Fiestón de Korpiklaani en Málaga

Quizás el martes no sea el día más adecuado para una maratón de folk-viking metal y estilos colindantes, pero pocas veces se puede disfrutar de grupos internacionales de la talla de Trollfest, Turisas y Korpiklaani por el sur del país.

Sin contar con la presencia de unos jovencísimos y casi desconocidos Korpiklaani en un Atarfe Vega Rock de Granada  hace eones, sus compañeros de cartel no habían visitado Andalucía en su vida.  Tras su visita en febrero del año pasado (en aquella ocasión con Heidevolk y Arkona, en vez de Turisas), pero ahora con su nuevo trabajo “Kulkija” bajo el brazo, Korpiklaani encabezaba esta aventura nórdica en nuestro país por ciudades menos habituales de los circuitos de gira como Málaga bajo el nombre de “Wayfarer & Warrios Tour”.

Trollfest: La calidad musical es lo de menos

Los primeros en salir a escena repartiendo globos de todos los colores y formas entre el público, fueron los noruegos Trollfest. Lo suyo no es pasar desapercibido, ni mucho menos. Hasta su técnico de sonido iba disfrazado de princesa como la mayoría de sus componentes (imaginamos que en relación con el título de su último disco «Norwegian fairytales»), y el mar de colores llegaba hasta sus instrumentos en los que se incrustaron luces led con más colores que una feria.  Trollfest es una excelente banda para disfrutar en directo.

Trollfest (Foto: Satur Romero)

Es verdad que su estilo es un mejunje sónico en el que se funde y se mezcla el folk metal, el metal extremo, las canciones tradicionales nórdicas y a saber muy bien qué estilo están fusionando. Pero es lo de menos, porque transmiten unas ganas de fiesta y diversión que no dejan indiferente a nadie. Trollfest es un torbellino de sonido y de sensaciones que adornado con canciones como “Professor Otto”, “Kaptein Kaos” o “Espen Bin Askeladden” arrasa donde quiera que vayan. Por si su actitud constante de provocar al público no fuera bastante, no tienen inconvenientes en organizar diversos juegos entre el público.

Trollfest (Foto: Satur Romero)

Un circle pit por aquí, una sentada generalizada por allá y como colofón, una macro conga que dio infinitas vueltas por toda la sala y que con casi toda seguridad si el metraje de su actuación hubiera sido mayor, habría dado vueltas por todo el polígono en el que se encuentra ubicado la sala París 15. Muy pocos de los asistentes puede decir que el show de Trollfest fuera aburrido. Una banda que sabe explotar al máximo su directo.

La contundencia de Turisas con final inesperado

Turisas son de otra calaña. Desde sus inicios han sabido evolucionar con coherencia, y a día de hoy ya cuenta con un sonido más que reconocible. Con algunas banderas sobre el escenario para alentar a los soldados de su batalla, salieron como un vendaval y a por todas con “As Torches Rise”. El sonido fue el más contundente de la noche y junto con un notable juego de luces, el espectáculo de los finlandeses fue más que satisfactorio. Muchos pensaran que de todo el cartel fue la mejor actuación, y podríamos darle la razón con suma facilidad.

Turisas (Foto: Satur Romero)

Sus ropajes y pinturas son parte de su estética y en directo saben aprovecharlo al máximo. Con una actitud ruda, tal y como se necesita  para las primitivas batallas, siguieron presentando en vivo su última entrega “Turisas2013”, con el que llevan girando incansablemente desde su lanzamiento hace casi seis años. “A Portage to the Unknown”, “To Holmgard and Beyond”, “Greek Fire”, “Battle Metal”, “Hunting Pirates” o “Stand Up And Fire” no faltaron a la cita en un concierto en el que jugaron mucho con el tempo de las canciones, para aportar más variedad a un estilo que corre el riesgo de quedarse encorsetado.

