Hypocrisy revienta Madrid con SepticFlesh

Mucho hay que echar la vista atrás para dar con la última vez que Hypocrisy encabezaron una gira en nuestro país. Concretamente fue hace casi una década, donde en 2013 acompañados de HateSphere, pisaron las principales ciudades de la península presentando su disco ‘End Of Disclosure’.

Tras 8 años de silencio musical, finalmente 2021 fue el año elegido para sacar a la luz nuevo material, siendo ‘Worship’ el título de su decimotercer trabajo de estudio. Entre tanto, la banda de Peter Tätgren ha dado muestras de su calidad en acompañamiento a grupos de la talla de Kataklysm o Amon Amarth en sus respectivas giras.

Un breve calentamiento

Abriendo la velada se encontraba uno de los últimos fichajes de Nuclear Blast, Horizon Ignited, una banda finesa de death melódico que adorna sus composiciones con tintes de metalcore. A pesar de llevar únicamente en activo 5 años, el sexteto logró congregar a un amplio séquito se personas a primera hora de la tarde, cosa difícil de vislumbrar en una banda telonera.

Horizon Ignited (Foto: Andrea Rodríguez)

Comenzaron su descarga con “Beyond You Reach” y “Servant”, cortes que dan título a sus dos EPs editados este año, y que posteriormente se incluirían en su segundo disco de estudio. Aunque el sexteto contó con un espacio muy reducido sobre las tablas y una iluminación que apenas dejaba vislumbrar sus siluetas, supieron prender la mecha de la energía del respetable, que se mantendría durante toda la velada.

Horizon Ignited (Foto: Andrea Rodríguez)

El set contó también con perlas como “Leviathan” de su primer disco editado, ‘After The Storm’ (2019) y cortes algo más melódicos con los que romper del ritmo de la talla de “Carry Me”. Con su buen hacer se ganaron un buen número de seguidores y le pusieron las cosas difíciles al grupo siguiente.

The Agonist sigue con su losa

Por mucho que pese, The Agonist siguen cargando con la losa de ser la “antigua banda de Alissa White-Gluzz”. Aunque tras la marcha de la actual vocalista de Arch Enemy, Danny Marino y Chris Kells pusieran toda la carne en el asador por Vicky Psarakis, interpretando únicamente cortes de su última etapa, el gran grueso de su obra -y de su fama- sigue perteneciendo a día de hoy a la cantante peliazul.

The Agonist (Foto: Andrea Rodríguez)

“In Vertigo” y “Blood As My Guide” delOrphans que en 2019 vio debutar a la señorita Psarakis, sonaron en primer lugar, aunque la declaración de intención vino poco después de la mano de “Remains In Time”. El quinteto lo apostó todo prácticamente a la carta de su recién estrenado EP, ‘Days Before The World Wept’, un trabajo que es la única pincelada de su actividad en el estudio desde hace 3 años.

The Agonist (Foto: Andrea Rodríguez)

La actitud de la vocalista fue correcta, aunque quizá un poco lineal y contenida para el estilo a desarrollar. Simpatía sí derrochó la frontwoman, que ardía en deseos por soltar ese memorizado “de puta madre” de toda persona preveniente de fuera de nuestras fronteras.

La banda que no quisieras tener de teloneros

Con un primer vistazo salta a la vista que los esquemas de este tipo de giras están diseñados para crear una potente sinergia entre dos grupos, con el fin de dar forma a un espectáculo mayor. Aunque el nombre de Hypocrisy estuviera colocado en lo más alto, sus compañeros Septicflesh se encargaron de dejar el pabellón bien alto, haciendo gala de la buena reputación y experiencia a sus espaldas.

SepticFlesh (Foto: Andrea Rodríguez)

Escasos minutos después de la hora estipulada los atenienses saltaban a escena para hacer a vibrar a una repleta Sala Changó con su potente «Portrait of a Headless Man».  Inmediatamente y sin vacilación Seth, vocalista y bajista, presentaba «Pyramid God» haciendo la forma de una pirámide con sus dedos, para deleitar los oídos de sus fanáticos con una mezcla de sinfonía y brutalidad.

SepticFlesh (Foto: Andrea Rodríguez)

Tiempo de «Neuromancer», el tema estrella del nuevo trabajo que vienen presentando «Modern Primitive» (2022), seguido de otro de los temas imprescindibles en su setlist «The Vampire From Nazareth». Pocas bandas consiguen aunar su pasado y su presente de una forma tan exitosa y elegante, logrando la atención y el deleite de los allí congregados casi sin pestañear. «Hierophant» y «A Desert Throne» ambas también de su último trabajo, una exquisita muestra de su death metal más orquestal y sinfónico, intercaladas con «Martyr» del ‘Codex Omega’ que vio la luz hace ya un lustro.

