Hellacopters reúnen a una generación en Barcelona
Hellacopters volvieron a Barcelona por la puerta grande con un gran show en Razzmatazz tras once años sin pasar por la ciudad Condal.
La actuación de Hellacopters en Barcelona fue mitad show de rock and roll, mitad cena de reencuentro de tu viejo grupo de amigos del instituto. Desde su reunificación no habían pisado la ciudad condal, un lugar en el que se habían dejado caer muchas veces en el primer tramo de su existencia. Comenzaron en una sala Magic del paseo Picasso para unas cuantas decenas de afortunados en 1998 y cuando la revista Popular 1 les aupó y el boom de rock and roll escandinavo se hizo realidad, pasaron rápidamente a salas más grandes como el Apolo. Tras eso, muchas visitas a la ciudad -y a España en general- pero con la salvedad de algún Azkena Rock y el Download Festival de 2018, Dregen y Nicke Andersson no habían dejado caer su rock and roll por nuestras tierras.
Todos estaban ahí, menos uno
Allí estaban todos. Más de 1500 personas llenando respetablemente la sala grande de Razz. Una generación que iba al Revolver verde de la calle Tallers a ver que discos había traído Jesús y a revisar las próximas fechas de conciertos en la pizarra. Que pasaba por el Hoochie del fallecido Javi Ezquerro. Que leía la mencionada Popular 1 y el Ruta 66 como una Biblia. Que sintió el rock and roll puro y duro como probablemente ninguna generación venidera ha hecho.
Allí estaban todos. La Elena Pedrola. El Jose de Ballbreaker. El Senen Armengol. El propio Jesús de Revolver. Los Valeta de Seventy Seven (estaban tanto que telonearon a los maestros suecos con su banda). Es decir, todo el que ama el rock en Barcelona estaba anoche en Hellacopters. Una noche de reencuentros, de sudor, de gente bailando en la pista de Razz en lugar de saltando.
La noche la inauguraron Seventy Seven con un show de energía tremenda, donde hubo espacio para “High Decibels” y “We Want More Rock and Roll” entre otras. Para cualquiera que guste del rock en esta ciudad, la banda de los hermanos Valeta es de lo poco que queda en pie y con dignidad para sustentar el género. La gente los recibió con cariño y como merecían y, pese a la alta energía, no intentaron ensombrecer a las estrellas de la noche.
Durante hora y media de reloj, Hellacopters recuperaron una manera de hacer rock que parecía perdida -salvo en ese pequeño reducto de Vitoria donde suceden cosas muy extrañas para ser 2019. El setlist fue equilibrado y concentrado en lo que todo el mundo quería escuchar: los temazos del “Supershitty to the Max!”, el “Grande Rock”, y especialmente “High Visibility” y “By the Grace of God”. Ignoraron por completo su última obra de 2008, “Head Off”, con la que tomaron el camino a la salida y se separaron.
Humo, sudor y rock and roll
Salieron a escena con la necesaria “Hopeless Case of a Kid in Denial” que puso al público a tope desde el primer minuto. Con una puesta en escena sobria y presidida por un gran telón con el nombre de la banda y un escenario lleno de humo y luces simplonas, Hellacopters dejaron claro rápidamente que venían a tocar rock and roll y que no había espacio a los artificios más alla de una tarima para la batería y la gorra eterna de Nicke Andersson.
El escenario se lo comieron a partes iguales Andersson y el ubicuo Dregen, quien había estado apenas dos semanas antes en la sala mediana de Razzmatazz con sus Backyard Babies. Dregen fue el gran protagonista en los temas de los dos primeros discos, aquellos que le son más cercanos por haber participado específicamente en ellos, pero rindió a gran nivel durante toda la noche. Más comedido escénicamente que con los Babies, el guitarra fue el gran apoyo de Andersson en las voces mientras que la sección rítmica de Matz Robert Eriksson y Anders Lindström sustentaba el festín de riffs y distorsión.
Si que cabe decir que, para quienes les vieron hace años, lo de Hellacopters es similar a lo de Backyard Babies. Siguen siendo un torrente de energía pero no el torrente de quince años atrás. Algo tan natural como que llueva hacia abajo pero que se evidencía cuando una banda vuelve a una ciudad después de un montón de años, igual que solo ves como te has envejecido cuando te miras en el espejo del baño de casa de tus padres. Pero, ojo, no es una crítica, sino un simple hecho.
The Hellacopters le dieron una noche de nostalgia y recuerdos a un montón de gente, volviendo a tocar en Barcelona temazos como “By the Grace of God” o “I’m in the Band” y “(Gotta Get some Action) Now!” con la que cerraron el concierto exhaustos. Valieron cada euro que la gente pagó por ellos. La salida del concierto era una colección de sonrisas y abrazos entre colegas que hace tiempo que no se veían. A veces, en medio de todo esto, nos olvidamos de que la música y los conciertos son grandes ritos de cohesión social y pequeñas catarsis personales para los que asisten. Hellacopters fueron la banda sonora de una noche para el recuerdo de una generación de seguidores del rock en ésta ciudad.
Texto y fotos: Sergi Ramos
Promotor:Bring The Noise
Día:10-05-2019
Hora:20:00
Sala:Razzmtazz
Ciudad:Barcelona
Teloneros:'77
Puntuación:9
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