Su vocalista Mathias Nygård comandaba a su banda a la vez que no cesaba de animar al público para hacerlos partícipes de su show. Casi sin quererlo, su violinista Caitlin De Ville acaparó todas las miradas por su calidad técnica y por la forma de danzar y moverse sobre la tarima. La artista de Zambia se ha sumado de forma provisional a la formación para sustituir a Olli Vanskä, que se ha tomado una temporada de descanso por motivos personal. No dejaba de ser curioso cómo vivía sus interpretaciones  la violinista africana, que parecía que lleva en la banda desde sus inicios y que las canciones están firmadas por su mano. Y eso que el metal no se encuentra entre los estilos predilectos de su biografía.

Turisas (Foto: Satur Romero)

Con el público a sus pies, la esperada “Rasputin” (muy solicitada por el público durante todo el concierto) hizo enloquecer a toda la sala. Aunque al final de su interpretación fallara el micro del cantante y la banda diera la sensación que finalizaba su actuación. Anunciaron que volverían en unos minutos, y se pensaba que era para arreglar algunos problemas técnicos, pero sus roadies acomodaron varios taburetes para un pequeño set acústico formado por “The March of the Varangian Guard” y “For Your Own Good”. Después de toda la potencia fue una extraña forma de terminar su concierto. Pero al mismo tiempo supuso una delicia disfrutar de unos Turisas más emotivos y distintos de lo que se espera de ellos. Quien no arriesga no gana.

El folk metal tiene nombre propio: Korpiklaani

Si pensamos en las palabras folk metal nos viene automáticamente a la mente la figura de Korpiklaani. A nivel mundial los fineses son uno de los máximos estandartes del estilo, y con mucho trabajo y esfuerzo a lo largo de su carrera, su popularidad no hace más que crecer. Con “Neito” y unos leves problemas de sonido en el micro de su cantante Jonne, arrancaba los cabezas de cartel de la noche. El sonido era menos contundente que el de sus predecesores, pero el justo y necesario para sacar a lucir las bondades de su variado (y elegante por momentos) folk metal.

Korpiklaani (Foto: Satur Romero)

Como era de esperar, su set venía muy representado por su nuevo trabajo y sonaron en el ecuador de su show sus singles “Kotikonnut”, “Harmaja”, “Henkselipoika” y “Aallon Alla”. Su vocalista es quien tira siempre del carro y no para de animar al público a base de brincos en repetidas ocasiones. Genio y figura en el que se concentra casi todo el énfasis que la banda finlandesa transmite a los asistentes. El tópico de que los nórdicos son fríos y distantes se cumplía con su violinista Tuomas, que se mostró bastante apático en cada uno de sus movimientos.

Korpiklaani (Foto: Satur Romero)

Sin más esfuerzo del necesario los finlandeses fueron moviendo al público a su antojo,  y canciones más esperadas en su repertorio como “Kylästä keväinen kehto” o “A Man With A Plan” no hacía más que acentuar su gran estado de forma en directo.  Fueron de menos y más y parece que lo hacen a conciencia, porque su tramo final estaba cargado de clásicos una vez hechas las pertinentes presentaciones de su nuevo material.  “Lempo” y unas clásicas “You Looked Into My Eyes” y “Wooden Pints” nos avisaban que estábamos en el camino de un alcohólico final. Aunque el suelo de la sala hacía tiempo que se había convertido en una enorme laguna de cerveza.

Korpiklaani (Foto: Satur Romero)

Más saltos y bailes llegaron con “Beer Beer” y “Vodka”. Ni falta hace decir que eran dos canciones que todos los seguidores de Korpiklaani estaban esperando con ansias, y que se dejaron la garganta en cada uno de sus estribillos. Y todos los que pudieron se sirvieron una última ronda con “Happy Little Boozer”. Korpiklaani son viejos zorros, y saben lo que necesita y espera sus seguidores de ellos. Con buenas y pegadizas canciones y una puesta en escena en la que no faltan detalles (cuernos de alces y troncos de madera en su batería, además de sus variopintos ropajes), el combo finlandés han conseguido convertirse en unas megas estrellas del folk metal. El título se lo han atribuido ellos mismos, pero después de conciertos como este, no seremos nosotros quien lo ponga en duda.