Harakiri For The Sky clama al cielo en Barcelona con su tristeza
Uno de los conciertos post pandemia más esperados, y después de casi tres años de continuos aplazamientos, tenía lugar en la Sala Bóveda un frío miércoles con Harakiri For The Sky como reyes indiscutibles de la noche. Una gira muy suculenta que lleva haciendo varios sold outs en Europa y que contaba con dos invitados de lujo: Groza y Schammasch.
Puntuales a la cita, tanto bandas como asistentes, se reunieron en la sala para disfrutar de una noche de black metal en todas sus vertientes. Apenas media hora después de la apertura de puertas los alemanes Groza hicieron su aparición en escena. Con una vestimenta ya habitual y tan de moda últimamente en grupos de black metal, la banda mantiene oculta su identidad así como sus rostros, un fenómeno común y cada vez más emergente en las bandas del género. Su estilo se caracteriza por la emotividad y la melodía del más puro black metal en la línea de Magla. De hecho, el nombre del grupo hace referencia al primer álbum de los polacos, con lo cual no han tratado de esconder su inspiración por ellos. Sin embargo, han sido objeto de críticas en lo que se refiere a su similitud con Mgla, algo que no parece reprochable parta nada ya que no ocultan el hecho de que los imitan. Su calidad musical va más allá de este parentesco con los polacos, convirtiendo su adoración por ellos en algo más especial que una banda que simplemente “copia”.
El concierto que ofrecieron tuvo un sonido melódico mezclado con metal extremo, algo totalmente acorde con la propuesta y supieron transmitir la energía que generan en sus álbumes. En este sentido, tocaron un setlist muy completo, mayoritariamente de su último y segundo disco ‘The Redemptive End’, con temas tan interesantes como “Sunken in Styx – Part I : Submersion”, con el que comenzaron el show, la rítmica “Elegance of Irony” o la veloz “Homewards”, que sirvió de cierre ante un público entregado a lo que se les presentaba en escena. Sin duda, los alemanes fueron capaces de crear una atmósfera inquietante, densa e intensa con unas guitarras que perforan el alma y unas voces que emocionan hasta a los más duros. Una vez terminado el concierto, ellos mismos se apresuraron a recoger su equipo musical y de iluminación para dar paso a los siguientes invitados.
Entrando en materia con la ambientación oscura de Schammasch
A continuación, la crew de los suizos Schammasch rápidamente empezó a elaborar su particular escenografía con el fin de sumergir al público de lleno en su intensa imaginería. Schammasch es el tipo de banda que definitivamente no encaja en ninguna categoría, sino que, aunque bebe del black metal, incorpora muchos elementos armónicos de otros terrenos y es una formación en apogeo dentro de las tendencias post black metal gracias a su sonido experimental. Etiquetas al margen, los suizos se esforzaron por obsequiar a los presentes en la sala con una cuidada puesta en escena y sumergirles en una ambientación oscura con mucha penumbra, el cual otorgaba esa sensación de neblina constante al escenario y los sumía en un aspecto espiritual y místico. Aunque fue precisamente esta atmósfera la que imposibilitó bastante la tarea de sacar fotos medianamente decentes a los fotógrafos y fotógrafas que allí se encontraban cubriendo el evento.
Por otra parte, cabe mencionar que su actuación no gozó de un sonido especialmente nítido. Una lástima dada la potencia de su último disco ‘Hearts of no light’, cuyos temas acapararon prácticamente todo el concierto. No obstante, la mayoría de los asistentes quedaron gratamente sorprendidos de la calidad musical de este cuarteto. Difíciles de catalogar, puesto que se salen del típico sonido del black metal, utilizan ritmos atmosféricos y tonalidades instrumentales fuera de la norma. Con unas letras muy profundas que tratan sobre la muerte, la aceptación de la misma y el cambio a través de ella, fueron capaces de sobresalir en directo con canciones como “Ego Sum Omega”, la brutal “Golden Light” y la magnífica “Metanoia”. Una combinación de voces guturales del averno y experimentaciones melódicas bastante creativas que la convierte en una banda muy recomendable.
Harakiri For The Sky y el auge del post black metal del que son abanderados
Y llegaría el momento tan esperado por todos los fans esta noche. Es innegable que el subgénero underground denominado como post black metal ha ganado adeptos dentro y fuera de las fronteras europeas con patente celeridad. Una giro inesperado más a un sonido ya de por sí bastante peculiar. Y en estos menesteres el dúo Harakiri For The Sky sabe lo que se hace. Los austriacos han demostrado tener talento y gran poder sobre el escenario, a pesar de su sobriedad encima del mismo, sobre todo por parte del cantante Michael V. Wahntraun (J.J.), nulo en comunicación con el público, al que no dedicó ni una sola palabra más allá de las letras de sus canciones obviamente. Todo ello le convierte en un frontman flojo y con una voz que destaca por ser bastante lineal y monocromática en contraste con las melodías de las guitarras pero que corresponde perfectamente con la propuesta que brinda a sus fans.
Quisieron aprovechar para recuperar temas de su segundo trabajo “Aokigahara”, lo cual tiene sentido ya que justo lo reeditaron recientemente. Se esperaba que le sacaran más jugo al último disco “Mӕre”, publicado en 2021, sobre todo teniendo en cuenta la acogida masiva que ha tenido entre entre el público y la crítica, a los que terminaron de cautivar por completo. Una obra en la que se tratan las relaciones humanas, las enfermedades mentales, la pérdida, y en general la parte más oscura de la nostalgia desde el punto de vista de la introspección y el tormento.
Todo con un halo de nihilismo, algo muy tentador para la gente que encuentra comfort en la música triste. Precisamente para comenzar el show en vivo escogieron un gran tema de este álbum ‘Sing for the damage we’ve done’, que cuenta con la colaboración de Neige, de Alcest. Para continuar viajaron a sus primeros pasos en la escena con la sobrecogedora ‘Funeral dreams’. Es impresionante cómo la banda logra tejer una mezcla de instrumentos acústicos con el resto de la música, creando así una atmósfera gris cargada de decadencia, deprimente y sumamente minimalista.
Para finalizar la actuación, por supuesto no podía falta el espectacular cover de la mítica canción de Placebo ‘Song to say goodbye’, que sin duda supuso el clímax de la noche y una forma perfecta de cerrar la noche ante un público entregado y totalmente abstraído en la melancolía que Harakiri For The Sky domina a la perfección.
Texto y Fotos: Andrea Rodríguez
Promotor:Madness Live
Día:2023-02-08
Hora:20:00
Sala:Bóveda
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Groza, Schammasch
Puntuación:8
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.