Heredeiros Da Crus: Una sacudida en “O Rural»
Cada vez que se habla de recuperar la normalidad en los actos culturales, da la sensación que la zona rural (“O Rural” en Galicia), esa España Vaciada de la que tanto se habla y tan poco se conoce, es ajena a esa recuperación y que no tiene actos culturales que normalizar. Nada más lejos de la realidad, y la Deputación de Pontevedra, con el programa “Musigal” lo pone de manifiesto con conciertos de grupos tan legendarios como Heredeiros da Cru
Rodeiro es un vasto concello casi en el centro geográfico de Galicia. Rural, con una población dispersa de docenas de pueblos y parroquias pero que mantiene una actividad cultural encomiable para un ayuntamiento tan pequeño, de esos a los que organizar un concierto para trescientas personas y que sea gratuito le supone un esfuerzo logístico y económico digno de elogio pese a contar con el apoyo de la Deputación de Pontevedra y hay que darle visibilidad.
“Os Máis Jrandes” en acústico también
Allí llegaron Heredeiros da Crus para presentar su gira “Angústica”, cerca ya de los treinta años desde su fundación, en la que trasladan toda su juerga, toda su fiesta, a parámetros más acústicos. Sentados, se traen hasta un gran butacón, así, para mantener ese aspecto de estar en el salón de casa con ellos.
Desde el primer momento, con la genial “Non Che Teño Medo” dejaron claro que el público tenía que cumplir las medidas, seguir sentados, no levantarse (algo difícil con los temas del grupo, aunque sea en acústico) que ya llegarán los tiempos de saltar y botar cuando la pandemia no sea quien marque las pautas.
Para seguir con las tradiciones, Javi Maneiro se convirtió en ese Maestro de Ceremonias, con una estética fruto de la combinación deliciosa de ligón de verbena y crooner de casino de Las Vegas (de las afueras), con un dominio del escenario y del tempo del concierto absolutos.
Es un animal de escena, dirige al grupo y lleva al público en volandas, como demostró con “Amor De Barra” y “De Jesusiño Fixeron Un Cristo”, con el público cantando a la vez que él y recordándoles ya, entre canción y canción, ese coro que ya forma parte del acervo del grupo: “Heredeiros Filhos De Puta” porque, como recuerdan ellos “As nosas nais son unhas Santas, pero nos somos unhos filhos de puta” (nuestras madres son unas santas, pero nosotros somos unos hijos de puta).
Con “R7 (O Jran Batacaso)” y “A Chaqueta De Lana” quedó más que claro que la transformación acústica de los temas de Heredeiros es un gran acierto. Toda la banda implicada a mil: Manu, domando su batería y adaptándola al nuevo ritmo, Tuchiño soltando carcajeantes lindezas cada poco (¡¡¡Chatarreeerooo!!!) mientras su guitarra marcaba un animado ritmo en complot con el bajo de O Jran Fran, comedido y sonriente, quien hacia el final desveló lo importante que era para él este concierto puesto que parte de sus antepasados provenían de esa zona.
Tenían que seguir caldeando el ambiente, frío (alguien dijo que había 9 grados) y lluvioso de forma intermitente, sobre todo en el primer tercio del concierto, y para ello se lanzaron con “Pío, Pío, Paxariño” y “Non Me Sosques Máis” temas que fueron consiguiendo que el público quitase las chaquetas (de lana o no), bajase las capuchas y no dejase de cantar los estribillos, una acertada combinación para entrar de lleno en la Santísima Trinidad que se avecinaba.
