Despues de cuatro aplazamientos, Helloween y Hammerfall llegaron en concierto a Madrid. Y fue tan bueno como cabía esperar.

La crónica del concierto que nunca llegaba de Helloween y Hammerfall en Madrid

Helloween y Hammerfall finalmente han actuado en Madrid. Tras cuatro aplazamientos y cuatro años después de que se anunciasen originalmente los conciertos, el concierto de la dupla del heavy metal clásico europeo se había convertido prácticamente en un meme. El concierto de Helloween era como los gamusinos o el monstruo del Lago Ness, todo el mundo decía que existía pero nadie lo había visto en realidad.

Pero pese a las controversias (la batalla del promotor con Ticketmaster ha sido épica) y los jarros de agua fría (el último aplazamiento en febrero fue como echarse vinagre en una herida) el concierto acabó sucediendo. Chúpate esa, monstruo del Lago Ness.

Un poco antes de lo previsto, a las 18:50h, se abrían las puertas del Wizink Center madrileño para que comenzasen a entrar unos emocionados fans que llevaban años anhelando este momento. Por el camino llegó un nuevo disco de Helloween e incluso otros conciertos en otros festivales españoles que quitaron un poco de lustre y excitación a esta mini-gira española. Pero nada sustituye al ambiente de un pabellón lleno de fans para ver a una sola banda concreta a la que llevan siguiendo toda su vida.

Hammerfall, poderío sueco

Hammerfall salieron puntuales a escena, a las 19:45h, con el Wizink aún poco frondoso. La gente iría llegando progresivamente a lo largo del concierto de los suecos, que arrancó con la nueva “Brotherhood” ante la explosión generalizada de los presentes.

Desde el minuto uno, como aquellas viejas competiciones entre bandas que giraban conjuntamente y se esforzaban en superarse unos a otros, Hammerfall salieron a por todas. Tras haberlos visto en más de veinte ocasiones en directo, pocas veces he visto a la banda más motivada que en esta ocasión. Joacim Cans y Oskar Dronjak salieron especialmente enérgicos al escenario, invadiendo la pasarela central del recinto a la mínima de cambio.

Hammerfall (Foto: Sergi Ramos)

Con “Any Means Necessary”, ese himno de testosterona metálica con gang-vocals y puñetazos en el pecho, nos recordó al ya lejano “No Sacrifice, No Victory”. Sin embargo, la banda hizo un repaso bastante coherente por su carrera, con repasos a su nuevo trabajo (sonarían también la homónima “Hammer of Dawn” y “Venerate Me”), un pequeño repaso a sus inicios con “Let The Hammer Fall” y “Glory to the Brave” en la parte más tardía del setlist e incluso un medley muy resultón que les ayudó a repasar más eficientemente su tiempo en escena, en el que incluyeron “Hero’s Return”, “On The Edge of Honour”, “Riders of the Storm” y “Crimson Thunder”.

Hammerfall (Foto: Sergi Ramos)

Hora y cuarto de Hammerfall en un gran escenario, ante su público (parcialmente), con un buen set escénico y con la energía bien concentrada fue mucho mejor que cualquier otro concierto de Hammerfall visto en los últimos tiempos. La entrega de Oskar Dronjak en los compases finales, arqueando su espalda cual KK Downing en los viejos tiempos, guitarra en alto, fue épica.

Hammerfall (Foto: Sergi Ramos)

Helloween, al fin

Tras la espera habitual, a las 21:30 salieron a escena los reyes de la noche. Lo hicieron con una apuesta que solo les podía funcionar a ellos: la versión de doce minutos de “Skyfall”, un tema de su disco más reciente que ha sido elevado indudablemente a la categoría de clásico. Ahí estaban finalmente, tras casi cuatro años de espera Helloween estallaban frente a nosotros, con sus siete miembros y un set de heavy metal clásico tan caduco como maravilloso. Dile a cualquier persona que habite musicalmente en 2023 que una banda ha tocado un tema de doce minutos en el Wizink Center con miles de personas. No entenderían nada. El espectáculo de ver a Andi Deris y Michael Kiske (Miguel, cuando está en Madrid) fundiendo sus voces en una plataforma elevada de la parte trasera del escenario era una de esas cosas que solo un fan del heavy metal puede entender.

