Kissin’ Dynamite inunda Madrid de glamour

La tarde del martes 22 de octubre se dibujaba en Madrid con un panorama bastante austero y gris. El frío y las lluvias llevan siendo los protagonistas durante los últimos días en la capital, pero eso no impidió que varias decenas de fans aguardasen a las puertas de la sala Nazca para ver a sus ídolos.

Aunque hace apenas unos meses que Kissin’ Dynamite pisase nuestras tierras junto a Powerwolf y Amaranthe, la banda alemana cuenta con un fiel elenco de seguidores que se encargan de darles una calurosa bienvenida en cada actuación en España. En esta ocasión contarían con unos compañeros mucho más acordes en cuento a estilo se refiere: los franceses BlackRain.

Una espectacular puesta a punto por parte de BlackRain

La apertura de puertas, prevista para las 19:45h, sufría una demora de casi media hora debido a problemas técnicos con el equipo de luces de la sala. Esta serie de inconvenientes se agravaron hasta el punto de casi tener que cancelar el evento, como bien indicarían los vocalistas de ambas bandas en sus respectivas actuaciones. Afortunadamente todo pudo solventarse y el show de BlackRain daba comienzo pasadas las 20:20h.

BlackRain (Foto: Kaisla Virtanen)

La intro de los galos tomaba forma con un fragmento de su himno nacional, La Marsellesa, que serviría para que el cuarteto de músicos se colocase en sus respectivas posiciones.  Minutos más tarde,  “Dying Breed” estallaba con energía para levantar los ánimos de un respetable que para esa hora llenaba la mitad de la pista.

BlackRain (Foto: Kaisla Virtanen)

BlackRain es de ese tipo de bandas underground difíciles de ver por nuestro país. Su última visita fue en septiembre de 2016, donde telonearon a Reckless Love en Madrid y Pamplona, así pues la pasada noche en la sala Nazca durante su concierto se daba cita un público muy heterogéneo. En él se mezclaban personas que únicamente habían acudido a verles a ellos, como completos desconocedores de los franceses.

BlackRain (Foto: Kaisla Virtanen)

Lo que quedó claro después de su actuación es que BlackRain ganó algún que otro adepto a su causa. La presentación de sus temas nuevos como “Hellfire” o “Nobody Can Change”, de su recién estrenado ‘Dying Breed’, dieron forma a una poderosa aunque corta actuación. Si hay que sacar alguna pega sería la descompensación del sonido. Esto afectó sobre todo al micrófono del vocalista Swan Hellion y al de sus compañeros Matthieu de la Roche (bajista) y Max 2 (guitarrista) cuyos coros eran prácticamente inaudibles en ciertos momentos de la actuación.

BlackRain (Foto: Kaisla Virtanen)

Desde su formación en 2003, la banda de sleaze tiene catálogo más que de sobra para incluir temas en sus setlist, una pena que el escaso tiempo con el que contaban solo les diera para sacar a relucir perlas como “Inocent Rosie”, “Blast Me Up” o “Wild Wild Wild”.  El punto final a los cuarenta minutos de actuación culminaban con una particular versión del “We’re Not Gonna Take It” de Twisted Sister.

Kissin’ Dynamite: al rojo vivo

Durante el cambio de backline, que por cierto fue bastante corto gracias a los técnicos, los nervios se incrementaban en la pista. Con el respectivo retraso que llevaba acumulándose desde primera hora,  el quinteto de músicos salía con una actitud impecable tras la intro para interpretar “I’ve Got The Fire”. Poco más hizo falta para desatar la locura. Aun así sin respiro alguno llegaban  “Somebody’s Gotta Do It” y “Love Me, Hate Me”. Casi podría decirse que fueron de los temas más coreados, y eso que los seguidores de Kissin’ Dynamite asistieron al evento con los deberes hechos, sabiéndose así la totalidad de temas de principio a fin.

Antes de seguir con la interpretación de “DNA” (‘Megalomania’, 2014), el frontman Hannes Braun aprovechó para saludar al público y explicar los incidentes sucedidos anteriormente. La caña continuaba con “Sex Is War” antes de aparecer la primera sorpresa de la noche. El vocalista alemán presentaría chapurreando un poco de español a Anna Brunner, vocalista de Exit Eden, que acompañaría al señor Braun durante “Ecstasy” y “Sleaze Deluxe”, una pena que su micrófono estuviese especialmente bajo.

Kissin’ Dynamite (Foto: Kaisla Virtanen)

Su repertorio estuvo centrado principalmente en su último trabajo de estudio ‘Ecstasy’ que vio la luz el año pasado, a donde pertenece precisamente la siguiente canción en la lista: “Breaking The Silence”. Desde la formación de la banda en 2007, Kissin’ Dynamite ha mantenido su alineación con Ande Braun y Jim Müller a las  guitarras, Andi Schnitzer a la batería y Steffen Haile al bajo; aparte del ya citado vocalista Hannes Braun.

Kissin’ Dynamite (Foto: Kaisla Virtanen)

Cinco músicos que han ido escalando escalones de popularidad aceleradamente hasta convertirse a día de hoy en una de las bandas de heavy/glam más queridas de los tiempos recientes. Y no es para menos, pues aparte de mantener una actitud impecable en cada directo, la banda alemana lleva su espectáculo medido al milímetro. Amplificadores donde reluce su logo, con cartuchos de dinamita en lo alto y un piano que apenas cabía en el escenario, traído exclusivamente para tocar la bonita “Heart Of Stone”.

Kissin’ Dynamite (Foto: Kaisla Virtanen)

Después de la breve pausa para coger aliento, aún quedaba la recta final, que tomaba vida con “Waging War”, “Six Feet Under” y “I Will Be King”. El teatro para esta última fue de los más vistosos del show, un trono en medio del escenario y Hannes Braun ataviado con una capa de terciopelo roja la cual hizo llevar a uno de los “pipas” del grupo a modo de sirviente. El respetable respondió a los numerosos intentos de hacerle gritar antes de comenzar a tocar. Impagable ver las numerosas posturas del frontman en la gran silla plateada.

Kissin’ Dynamite (Foto: Kaisla Virtanen)

Dicho esto, apenas quedaban un par de temas por salir a la palestra y es que los retrasos dejaron fuera a “Still Around”. De esa forma la pareja encargada de dar forma a los bises fue  “You’re Not Alone” y “Flying Colours”. Finalizado el concierto quedó claro que ni la lluvia, ni los problemas con el equipo, ni la celebración del evento durante la velada de un martes, impidieron que Kissin’ Dynamite diera un show grandioso.