Una noche memorable que cualquier aficionado al género más melódico estoy convencido de que disfrutó como sino hubiera un mañana y que para una generación como la mía, nacida en los 80, debe ser lo más cercano a lo que algunos privilegiados vivieron en aquella década con la explosión de bandas como Bon Jovi o Mötley Crüe. Ojalá H.E.A.T. también llene estadios y encabece festivales multitudinarios en el futuro. Eso depende en gran parte de nosotros.

Somos unos privilegiados. Lo que hemos vivido esta noche en Barcelona es una de esas fechas que cualquier seguidor del hard rock más melódico guardará con cariño en algún rinconcito de su memoria y que, además, servirá para quitarse el sabor agridulce que nos dejó la última visita de los suecos H.E.A.T. en esta misma sala hace apenas poco más de un año. Pero no adelantemos acontecimientos y comencemos por el principio.

Ha nacido una estrella

Con una Razzmatazz 2 sorprendentemente vacía se apagaban las luces por primera vez y aparecían sobre el escenario un joven quinteto finés llamado Shiraz Lane que, si bien eran unos grandes desconocidos para muchos de los que allí se daban cita, después del show estoy convencido de que añadieron un buen puñado de seguidores a sus filas. Buena muestra de ello es que al poco de comenzar el ambiente y el aforo habían crecido a una sorprendente velocidad. Puro rock n’ roll cargado de energía y actitud, que beben de las fuentes de los grandes del género como Guns N’ Roses o Skid Row y que tan bien han sabido revitalizar bandas como sus compatriotas Santa Cruz.

Los fans de las primeras filas se sabían al dedillo tanto temas como «Mental Slavery», único representante de su disco debut «For Crying out Loud» que ya presentaron en estas mismas fechas del año pasado en la pequeña Rocksound, como sus nuevos «Carnival Days», «The Crown» o una pegadiza «People Like Us» que puso punto y final a una descarga de lo más fresca. Hannes Kett es un frontman muy potente, que sabe conectar con el público (como el resto de sus compañeros) y que demuestra un dominio de su voz en directo impropio de su edad, a pesar de algún que otro abuso de su registro más agudo. Apuntaros bien su nombre porque vamos a oír hablar mucho de estos chicos de ahora en adelante.

Pide un deseo

Los siguientes en aparecer sobre las tablas con una puntualidad exquisita serían One Desire, quienes con apenas un disco a sus espaldas se ganaron completamente a una audiencia entre la que se podía vislumbrar alguna que otra camiseta de la banda, es más, me atrevería a firmar que para algunos de los allí presentes eran el principal atractivo de la noche, algo que después de escuchar su primer y excelente trabajo no debería sorprendernos lo más mínimo.

H.E.A.T. en Barcelona (Foto: Sergi Ramos)

André Linman, un viejo conocido del hard rock y el heavy metal finés con su otra banda, Sturm und Drang, posee una voz potente pero repleta de melodía, y canciones como la inicial «Hurt», «Turn Back Time» o la deliciosa «Apologize» son la perfecta muestra de ello. Además la acompaña de una presencia escénica acorde a la misma en una actuación en la que no paró de agradecer la respuesta que les estaba brindando Barcelona convirtiéndola en una de sus ciudades favoritas. Así que esperemos verles pronto con un segundo trabajo bajo el brazo.

La complicidad con su otro compañero a las seis cuerdas, Jimmy Westerlund, resultaba más que obvia, compenetrándose a la perfección sobre el escenario, junto con el resto de la formación, y derrochando melodía y elegancia en composiciones como «This is Where the Heart Break Begins», «Falling Apart» o «Whenever I’m Dreaming». Eso sí, su show acabaría en lo más alto gracias a la contundente «Buried Alive», mucho más cercana al power metal pero sin renunciar a su esencia de hard rock, que despertaría la ovación del respetable ante su despedida. ¡El género está más vivo que nunca!

H.E.A.T. en Barcelona (Foto: Sergi Ramos)

El calor venido de Suecia

Sonaba «The heat is On» en los altavoces y todos sabíamos que había llegado el momento de disfrutar de los grandes protagonistas de la velada, H.E.A.T., aunque nos hicieron esperar un poco más bajo los compases de la banda sonora de Batman y su Caballero Oscuro para arrancar su recital al ritmo de «Bastard of Society» de su último trabajo discográfico «Into the Great Unknown». Y a partir de ahí, todo fue un increscendo de emociones, intensidad y pura diversión, con Erik Grönwall, quien sino, como maestro de ceremonias.

