Brutalidad sin piedad
Heaven Shall Burn, August Burn Red, Whitechapel e In Hearts Wake dieron una animalada de concierto el pasado sábado 24 de Marzo en la céntrica sala But de Madrid, arrasando con todo a su paso.
Los lugareños tardarán años en olvidar el brutal mini festival de Hardcore y Deathcore que se dio lugar en la But de Madrid, donde cuatro de las bandas más en forma del panorama musical se dieron cita para dejar claro la máxima de Karate Kid, “dar cera, pulir cera”. Desde primera hora, la expectación se notaba en las puertas de la sala, con un público joven y muy fiel a la escena que siguen, dándolo todo desde el primer minuto y no haciendo de menos a ninguna de las bandas, sin puritanismos y con ganas de pasarlo bien.
Llegó la hora del hardcore
Con IN HEARTS WAKE se vieron los primeros conatos de lucha titánica entre los asistentes, que espoleados por la actitud del grupo se vinieron arriba sin dar tiempo a siquiera calentar los músculos. Mosh, mosh, mosh y todo con un buen rollo que a propios y extraños sorprendería. La actitud de la gente hizo que la banda no se dejara nada en el tintero, y viendo que el público no se cortaba a la hora de subir al escenario y volar hacia la pista, ni corto ni perezoso, Jake (el vocalista) se subió a una barca inflable y aupado por el respetable recorrió la pista moviendo una bandera con el logo del grupo, muy al estilo Kreator. Corto pero intenso, eficaz a pesar de contar con el peor sonido de la noche, los australianos dejaron calentito al personal, que desde el primer acorde ya había montado los primeros circle pits bien aderezados con el mejor mosh de la ciudad.
WHITECHAPEL fueron los siguientes en salir a escena, y la excitación era máxima, un grupo que se prodiga poco en nuestras costas y que cada vez que sube a un escenario hace temblar los cimientos de ahí por donde pasa. “I, Dementia” fue el pistoletazo de salida para la primera explosión de dureza de la noche, con la formación demostrando tablas y subiendo un escalón más tanto en sonido como en puesta en escena. Los americanos no venían a dar menos que los dos grandes nombres del cartel, y con la gente totalmente entregada, descargaron sin tapujos “Faces” y “Elitist One”, sin dar tiempo si quiera a tomar un respiro. De los tres bolos de la noche, fue el que más locura provocó, con la gente volando por los aires desde el tablado y todo esto sin causar ningún follón. Es más, doy fe de tener a un chaval trepando por mi espalda y luego acercarse al final del concierto preocupado de sí me había hecho daño, y esa es la tónica general en este tipo de conciertos, el buen rollo y el disfrute.
Volviendo al concierto tras esta breve reflexión, era sólo el comienzo de una actuación épica. Uno tras otro fueron dando golosinas a un público hambriento, “Let Me Burn” dejaba claro lo que tenía que pasar, no literal, esa noche. Quemar la sala a base de furia musical. Para cuando cayó “This Is Exile”, había pasado un huracán por el recinto y había afianzado las buenas sensaciones que habían dejado sus predecesores.
Ecuador de la velada
Por si hasta ahora había sido poco, quedaban todavía los platos fuertes de la noche. AUGUST BURNS RED saltaron al escenario con ganas de no ser simples comparsas, y dieron un bolazo de cabo a rabo. Prepararon rápidamente el terreno con “King of Sorrow”, disfrutando de un gran sonido y transmitiendo fuerza, controlada y con una firmeza propia de un grupo que se sabe con la confianza de saber en qué liga juegan. “Empire” ya tenía mecha corta, y la sala explotó en seguida, con la gente habiendo recuperado el aliento y volviendo a dar velocidad y potencia a cada pogo que se montaba, al que cada vez más se sumaban valientes dispuestos a darlo todo, a pesar de que aún quedaba la cabeza visible del cartel.
Difícil elegir el mejor concierto de la noche, pero hasta ese momento AUGUST BURN RED se llevaban la palma, apoyados en los bailes de su vocalista, un “popeye” que tras el primer tercio de concierto se quitó el gorro, pues el calor de la sala, la gente y la energía había llegado a altas cotas. Como un suspiro, el final de su actuación llegó abruptamente, con la formación despidiéndose bajo una ovación de agradecimiento, no sólo por la buena actitud, sino que también por el memorable concierto que habían dado.
Unos minutos para mojar el gaznate, relajar los músculos y tomar fuerzas, fueron suficientes para preparar la marcha de las tropas germanas que venían a continuación. HEAVEN SHALL BURN hace tiempo que se han ganado entrar en los rankings de bandas más efectivas y brutas del panorama musical, habiendo protagonizado momentos que han pasado a la historia, como el snake circle del Wacken o uno de los walls of weath más bestias que se recuerdan.
En Madrid no sólo dieron una lección de rudeza musical, sino que además dieron varias lecciones más. Para empezar, su disco más reciente, “Wanderer”, tuvo la suficiente presencia para demostrar que “Edge of Sanity” no fue flor de un día. Cada disco de la banda demuestra que la forma del grupo va a más, y sus directos son cada vez más eficientes, nunca dejando con ganas a nadie. El respetable sacó fuerzas de donde parecía que ya no había, y aquí llegó la segunda lección: viendo que se iba un poco de madre el crowsurfing hacia el escenario, Marcus Bischoff pidió calma y que nos cuidáramos los unos a otros, animando a la gente a iniciar un circle pit lentamente, a lo que la gente respondió con otra lección: tomándoselo al pie de la letra y, sin bajar la energía, centralizar más los moshes.
Con las aguas en su cauce, retomaron la actuación con el clásico “Black Tears” dando la tercera lección de la noche: la furia no decrecía. Con el sonido acompañando toda la actuación, la formación se preocupó de seguir dando la buena actuación que estaban dando, teniendo tiempo para levantar a quien caía en el escenario, invitándoles a volar por los aires y aplaudiendo la entrega de todos los asistentes. No es de extrañar que cuando se ausentaron del escenario tras “Hunters Will Be Hunted”, nadie se creía que era el final, aunque por desgracia, se acercaba. Y la mejor forma de volver a escena no podía ser otra que “Endzeit”, donde los pulmones y los poros de la piel dieron sus últimos coletazos de la noche.
Todas las bandas de la noche estuvieron a la altura, los asistentes estuvieron a la altura, las luces, el sonido, el ambiente, la energía. Todo en armonía, y para no romper la magia, la versión de Blind Guardian del tema “Valhalla” envió al olimpo de los conciertos la actuación de los alemanes esa noche. Mucho tardarán en olvidar esa noche los que a ella asistieron, y el dolor de cuerpo posterior, es sarna con gusto al rememorar cada minuto. Brutalidad, efectividad y buen rollo, así da gusto para escribir esta crónica de Heaven Shall Burn, August Burns Red, Whitechapel e In Hearts Wake en Madrid.
Promotor:Bring The Noise / Resurrection Fest
Día:2018-03-24
Hora:19:00
Sala:But
Ciudad:Madrid
Teloneros:August Burns Red, Whitechapel, In Hearts Wake
Puntuación:9
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