Insomnium y Tribulation en Sevilla: frescura y personalidad

La verdad es que esperaba menos gente en la Custom, por aquello de caer en miércoles. La semana anterior habían tocado Immolation y la taquilla había andado regulera, aunque, a priori, no se tratase del mismo público objetivo. Pero bueno, es Metal, al fin y al cabo

Es lo que tienen las giras europeas, que si te cae en casa en día laboral, pues ajo y agua. Insomnium venían presentando su último disco, el conceptual “Winter’s Gate” (2016), basado en un cuento sobre mitos escandinavos escrito por el propio bajista y vocalista, Niilo Sevänen, en una segunda gira europea, esta vez por cortesía de Madness Live!

El caso es que, bien porque les vieron en la pasada edición del Leyendas del Rock, bien porque vieron una oportunidad para disfrutarlos por vez primera, a las siete de la tarde se congregaron bastantes más de cien y algo menos de doscientos a las puertas de la sala para disfrutar de un atractivo cartel de dos bandas. A veces nos quejamos de que cuatro bandas son muchas porque se hace pesado, y a veces de que un cartel de dos bandas por veintiséis euros se hace caro. Podía haberse metido una banda local del rollo para abrir boca. Igualmente la velada se hizo corta y amena. Las bandas traían un setlist muy correcto y un espectáculo rodado que nos supo a poco, dejando alto el listón.

Tribulation tiene tirón

A Tribulation ya les habíamos podido ver hace poco, ya que vinieron teloneando a Arch Enemy junto a Wintersun, y la verdad es que parte de la asistencia estaba ahí por ellos. Dieron un concierto sorpresivo, muy personal y de tan buen gusto que si nos dicen que ellos eran los cabezas de cartel nos lo hubiéramos creído. Acaban de lanzar su última obra, “Down Below” (2018), y presentaron algunos temas del mismo mas otros de sus más recientes discos.

Finalmente, la Custom ha vuelto a tener disponibilidad en colgar lonas tras el escenario. Un amplio telón y dos roll up laterales vestían la tarima para tan gótico show. Maquillados y ataviados de una guisa blacker digievolucionado a gaseoso nos regalaron un concierto bastante dinámico y goloso con una iluminación y un visual bien planeado. A veces Johannes Andersson nos recordaba a Lemmy con su bajo Rickenbacker bajo esa luz verde tan Kreator style.

Tribulation

Pero, sin duda, el gran atractivo de la banda, son sus guitarristas, Adam Zaars y sobre todo Jonathan Hultén, que pareciendo salidos de una tragedia griega del siglo veintiuno, una mezcla entre The Rocky Horror Picture Show y El Cuervo, movían sus delgadísimos cuerpos (son el espíritu de la golosina, como se dice por aquí en el sur) entre espasmos de gasas, cuero y rockandroll.

Y sí, aunque en sus orígenes los suecos comenzaran haciendo metal extremo, los Tribulation de hoy hacen un rock psicodélico muuuuy gótico cuyo único remanente de blacker es la pintura blanca y la voz. El sonido fue genial y como digo, si hubieran tocado dos o tres temitas más a nadie le hubiera importado. Puede que su música no sea la que más les guste, pero si los ven les conquistarán como hicieron con el público del concierto de Tribulation en Sevilla.

Que siga la fiesta con Insomnium

Insomnium suenan a banda gorda, y son muy profesionales. Su directo estuvo dividido en dos actos, cada uno presentado por una sintonía de “Loca Academia de Policía” (sí, han leído bien) que arrancó una sonrisa de incredulidad surrealista a los de nuestra quinta que pudimos reconocerla. Se saltaron toda la intro ambiental para comenzar directamente con la candela de la primera parte de su “Winter’s Gate”, que interpretaron íntegro y en orden, bajo la ridícula luz de dos focos móviles azules.

Insomnium

Durante casi cuarenta minutos sonó esa maravilla que los fineses se han sacado de la manga en una sala prácticamente a oscuras. Supongo que es el efecto que la banda pretende conseguir, y mientras, los fotógrafos cruzábamos los dedos para que la situación no se prolongara. Ilusos nosotros. El público, cada vez más encendido, coreó los fraseos de la parte VII, que son, al mismo tiempo, las notas del riff principal de la parte I, ante las sombras de los que decían ser Insomnium.

En la segunda mitad de su repertorio la penumbra y las luces azules se tornaron en una iluminación más natural, que dejó ver la lona con la portada del último y citado álbum, y unos paneles laterales estrellados, muy en la onda y el concepto místico individualista y doloroso de la banda. A ellos pudimos verles la cara, las melenas, y las manos tocando. Añadieron muchos efectos de pedal para crear esa atmósfera y ese sonido trascendente que confiere aura a sus composiciones.

En lo individual no son nada del otro mundo, y no fue un concierto de grandes solos de guitarra, aunque el Omnium Gatherum Markus Vanhala nos regaló unos solos geniales al final de “Promethean Song” y “Only One Who Waits” ya en la recta final de la descarga. Si en algo destacan Insomnium no es en la técnica sino en la calidad de las composiciones, en un sonido propio, una guitarra que casi siempre anda punteando melodías tristes y agridulces y una personalidad que despunta más con cada disco grabado.

Insomnium

En esta parte el repertorio consistió en temas escogidos de la discografía más reciente. Pudimos disfrutar de la voz limpia en los estribillos de la casi balada “The Promethean Song” por parte de Ville Friman, y Sevänen se confirmó como frontman con ese vozarrón gutural profundo y equilibrado, mostrando un control y una sincronía perfecta a la vez que hacía participar al público con simpatía.

Si tenemos que quedarnos con un momento, sin duda fue cuando se pusieron al público andaluz en la mano coreando la melodía de tema de “While We Sleep”, que se nos metió tanto en la cabeza que aún con el concierto acabado íbamos tarareando por dentro hasta llegar a casa. Buen concierto, aunque corto, el de los finlandeses. Con un material tan bueno, repitiéndome, podían haber alargado quince minutos el concierto de Insomnium en Sevilla y no hubiera pasado nada.