Graspop 2019: Empieza lo bueno con Slayer y Within Temptation
Tras la jornada de bienvenida, tocaba entrar de lleno en el verdadero Graspop, el del lleno a rebosar y el de conciertos memorables. Abierto todo el recinto, era el momento de comprobar las mejoras en relación al año, año en que dieron un gran salto de calidad.
Para mi sorpresa, sin mejoras, unicamente una zona VIP más amplia. Mala señal. Las tan pedidas fuentes de agua brillando un año más por su ausencia, los accesos igual de aglomerados, aunque siguen siendo organizados. Después de un paseo inicial por el recinto, los puestos de comida se han vuelto repetitivos y sin opciones para celiacos y pocas opciones para vegetarianos, un gran fallo teniendo en cuenta a otros festivales paralelos, léase Hellfest Open Air.
Una pena, ya que entre eso y que las zonas de baños continúan siendo insuficientes, la sensación es de acomodo y eso nunca es bueno para un festival que quiere sentarse en la mesa de los balones de oro. Haciendo una metáfora futbolística, el GMM 2019 ahora mismo es Griezzmann, sabe dónde quiere llegar, pero aún le queda. Tras una parada en la zona de reciclaje, recogiendo unos vasos para conseguir algunos gadgets, canjeamos los premios y era la hora de empezar la jornada de conciertos.
Like a Storm: la tormenta matutina perfecta
No es fácil arrancar la jornada de un festival, y menos el de uno con la magnitud de Grasspop, y aún menos hacerlo cuando el reloj marca apenas las 11.30 de la mañana y aún arrastramos las secuelas del día anterior. Pero si alguien lo tiene que hacer, mejor que sea una banda como la de los neozolandeses Like a Storm que, a base de su metal alternativo a base de didgeridoo, supieron satisfacer a los valientes que no fallamos a la cita.
Los hermanos Brooks apostaron fuerta ya de inicio con las canciones de su último disco, ‘Catacombs’, al que dedicaron prácticamente la totalidad de su set. «Pure Evil» fue la encargada de hacernos entrar en calor, pero se tomaron un respiro para homenajear a un músico que ha influenciado a toda una generación como es el tristemente añorado Chester Bennington, con una particular y emotiva versión de «Crawling» en la que Chris cedería el micrófono a su hermano Matt. Cerrarían el show con su célebre «I Love the Way You Hate Me» con el vocalista mezclado entre un público de lo más agradecido. Así da gusto.
Death Angel: más sabe el diablo por viejo que por diablo
Y sino que se lo digan a Death Angel, toda una leyenda de la Bay Area thrash metal que poco les tiene que envidiar a Metallica, Megadeth o Slayer, manteniéndose siempre fieles a su estilo y haciendo la música que en todo momento les dictaba su corazón. Que no es poco. Los 90 pudieron con ellos pero volvieron más fuertes que nunca con el inicio del nuevo milenio. Y sus fieles seguidores lo agradecieron.
Su directo no tiene secretos. Puro, duro y directo a la yugular thrash metal que, tras un arranque que nos pilló algo dormidos (será la hora) con «Thrown To The Wolves» provocó más de una rotura cervical con «Voracious Souls». Hacía siete años que no pisaban el suelo del Graspop y vaya si se notó. «Father of Lies» y «The Dream Calls for Blood» sonaron atronadoras entre moshpits y circlepits que no paraba de animar Mark Osegueda al micrófono. Bastó «Kill as One» para que estallara la olla a presión del recital.
The Hu: sorpresa y expectación
Heavy metal mongol. Tal como suena, directo al mentón y sin engañar a nadie. El Redbull Metal Dome estaba a rebosar, lleno absoluto, con gente incluso fuera, en la explanada que da acceso al Jupiler Stage, subidos en mesas para ver algo. No cabía un alma, la expectación creada con la presencia del grupo procediente de Mongolia era máxima, y ellos mismos se sorprendieron por la masiva respuesta del público. Ya ocurrió unos años atrás cuando Gloryhammer, cuando montaron la fiesta padre en el mismo escenario.
The Hu no iban a ser menos, y estuvieron a la altura de las circunstancias, colmando las expectativas de un público curioso y sobre todo con ganas de cosas nuevas, y esa fusión de música tradicional y Heavy Metal, era un manjar. Lo cierto es que sus temas sonaban todos un poco planos, como curiosidad, están bien, y sus himnos con aires de rezos calaron, con el conocido “Yuv Yuve Yu” siendo la gran referencia y el que más sonaba al público. Buen concierto, eso sí, ofreciendo todo lo que tienen a día de hoy, será interesante ver la evolución de esta banda que hizo pasar un buen rato en tierras belgas.
