios pero que tras prácticamente dos horas de concierto nos hizo volver a casa más que satisfechos. Una intensa última parada en Barcelona de este exitoso y longevo «Contrastour», con esa bestia del heavy metal que es Leo Jiménez en todo su esplendor y rodeado de excelentes músicos, ofreciéndonos los últimos retales de «La Factoría del Contraste» antes de sumergirnos en la senda iniciada por «La Era de la Individualidad».
Texto y fotos: Lluís García
Promotor:Damask Events
Día:2018-11-16
Hora:22:00
Sala:Salamandra
Ciudad:Hospitalet de Llobregat, Barcelona
Puntuación:8
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