H.E.A.T. en Barcelona (Foto: Sergi Ramos)

Como os comentaba al inicio de esta crónica, su última visita en esta misma sala nos dejó un sabor agridulce a causa de una baja influencia de público dada la coincidencia en la fecha con el show de Mr. Big en la hermana mayor de la misma que provocó un retraso poco habitual en el horario de su concierto, así como de los problemas vocales que Grönwall venía arrastrando y que supo suplir con una entrega inigualable, tan habitual en él, y una buena dosis de alcohol. Una imagen que nada tenía que ver con la que teníamos ante nosotros con una Razzmatazz 2 presentando una excelente entrada probablemente también provocada por su increíble exhibición en la pasada edición del Rock Fest Barcelona. Una de las actuaciones más memorables del certamen que se vio recompensada esta noche.

Para esta ocasión nos prepararon un setlist con temas tan habituales e imprescindibles como «Breaking the Silence», «Emergency», la reciente «Shit City» o «In and Out of Trouble», recuperando algunas de las composiciones de la época de Kenny Leckremo poco habituales en sus repertorios como «Danger Road», o algunas de la nueva era como «Downtown» o It’s All About Tonight», con un Dave Dalone feliz y tremendamente activo a la guitarra y con Jimmy Jay regalando sonrisas y apoyando a las voces en los coros de sus pegadizos estribillos. Están en un excelente estado de forma (¿Acaso no lo han estado siempre?) y no hay más que ver cualquiera de sus directos para darse cuenta de ello.

Llegaría el turno de «Living on the Run» para el deleite de todos con un Erik hiperactivo mezclándose entre las primeras filas de un público que no paraba ni un momento de cantar y saltar, aunque sería con «Beg Beg Beg» en el tema en el que el vocalista sueco surfearía por encima de las cabezas de la audiencia para llegar la barra y tomarse una cerveza prestada por alguno de la misma, aprovechando el momento para volverse loco (y enloquecernos) a ritmo de AC/DC y su «Whole Lotta Rosie» que desembocaría en el mítico «Piece of My Heart» de Erma Franklin ya de vuelta al escenario. Todo un ritual tan habitual como divertido en cualquier show de H.E.A.T. que se precie.

Acústica en mano y tras un breve speech Erik nos sorprendió con «Laughing at Tomorrow» al que un entregado público puso voz cantando a pleno pulmón su estribillo y a la que le siguió la melódica «Redefined», la celebrada «Mannequin Show» que es obvio que es una de las (muchas) favoritas entre sus seguidores o, como no, la indispensable «Tearing Down the Walls» que firmó uno de los momentos más especiales y de mayor clímax de toda la noche. Y os puedo asegurar que fueron unos cuantos, con un Jona Tee tan sobrio pero enérgico tras su teclado y un Crash más menos protagonista de lo habitual pero engrasando activamente la maquina musical que forma el quinteto desde su batería.

H.E.A.T. en Barcelona (Foto: Sergi Ramos)

Tras un pequeño respiro en forma de bis dispararían sus dos últimas balas con «Point of No Return» que puso el recinto patas arriba y con la pegadiza «A Shot At Redemption» que convirtió aquello en un festival de hard rock que, desgraciadamente, todos sabíamos ya a estas alturas que tocaba a su fin. No os voy a negar que eché en falta una duración mayor que no se dejara en el tintero algunas canciones imprescindibles como «1000 Miles» o «Inferno» pero fueron noventa minutos de una intensidad y calidad envidiable que esta noche podréis vivir en Madrid. Os envidio.

Una noche memorable que cualquier aficionado al género más melódico estoy convencido de que disfrutó como sino hubiera un mañana y que para una generación como la mía, nacida en los 80, debe ser lo más cercano a lo que algunos privilegiados vivieron en aquella década con la explosión de bandas como Bon Jovi o Mötley Crüe. Ojalá H.E.A.T. también llene estadios y encabece festivales multitudinarios en el futuro. Eso depende en gran parte de nosotros.

Texto: Lluís García | Fotos: Sergi Ramos

Promotor:RockNRock

Día:2018-12-07

Hora:19:30

Sala:Razzmatazz 2

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Shiraz Lane One Desire

Puntuación:9