Acústico no es sinónimo de aburrido
¿Cómo elevar el nivel de un concierto que estaba con el ambiente por las nubes? Pues con tres de los temas que el público más ansiaba: “Operasión Champú”, “Corasón De Carballo” y “Tanga Do Revés”. Imposible resistirse a esos tres bombazos que, incluso en acústico, demuestran su fuerza e intensidad, sobre todo “Corasón” que se vuelve aún más tierna y dura, un público que se removía en sus asientos controlándose por no levantarse y acercarse al escenario, aguantando las ganas de bailar y de saltar y desfogando toda esa contención coreando a grito pelado, más que los estribillos, toda la letra de estos tres “jitasos” de Heredeiros Da Crus, letras que hay que leer (y traducir) para darse cuenta que bajo la capa de pintura cachonda muchas de ellas contienen una fuerza demoledora.
¿Y qué hay con Tonhito de Poio? ¿Se adaptó? ¿Qué fue de él? Arrancó calmado, muy son-riente, cómodo (sin Coronita) y poco a poco fue el de siempre, hasta su pseudo-religiosa transmutación con esa arenga a Jesús, llena de retranca y humor de Ribeira, una pausa en la que las carcajadas siguieron a las sonrisas cómplices hasta la comunión final en la que de un trago despachó un gran vaso de Agua De Rodeiro, ese brebaje mágico que le prepararon para la ocasión y que solo se encuentra en la zona de Camba (bueno, no tanto), con un lacónico “Voume arrepentir” (Me voy a arrepentir) y una enrome sonrisa. Eso sí, striptease no hubo, notaría el frío de la noche pese al calor del concierto.
Se acercaba ya esa pausa que gran parte del público esperaba, pero antes había que rematar la jugada y para ello eligieron “Pero Qué Jallo É”, “Juan Ramón” y “Non Quero Nada De Ti”, que dejaron derrotado al público para la inmensa “Quero Josar” en la que no quedó nadie sin corear aquello de “Eu quero, eu quero josar, e morrer empalmado con unha botella na man” (Quiero gozar, quiero gozar y morir empalmado con una botella en la mano), que resume el espíritu socarrón, alegre y fiestero que Heredeiros Da Crus imprimen a su música, sus letras, su filosofía de vida y, sobre todo, a sus conciertos en vivos, un grupo que perdérselo debería castigado de forma severa.
Cuando decir “adiós” es más triste
Llega esa pausa esperada por muchos en la que Heredeiros Da Crus abandonan el escenario para que sea ocupado por Os Cantaroes Da Crus y su legendaria “Apropiasión Culturá” en la que unen a su humor el del sur en clave flamenco, o lo que uno de Ribeira entiende por flamenco, que para eso están haciendo, sin rubor pero con respeto (filhos da puta sí, pero con clase, no lo olvidemos), “Apropiasión Culturá”, con un set de dos medleys “Esquimales/Fodo Cando Quero” y “Cocha Meu Minino/Anda De Chinclán” que causaría extrañeza en aquellos ajenos a Heredeiros y más ganas de fiesta en los incodicionales.
Llega el final con uno de los momentos más mágicos de la noche, cuando Javi Maneiro se queda solo en el escenario, casi a oscuras, con un único foco para abofetear a todo el mundo con esa absoluta maravilla, un tema infravalorado hasta la rabia, que es “Soñei”, la demostración total de que Heredeiros merecen un lugar mucho más alto en la historia de la música de este cegato (culturalmente) país. A Necha puede estar muy orgullosa.
Lágrimas y quejas fuera que llega la traca final. Había que volver a reventar a la gente que ya echaban de menos dos temas imperdonables en un setlist (repertorio, que dijo una persona entre el público, que lo de setlist en Aorusa no se estila): “O Fillo Do José”, impecable la renovación acústica de esta canción y el apabullante cierre final con ese himno absoluto que es “De Jalisia Ao Extranxeiro” que todo el público deseaba que no terminara nunca, pero sí, terminó y con ella Heredeiros Da Crus despedía esa mágica noche en la zona rural gallega demostrando que la cultura también existe en la España Vaciada y hay que visibilizar su valor y calid
Texto y Fotos: Toni De Lola
Promotor:Concello de Rodeiro / Deputación de Pontevedr
Día:2021-07-30
Ciudad:Rodeiro
Puntuación:8
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