Whitechapel: destripando el festival
Creo que si buscas brutalidad en el diccionario te sale como definición el directo que tienen los americanos Whitechapel. Deathcore que no hace prisioneros, que una vez arranca no hay quien le pare, y con una maquinaria perfectamente engrasada tras la voz (¡aún me retumban los oídos) de Phil Bozeman. Comenzaron con «Brimstone» y a partir de ahí fue un no parar de violencia sonora hasta que tras «When a Demon Defiles A Witch» decidieron que ya era suficiente. Tuvieron tiempo para recuperar piezas claves de su discografía pero centraron la mayor atención de su repertorio en su reciente obra, ‘The Valley’.
Hatebreed: 25 años al pie del cañón
¡Se dice pronto! Los de Connecticut celebraban un cuarto de siglo de actividad así que pocos regalos se me ocurren, aunque seamos nosotros quien lo recibimos, que salir de gira repasando (casi) todos tus grandes éxitos. Al fin y al cabo son gracias a ellos por los que hoy estamos de enhorabuena, ¿no?
Probablemente por ello Jamey Jasta y los suyos salieron a lo alto del escenario tan enchufados, algo que quedó perfectamente patente desde los primeros riffs de «Defeatist». Poco importa si lo catalogamos como metalcore, hardcore o thrash metal, cuando canciones como «Perseverance», «Everyone Bleeds Now» o «Live for This» suenan, y mejor aún en directo, no queda más remedio que dejarse las cervicales y la garganta como sino hubiera un mañana. Y así lo hicieron miles de personas con Hatebreed.
Glenn Hughes o cómo envejecer con clase
El concierto de Glenn Hughes era esperado por muchos, y a sabiendas de ello, la banda salió a ofrecer lo mejor del repertorio de Deep Purple, bajo la premisa de que Glenn está haciendo un homenaje al grupo madre. Con galas sesenteras, chaleco y camisa de flores, Gleen y sus fantásticos músicos dieron una auténtica lección de como hacer buen Rock and Roll.
Se centraron en clásicos de Deep Purple, arrancando con “Stormbringer” y con un pequeño discurso posterior, agradeció al público y junto a sus secuaces dejaron por todo lo alto clásicos atemporales. Corto, muy corto se hizo el concierto de los que marcan el festival, sonando en las voces de miles de personas “Sail Awail”, “Mistreated” y sobre todo “Smoke on the Water” y “Highway Star”, donde el bueno de Gleen dejó agudos que a su edad, nadie esperaba. Lo cierto es que apesar de no llegar a la hora de concierto, fue de lo mejor del día. Y aún quedaba. Era un día de clásicos, y Gleen Hughes abría la veda.
Testament: ¡que no pare el festival de thrash metal!
Y es que por si a alguien no le había quedado bien claro, hoy era el día del thrash metal. Si Death Angel habían desatado la tormenta poco antes serían los californianos los encargados de tomar el relevo. Y comenzaron fuerte, muy fuerte, con cortes como «Brotherhood Of The Snake», «The Pale King» y «More Than Meets The Eye». Sota, caballo y Rey. Juego, set y partido.
Qué Chuck Billy probablemente no está en su mejor estado de forma es una obviedad, y es que los años no pasan en balde (¡excepto para Glenn Hughes que madre mía!) pero resulta fácil sucumbir al headbanging y el mosh, sin olvidarnos del crowdsurfing que aquello parecía por momentos una marea humana. «Into the Pit», «Electric Crown», «Disciples of the Watch». Testament tiraron de clásicos y claro, ya os podéis imaginar lo que significa eso.
Architects
Anthrax
Carpenter Brut: los heavies también bailan
Y Franck Hueso, más conocido como Carpenter Brut, tiene toda la culpa. Curioso el fenómeno que ha desatado el francés con su banda capaz de gustar a un abanico de público extremadamente amplio, y abierto. Así que igual los tenemos un Primavera Sound de Barcelona, como el año pasado, como en un Graspop Metal Meeting. Y a esto, amigos míos, se le conoce como la magia de la música.
Lo retro está de moda y los ’80 vuelven a molar, así que no es de extrañar que el synthwave lo esté petando. Con apenas un par de discos a sus espaldas, siendo el primero de ellos la unión de tres EPs, hacen bailar al más tímido al ritmo de canciones como «Beware the Beast» (en la que sigo echando en falta una voz en directo), «Turbo Killer», «Inferno Galore» o «Disco Zombi Italia». Todas ellas acompañadas de un aspecto visual de lo más bizarro, erotico y freak.
Children of Bodom: embrujados por tiempos mejores
Daba la sensación a finales de los 90 y entrado el nuevo milenio que Alex Laiho y sus Children of Bodom se iban a comer el mundo. Pero tras su meteórico e imparable ascenso la cosa se frenó y el futuro de los fineses nunca alcanzaría las cotas de popularid que prometía. Y a juzgar por el set de sus conciertos es fácil entenderlo cuando le das el mismo peso a tus nuevas composiciones que a la de trabajos pasados como ‘Follow the Reaper’ o ‘Hate Crew Deathroll’.
