Ha habido una pandemia de por medio, innumerables cancelaciones, cambios en el cartel y una expectación como hacia tiempo no se veía, pero al fin, la que estaba destinada a ser la noche de thrash más espectacular del año llegaba al fin a la ciudad condal.

Reunir a tres leyendas en un mismo cartel, lograr que dos compartan su cabecera, que la primera banda la mayor representante de todo un subgénero y lograr agotar las entradas en la sala Razzmatazz, son sin duda los ingredientes de los que se compone una noche memorable. La inmensa cola que cruzaba Almogávares ya auguraban que la velada iba a formar parte de la memoria colectiva, pero no fue hasta que comenzó la música que toda la promesa se materializó.

Municipal Waste, el tentempié perfecto

Suele decirse aquello de que nunca es agradecido ser la primera banda, pero la verdad, pocos conjuntos me parecen más adecuados para destrozarlo todo en tiempo record que Municipal Waste. Los americanos son un grupo tímido en nuestro país, y cada vez cuesta más verlos fuera del circuito de festivales, por lo que su actuación no solo no se vio mermada por la brevedad de su set, sino que en todo caso la urgencia lo elevó.

“Demoralizer” salió sin piedad sobre una sala que los recibió como si fueran cabezas, empalmando con la memorable “Breath Grease”, que hizo que de los pogos comenzaran a salir gritos bárbaros y enloquecidos. Hago hincapié de nuevo en que el concierto era un martes a las 18:30h, pero cualquiera que viera una foto bien podría haber creído que estábamos ante la actuación de unos cabezas. Las colas fuera ya auguraban que la afluencia iba a ser notable, pero la realidad superó todas las expectativas.

Municipal Waste supo exprimir bien cada segundo de su setlist, aprovechando la escasa duración de sus temas para tocar un setlist nada desdeñable que estuvo plagado de cortes del reciente ‘Electrified Brain’, brillando especialmente “Grave Dive”, que funcionó a la perfección en tándem con “You are Cut Off”, un clásico super querido que desató una locura de pogos y walls of death.

Los temas fueron cayendo uno tras otro con brutalidad y precisión, impidiendo que la locura del público se extinguiera y sacando el máximo del tiempo que tenían sobre las tablas. Clásicos como “Sadistic Magician” fueron recibidos con fervor, pero también lo hicieron otros no tan notables como “Slime and Punishment”. Al final del día, hay quienes podrían decir que los temas de Municipal Waste son casi indistinguibles, y aunque una afirmación así alberga cierta verdad, lo que es innegable es que los americanos se embriagan de su propuesta para descargar un concierto que a lo que le falta de variedad le sobra de energía.

La oleada final vino de la mano de “Wave of Death”, que con su aura de canción de despedida tuvo un aire incluso más enérgico, solo para cerrar la noche con la divertida “Born to Party”, que logró que lamentáramos que estuviéramos en un martes, pues de lo único de lo que hubo ganas era de acercarse a la barra y prepararse para una fiesta. Aunque todos sabíamos lo que había, Municipal Waste hizo lo que mejor se le da, dejando a la sala caliente para los conciertos que debían seguirles.

Kreator, el thrash más ambicioso

“Hater Über Alles” fue la responsable de abrir el concierto, demostrando que pese a ser un lanzamiento reciente ya ha calado en el psique colectivo de sus fans, aprovechando su buen funcionamiento para empalmar con “Hail to the Hordes”, que con su deje melódico más cercano a himnos dignos de cantarse a todo pulmón, mantuvo al público entregado a un concierto que ya no se vendría abajo.

Kreator (Foto: Sergi Ramos)

Los germanos Kreator son muy solventes a la hora de equilibrar los momentos más brutos con los más melódicos. Al final, un concierto de pura tralla que se extienda por encima de la hora es bastante pesado de soportar, y los matices de la banda brillan especialmente cuando desgranan sus muchas facetas.

Kreator (Foto: Sergi Ramos)

Lograr una actuación así es muy sencillo cuando en tu arsenal tienes cortes tan memorables como “Enemy of God” o “Phobia”, que alternaban la locura del mosh pit con la calma de cientos de voces cantando melosamente al unísono. Kreator son un grupo que parece no cansarse de tocar techo, y su ambición resulta patente cuando uno los ve sobre el escenario. Su producción es cada vez más ambiciosa y su presentación es ecléctica, algo raro en el thrash, reuniendo bajo su ala a todo lo que hace que un grupo de metal pueda llegar a todos los públicos.

