In Flames se reafirman como reyes del death melódico en Madrid

A día de hoy está claro que el death melódico no habría llegado a ser como se conoce actualmente sin la figura de In Flames y At The Gates, por lo que, encontrar a los progenitores del también denominado sonido de Gotemburgo en el mismo cartel sucumbiría los deseos de aquellos amantes del citado subgénero.

Asistir a un concierto de In Flames o At The Gates en pleno 2022 es ser testigos de como esta banda influenciaron a toda una generación en la década de los 90, y de cómo siguen transformando lo que crearon hace ya treinta años a modo de ser una inspiración también para las generaciones venideras.

Sin apenas espacio entre un evento y otro, el mes de noviembre se ha ido colmando de visitas inolvidables según han avanzados sus días. Los últimos coletazos del penúltimo mes del año no iban a ser la excepción, y el concierto que protagonizó In Flames se sumaría a esa larga lista

Jóvenes promesas

Si algo tienen en común las bandas de este cartel, partiendo de su procedencia sueca, es la práctica del ya citado death melódico. En el caso de Orbit Culture, llevado hacia el terreno del doom con tintes thrash. Aunque la trayectoria de la banda se remonte únicamente a 2013, el cuarteto se ha hecho un hueco en la escena con la calidad de sus composiciones. La última en salir, “Vultures Of North”, que fue la encargada de romper el hielo en su actuación en la Riviera.

Orbit Culture (Foto: Kaisla Virtanen)

El cuarteto tuvo la suerte de contar con una entrada bastante significativa y aprovechó sus escasos treinta minutos sobre las tablas para ganarse algunos adeptos más en su visita a la capital. Sonaron cortes como “Carvings” o “Strangler” de ‘Shaman’, su segundo álbum e incluso tuvieron tiempo para representar su EP Redfog con “Saw” o ‘Nija’ con “North Star Of Nija’. A pesar de tener que actuar el primer lugar y a una hora temprana, el grupo de Niklas Karlsson salió victorioso y consiguió dejar un buen sabor de boca con su actuación.

El tesoro oculto

Aun estando en una posición poco llamativa del cartel, Imminence resultaron ser una de las perlas de la velada, pues el quinteto nunca han sido una banda al uso. El hecho de practicar un death metal melódico que se inclina hacia el metalcore e introduce el violín como como ornamentación de sus canciones así lo demuestra. Con una sala casi a reventar, salieron con todo interpretando “Ghost”. Este corte se encuentra en su nuevo disco ‘Heaven In Hiding’, que apenas lleva dos días en el mercado, pero que colma el setlist de la gira de los suecos.

Imminence (Foto: Kaisla Virtanen)

Sonaron del mismo redondo la que da título al álbum, “Temptation” o “Chasing Shadows”. No hubo mucho más tiempo, por lo que la banda de Eddie Verg solo pudo adicionar un par de temas del ‘Turn The Line On’: “Erase”, “Paralyze” y “Sickness”. A pesar de ser una de las bandas de apoyo, fueron los únicos que adornaron su actuación con columnas de humo, a pesar de que no favoreció al conjunto lumínico en su totalidad. Aunque, a decir verdad, no le hubiera hecho falta ninguna parafernalia extra ya que se ganaron el favor del respetable al poco de salir a las tablas.

A las puertas del infierno

Llamar a At The Gates teloneros debería estar calificado como pecado mortal, pero cierto es que, si no es en ocasiones como esta cuesta ver a los suecos de gira propia como cabezas de cartel. De ese modo, los nórdicos no se hicieron de rogar y saltaron a las tablas con “Spectre Of Extinction”, único corte que sonó de su recién estrenado ‘The Nightmare Of Being’.

At The Gates (Foto: Javier Bragado)

Poco tardó en llegar “Slaughter Of The Soul”, tema que da título al álbum homónimo y que marcó un punto de inflexión en su carrera, lanzándoles al estrellato. Uno de los imprescindibles del death melódico. Con el listón por las nubes llegó “At War At Reality” pilar fundamental del grupo, infalible en directo, que enlazó directamente con “To Drink From The Night Itself”.