Helloween (Foto: Sergi Ramos)

Con el público ya en caliente, la banda atacó con un “Eagle Fly Free”, con explosión de confetti incluida y un “Mass Polution” de su obra más reciente, porque, aunque haga casi tres años de su edición, se supone que vienen presentado un nuevo disco. Pero, pese a todo, Helloween es una banda firmemente instalada en el imaginario colectivo gracias a los clásicos de los “Keepers” y no tardarían en volver a recurrir a ellos para un “Future World” que, en esta gira, suena sorprendentemente pronto en el set, como para quitarle importancia. Escuchar la familiar melodía con la voz de Kiske, como suele pasar, nos empuja a tiempos pasados mejores. Es casi como una nana de heavy metal que nos da paz. Todo puede cambiar en el mundo, pero “Future World” siempre suena como “Future World”.

Helloween (Foto: Sergi Ramos)

La banda se desvió menos por las rarezas de su repertorio que en la gira de 2017, cuando contaban con un set de una hora más de duración. Tras un hímnico “Power”, el mayor éxito de la época Deris, hubo espacio para temas recuperados del cofre histórico de la banda.

Menos rarezas

“Save Us”, una elección poco habitual del “Keeper II” que no sonaba desde 1989 en directo hasta esta gira, precedió a un medley con Kai Hansen vestido de Enrique Bunbury. El padre creador del power metal, título concedido por aclamación popular, se lanzaría a por un set de temas del “Walls of Jericho”: “Metal Invaders”, “Victim of Fate”, “Gorgar” y un sublime “Ride The Sky” pusieron a prueba la voz de un Kai excelso.

Helloween (Foto: Sergi Ramos)

Un pequeño respiro con “Forever & One” dio paso a la recta final del concierto con un melódico solo de Sascha Gerstner de look futurista enlazado al nuevo tema “Best Time”, seguido de un “Dr. Stein” que Kiske introdujo diciendo “hey, es 1988” como si no nos hubiésemos dado cuenta aún. Para el cierre un veloz “How Many Tears” que el público recibió con júbilo y que puso a prueba las voces de Andi Deris y Michael Kiske. “El tiempo vuela eh” dijo un Deris feliz, que instaba al público a gritar para asegurarse una futura visita de Helloween a España.

Helloween (Foto: Sergi Ramos)

Ya en el bis, la banda optó por el pegadizo “Perfect Gentleman”, uno de los mayores éxitos de la época Deris de la banda y un nuevo viaje al “Keeper II” con la elaborada “Keeper of the Seven Keys”, que llevó el concierto al borde de las dos horas.

Helloween (Foto: Sergi Ramos)

Quedaba un hit, el “We Are The Champions” de Helloween, que no es otro que el tema que Hansen compuso para decir que se quería largar de la misma banda que el ayudó a crear. “I Want Out” explotó, los globos inundaron el Wizink Center y Helloween se despidieron de una noche más en su exitoso retorno. Un retorno que, pandemia mediante, ya ha durado más de lo que cualquiera podía haber aventurado: seis años y un disco de estudio después, junto a un DVD y un disco en directo, es más de lo que cualquier podía haber esperado de una reunión entre siete músicos de personalidades diversas con enfrentamientos históricos que un buen día tuvieron a bien enterrar por el legado de Helloween. Y por el dinero, claro.

Helloween (Foto: Sergi Ramos)

La reunión era el camino lógico para unos Helloween que comenzaban a estar de capa caída y no conseguían escapar de su pasado más glorioso. Abrazándolo y rindiéndole el mayor de los respetos han conseguido reinventarse como banda y hacerse justicia a sí mismos y a lo que significaron para millones de personas en todo el mundo. Noches como la de Madrid, con casi ocho mil personas en el Wizink pese a todas las problemáticas habidas en torno a estos conciertos, son una muestra de que el amor por Helloween no es cosa de un día. Los fans responden y la banda, como demostró a lo largo de dos horas y diez minutos de concierto, también.

Texto y fotos: Sergi Ramos

Promotor:Revolution Shows

Día:2023-09-02

Hora:19:00

Sala:Wizink Center

Ciudad:Madrid

Puntuación:5