«Are You Dead Yet?» es uno de esos cortes que esconde toda la esencia que les ha hecho grandes. Un gran riff de guitarra, unos teclados muy potentes y un estribillo marca de la casa, así que no es de extrañar que los suyos respondan con la misma contundencia.» Bodom Beach Terror», la adictiva «Hate Me!» o ese brillante inicio de «Downfall» están ahí y así es difícil no disfrutar de cualquiera de sus conciertos, con lo que si «If You Want Peace… Prepare for War».
Lynyr Skynyrd: el poder del comanche al servicio de América
Con el sol abrasando, el sudor recorriendo las primeras filas y el Main Stage lleno, los americanos Lynyrd Skynyrd salieron a escena tras sonar “Thunderstruck” de ACDC, dispuestos a traernos el Rock and Roll de los ’70 con una formación renovada y con las barras y estrellas presentes en cada rincón del escenario, además de una confederada en el micro del cantante.
Fueron de menos a más durante su actuación, ganándose al público a base de animar, y sobre todo, con el ímpetu del comanche, que se lució en los sólos de cada canción. La banda fue a seguro y no se dejó en el tintero sus mejores bazas, “Simple Man”, “Sweet Home Alabama” y “Free Bird”, aunque en esta última redujeron el sólo final. Se despidieron con la bandera americana en primer plano sobre un águila dorada ante la ovación del público, que agradeció el buen hacer de los americanos sobre escena. A pesar de ello, su posición en el cartel no dio para mucho más, pero aprovecharon el tiempo y fueron de los conciertos destacados del día.
Starset: transmisión post-apocalíptica completada con éxito
No voy a negar que uno de los nombres más apetecibles de esta edición para el aquí firmante era Starset. Una banda emergente en su mercado estadounidense pero a la que aún le queda mucho camino por recorrer en Europa, y no digamos ya en España donde son prácticamente unos desconocidos. A diferencia que en nuestro país, ya han estado presentando su segundo trabajo, «Vessels», y recientemente estuvieron como invitados en la gira de Shinedown.
De todas formas no puedo evitar sorprenderme, junto a algunos seguidores de la formación que tenía a mi alrededor, que tienen más seguidores de lo que nos pensábamos, por lo menos en lo que respecta al público del Graspop que en esos momentos llenaba ya el escenario Red Bull Metal Dome compitiendo con Amon Amarth petándolo en uno de los escenarios principales en ese momento. Pero su propuesta es diferente, de un sabor más alternativo y de tintes electrónicos que, con la presencia de sus acompañantes al cello y el violin en vivo, les hace llevar su espectáculo un paso más allá.
Completaron un repertorio muy equilibrado entre sus dos trabajos, con «Monster», su último éxito, ya liberando al vocalista Dustin Bates de su capucha y sus gafas de cáliz post-apocalíptico. La melodia pausada de «It Has Begun», «Carnivore» y la muy celebrada «My Demons» como colofón final con el cantante arropandose en la primera fila con los suyos, solo se vieron interrumpidas por algunas composicionesas recientes como la sobresaliente «Ricochet». Esta noche han dado un gran paso para su salto definitivo a Europa. Tomad nota.
Amon Amarth: invasión vikinga para despejar dudas
Mucho y bueno vienen haciendo los norteños Amon Amarth, y a cada paso que dan, más grandes se hacen. Su espectáculo es cada vez más poderoso, y el Graspop Metal Meeting permite a las bandas llevar su producción casi completa, toquen a la hora que toquen. Amon Amarth invadieron Bélgica con todo, fuego, chispas, vikingos luchando y serpientes marinas. El escenario se llenó de detalles, siendo el que llevan de la última gira y haciendo mención desde el minuto uno al nuevo disco de la banda, ‘Berserker’, con una lona gigantesca que tapaba el escenario antes de su actuación.
Cuando cayó la lona, los vikingos ya estaban entrando en faena con “The Pursuit of Vikings”. Tras “First Kill”, saltaron a escena dos extras con escudo y espada a luchar en mitad del escenario, con la banda interpretando “The Way of Vikings”. Esa performance forma ya parte de su show, un show cada vez más afianzado, organizado y espectacular. Fueron de las mejores bandas del día y posiblemente lo sean del festival, congregando en el Main Stage 2 a mucha gente y dando un concierto potente, espectáculo incluido y despejando dudas de aquellos que dudan de su imparable ascenso. En un futuro que no le extrañe a nadie que ocupen plaza de cabezas de cartel en más de un festival, porque los mimbres para ello, los están poniendo, a base de conquistar bastiones cada vez más grandes.