Kreator (Foto: Sergi Ramos)

Sí que hubo un pequeño bajón con “Satan is Real” o “666 – World Divided”, pese a que también es cierto que el asistente que hubiera ido principalmente a hacer pogo, podía llegar a estar agotado tras empalmar el show de Municipal Waste con los cortes más cañeros de Kreator. Sea como fuere, cuando “Mars Mantra” sonó por la PA se generó una expectación que solo se vio acrecentada por el hecho de que en Barcelona no cabía ni un alfiler, por lo que cuando sonó “Flag of Hate” toda esa anticipación estalló como una olla a presión.

Kreator (Foto: Sergi Ramos)

El epílogo del show vino de la mano de “Violent Revolution”, con la que Petrozza siempre consigue poner a todo el mundo a cantar, solo para lograr que los mismos que cantaban al unísono pasaran a matarse al salvaje ritmo de “Plasure to Kill”, que logró un wall of death memorable antes de que Kreator se despidiera y le cediera el escenario a Lamb of God.

Lamb Of God, apabullantes y solventes

La tranquila introducción de “Memento Mori” creo una engañosa aura de tranquilidad justo antes de estallar en una explosión de energía que apunto estuvo de derribar los muros de Razzmatazz, siguiendo con una “Ruin” que provocó un mar de cabezas en movimiento que iba desde las primeras filas hasta los confines traseros de la sala.

Lamb Of God (Foto: Sergi Ramos)

Si los conciertos de Kreator y Municipal Waste brillaron por una intensidad acelerada que dio pie a muchos pogos, Lamb of God pudieron alardear de mantener un groove que de una forma u otra mantenía a todo el personal en movimiento, logrando que la pegajosidad de sus riffs se tradujera en un show intenso que no soltaba la atención del espectador en ningún momento.

Lamb Of God (Foto: Sergi Ramos)

La romántica “Walk With Me In Hell” desató el primer wall of death de la actuación, equilibrándose con la pesada “Resurrection Man”,con la que los americanos pudieron sacar pecho no levantar el pie del acelerador a fin de dar un concierto que esquivaba la monotonía sin sacrificar por ello la intensidad. Pudo brillar Art Cruz tras los platos a la hora de encarar “Ditch”, y es que aunque la de Chris Adler es una sombra muy larga, lo cierto es que la interpretación de la batería fue sublime a lo largo de toda la noche.

Lamb Of God (Foto: Sergi Ramos)

“Now You’ve Got Something to Die For” fue recibida entre gritos por un público que tras tres intensos conciertos, seguía en pie y dándolo todo principalmente por la incombustible energía del grupo, que pese a compartir cabecera de cartel con Kreator, por la hora de su actuación y la ambiciosa escenografía de su escenario, se sentía como la gran protagonista de la noche.

Lamb Of God (Foto: Sergi Ramos)

La directa “Contractor” funcionó de maravilla con la sesgada “Omerta”, pese a que un corte reciente como “Omens” si que cayó con algo más de frialdad, pese a que la traca final del espectáculo había de concentrar la mayoría de los grandes momentos. “11th Hour” fue como un bombardeo de precisión que desató una ola de violencia y locura entres las filas de sudorosos fanáticos que aún seguían con la misma energía que desde el minuto 1.

Lamb Of God (Foto: Sergi Ramos)

Tocaba allanar el camino hacia el final del show, que empezó con el misterioso hálito de la querida “512” y la engañosa tranquilidad de “Vigil” que, con una licencia interpretativa muy grande por mi parte, en cierto modo ejercieron de baladas en una noche en la que una brutalidad sin piedad era la norma, pese a tratarse de temas con una caña incontestable.

Lamb Of God (Foto: Sergi Ramos)

Pese a todo, nada se pudo igualar a la locura que se desató cuando el riff de “Laid to Rest” sobrevoló la sala, que amenazó con ser derrumbada al son de los pogos más brutales de la noche, solo para mantener el listón por la nubes con la fiestera y queridísima “Redneck”, poniendo el broche de oro ya no solo a una actuación impecable, sino a una noche de thrash y groove que tras tres años de cancelaciones, pudo culminarse por todo lo alto.

Texto: Marc Fernández | Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Bring The Noise

Día:2023-03-14

Hora:18:30

Sala:Razzmatazz

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Kreator, Municipal Waste

Puntuación:9