At The Gates (Foto: Javier Bragado)

La banda de Tomas Lindberg hizo enloquecer al respetable a través de cortes del calibre de “Blinded By Fear”, “Under A Serpent Sun” o “The Night Eternal”, dando el prognatismo total a los mencionado ‘Slaughter Of The Soul’ y ‘At War With Reallity’, discos que se han convertido en su principal baza en los directos de su etapa actual.

At The Gates (Foto: Javier Bragado)

Este último, rompía los 18 años de silencio tras su ruptura y traía a la banda de vuelta para atravesar la que sería su segunda juventud. Pocas bandas hay que derrochen tanta energía sobre las tablas, pues a sus conciertos apenas se les puede sacar ninguna pega. At The Gates son infalibles, incluso actuando en segunda línea de batalla.

La capital al rojo vivo

Sin llegar a ser una gira de presentación, In Flames se ha echado la carretera de la que bien podría haber sido la celebración de su nuevo ‘Forgone’. A medio camino entre una promoción y una gira de grandes éxitos, los suecos han incluido 3 temas nuevos entre sus hits que parecen haber calado en el respetable de manera aceptable. Quizá sea una declaración de intenciones de volver a las que fueron sus raíces del death melódico y dejar de lado otras corrientes más mainstream, como bien se demostró en el inicio con «The Great Deiciver».

In Flames (Foto: Javier Bragado)

Un puesto de salir a la palestra algo desmerecido, pues el primer momento memorable llegó de la mano de “Pinball Map” del aclamado ‘Clayman’, para continuar seguidamente con “Cloud Connected”; dos de sus cortes más queridos. No es de extrañar que el respetable se deshiciera en halagos tras el tercer tema. Aunque In Flames hayan sido criticados hasta la saciedad por los virajes de su estilo musical, hay que apuntar que y la primera parte del set estuvo confeccionada para sus seguidores más puristas.

In Flames (Foto: Javier Bragado)

“Behind Space” (‘Lunar Strain’, 1994), “Graveland” (‘The Jester Race’ 1996) y “The Hive” (‘Whoracle’ 1997) fueron el tridente de oro de sus tres primeros discos. Desataron la euforia del respetable a quien posteriormente regalaron “Colony”. Su inclusión fue una sorpresa en toda regla, pues en su lugar, como en el resto del tour, debió de haber sonado “Scorn” y no aquella que da título a su disco de 1999. Toda la euforia contenida estalló con la llegada de “Only For The Weak”, uno de sus clásicos por antonomasia, que llegó temprana en la actuación.

In Flames (Foto: Javier Bragado)

Lejos de ser una banda conformista y recitar sus clásicos cual tabla de multiplicar, sin más dejó que cortes como “Leeches” del ‘Come Clarity’ se mezclase con “Foregone Pt. 1”, corte que da título a su nuevo disco de estudio como bien indicó el vocalista Anders Fridén antes de encarar la interpretación del mismo. Asu lado, Björn Gelotte, compañero de fatigas incansable desde que In Flames se conoce como lo que es a día de hoy, con una labor impecable a la guitarra.

In Flames (Foto: Javier Bragado)

Completan la formación Chris Broderick, también a las seis cuerdas, Tanner Wayne a la batería y Bryce Paul Newman. Sin embargo, el miembro extra que les hace de apoyo en directo, Niels Nielsen, fue quien acaparó el protagonismo durante la distendida “Wallflower”. Quedaba espacio para presentar “State Of Slow Decay”, que sonó potente, y encarar posteriormente lo que sería la fiesta final tras la imprescindible “Alias”.

Como es habitual “The Mirror’s Truth” inició la recta final, que junto a “I Am Above” y como no “Take This Life”, pusieron el broche de oro a la velada. El esquema trazado de 16 temas dejó más que satisfecho a un personal, que supo a su vez disfrutar del viaje por la historia de la banda y abrir su mente a los nuevos temas. La enorme comunión entre banda y público fue palpable desde el minuto uno, y el propio frontman no desaprovechó la oportunidad para dar las gracias al público madrileño.

In Flames (Foto: Javier Bragado)

Para todos aquellos que creían que la banda había perdido el rumbo, habrán de admitir haber estado equivocados. Tras esta noche, queda demostrado que la banda sueca está de vuelta con lo que promete ser uno de los mejores discos del próximo año. Por lo pronto solo se puede admitir que el estandarte del death melódico lo siguen portando In Flames.