SepticFlesh (Foto: Andrea Rodríguez)

Siempre a un gran nivel escénico sobre las tablas, recae continuamente sobre su vocalista Seth la comunicación con el público jaleando el «¿aún tenéis energía?». Sin tregua para un respiro encabezaron la última parte de su actuación con las aclamadas «Communion», su vitoreada «Annubis» con la sala entregada coreando al completo la melodía y «Dark Art». Un setlist que estuvo centrado en repasar cuatro de sus más célebres discos desde 2008. Una vez más, un auténtico placer para cuerpo y una catarsis para el alma ver a los hermanos Antoniou: Spiros «Seth» y Christos en acción y disfrutar de la potente pegada a la batería de «Krimh» (Kerim Lechner), ex-Decapitated, y es que el austriaco les encaja, sin duda alguna, a los griegos como anillo al dedo.

La traca final

La figura de Peter Tätgren suscita siempre a su alrededor un aura especial. El multinstrumentista es una sin duda una de las figuras clave de la escena sueca como lo es de la escena del death metal globalmente hablando. Bajo su nombre no solo se encuentran las grandes Hypocrisy y Pain, así como el proyecto de menor transcendencia, The Abyss; sino que es uno de los productores más trascendentes de su país natal, poco más hace falta para tener presente el gran peso de su figura.

Hypocrisy (Foto: Andrea Rodríguez)

Primeramente, una archiconocida “Rock N’ Roll Train” de AC/DC abría boca para recibir directamente a “Worship” momentos más tarde. Los suecos no habían dado vida a un larga duración desde el ya lejano 2014, por lo que el corte que da título al disco estrenado recientemente haría gala de sus insignias al alzarse a la cabeza de la lista. Está claro que Hypocrisy es una banda de la que hay que disfrutar en la cercanía de una sala, aunque las dimensiones de la Chnagó se sentían un tanto apretadas durante las celebraciones de “Fire In The Sky” o “Mind Corruption”. Las revoluciones dejaron de aumentar con “Eraser”, pieza clave de su discografía para soltar nuevamente el freno con “Inferior Devoties” o «Chemical Whore”.

Tätgren es capaz de transportar a los presentes a una dimensión paralela, incluso cuando sus defensas se encuentran prácticamente bajo mínimo. Quien hubiera imaginado que aquellos guturales que llegaban como puras cuchilladas eran emitidos por alguien enfermo, “enfermo como un perro”, llegó a relatar el vocalista a comienzos del show, todo para negar estar llorando bajo la inmensa niebla que cubría el escenario.

Hypocrisy (Foto: Andrea Rodríguez)

Al albergar una carrera tan extensa es probable que algún tema quede fuera del setlist, equilibrado casi a partes iguales entre sus 13 discos de estudio editados hasta la fecha. Sonaros desde los imprescindibles clásicos “Fractured Millennium” (‘Hypocrisy’, 1999) e “Impotent God” (‘Penetralia’, 1992), hasta “The Final Chapter” o “Adjusting The Sun” que se han ganado cierto reconocimiento en su etapa más contemporánea.

Hypocrisy (Foto: Andrea Rodríguez)

“Don’t Judge Me”, “War-Path”, “Children Of The Gray” o “Weed Out The Week” hicieron de hilo conductor entre las diferentes etapas conformando una idea clara de la cronología del grupo. La última, encuadrada en ‘A Taste Of Extreme Divinity’, fue llevada al directo por el fallecido Alexi Laiho en el puesto de segundo guitarrista en su periplo por Norteamérica en 2009, año de presentación del disco.

Hypocrisy (Foto: Andrea Rodríguez)

Meses más tardes Tomas Elofsson, entró a ocupar el puesto se segundo guitarra hasta la actualidad, formando un tándem ineludible con Tätgren a las 6 cuerdas. Mikael Hedlund el bajo junto al frontman forman los pilares del grupo, a quienes se ha adherido recientemente el batería Henrik Axelsson, un bien fichaje tras los platos y que ensalza la magnificencia del sonido de la banda en directo.

Hypocrisy (Foto: Andrea Rodríguez)

Aunque la lista de temas pareciese extensa, la ineludible “Roswell 47” puso el broche de oro a una actuación pletórica. Queda demostrado que Hypocrisy se crecen con la cercanía de su público, brillando más sobre el escenario de una sala que en una gran arena siendo meros acompañantes. La adrenalina descargada en una actuación de los suecos es difícilmente comparable a la de otros directos, y los asistentes que abarrotaron la sala Changó aquella noche dieron buena muestra de ello.