Within Temptation: primer cabeza de cartel de esta edición
Sorpresa para unos ya sea por la incredulidad de ver su nombre tan arriba en el cartel o como una dulce noticia, dependiendo de los gustos del consumidor, pero con cerca de un cuarto de siglo ya de existencia en la mochila y con un nuevo trabajo debajo del brazo, ‘Resist’, ante la ausencia de los dinosaurios del metal como Iron Maiden, Metallica o derivados, era un buen momento. De eso no cabe duda. Y de que cumplieron con las expectativas, tampoco.
Aunque su estilo haya dejaos atrás sus raícesas góticas de los primeros trabajos como ‘Enter’ y ‘Mother Earth’, y el apogeo de su mejor momento con ‘The Silent Force’ haya quedado, presumiblemente atrás, la cuidada puesta en escena de Within Temptation con gran escenario y repleta de fuego sirven de perfectos escuderos para la angelical voz de Sharon Den Adel. Y con «Rise Your Banner» y «The Reckoning» nos demostraron ya de inicio lo bien que suena su nuevo compacto.
Hacia unos años que no veía a la banda en directo y tengo que reconocer que la veoas compacta que nunca, con una Sharon brillante, y unos músicos que arropan su protagonismo de forma más que adecuada. No faltaron imprescindibles a la gran cita como «Stand My Ground» (una de las vencedoras de la velada), la preciosa «Angels», «Paradise (What About Us)» en la que tan sólo se echó en falta la presencia de Tarja o la archiconocida «What Have You Done». Para los más veteranos nos regalaron por el camino una deliciosa «Ice Queen» o la potente a la par que delicada «Mother Earth» tras la que dejaron un enorme vacío sobre el escenario.
Stone Temple Pilots, competencia desleal al cabeza de cartel
Poco grunge, muy poco en el cartel de este año, y sus máximos exponentes y cerrando el Marquee fueron Stone Temple Pilots, que con vocalista nuevo tenían una difícil papeleta. Con Within Temptation dando un auténtico espectáculo de luces y voces pregrabadas en el Main Stage 1, un vistazo a los americanos confirmó que el Grunge no sólo no es un género muerto, sino que pronto habrá más presencia en festivales como hace un par de años.
El nuevo vocalista no sólo dio la talla, sino que clavó temas como “Vasoline”, sonando el escenario nítido y la banda cómoda sobre las tablas.
La gente que se acercó a verles no se llevó una decepción y ya con el segundo tema “Crackerman”, el Marquee estaba lleno, no cabiendo ni un alfiler. Motivados con la gran respuesta del público, sonaron uno tras otro himnos de los noventa, con el punto álgido de la actuación con “Plush” y sobre todo “Roll Me Under”, que coreo la audiencia a garganta abierta. La comunión entre banda y público, fue tal, que sólo un final con “Sex Type Thing” podía superarlo. Escudados en su calidad como músicos, Stone Temple Pilots cerraron escenario por todo lo alto, y ya sólo quedaba ver como Slayer se despedían de Bégica quemando el GMM.
Slayer: adiós a un reinado de sangre
Y llegó el momento de decirles adiós a una de las mayores leyendas de la historia del thrash metal como son Slayer, y es que prácticamente todo lo que habíamos vivido a lo largo del día en ese mismo escenario nos llevaba aquí. Nunca es fácil decir adiós y hay bandas que uno siempre tiende a pensar que son inmortales (y a su manera lo són) pero en ocasiones una retirada a tiempo es una victoria.
Curiosamente a título personal es la primera vez que los veo en vivo, y manda narices que no sea en mi Barcelona y sí a tantos quilometros de distancia en todo un Graspop. Sorpresas te da la vida. Sobre el show nada que no sepáis ya y hayáis leído, visto o vivido durante algún momento de este tour final pero, eso sí, parece ser que para los festivales han hecho ciertos retoques en su repertorio. Podéis respirar tranquilos, sus grandes e intocables éxitos permanecen aquí y el fuego, mucho fuego, que reina el escenario también.
Las afiladas como cuchillas guitarras de Kerry King y Gary Holt arrancaban con «Delusions of Savior/Repentless» y, a continuacion, ya llegarían los primeros cambios. «Evil has No Boundaries» y «World Painted Blood» entrarían en la nueva lista y algunas canciones como «Postmortem» o «Hate Worldwide» cambiarían de posición en la misma. Pero la brutalidad y la lección maestra de thrash metal de la vieja escuela seguiría absolutamente intacta.
Entre las novedades destacar composiciones como «Gemini», «Temptation» y «Born of Fire», como pudimos dar fe con un espectáculo de llamaradas que nos trasladaban al mismo infierno. Tom Araya demostrando que está a un nivel impecable en lo vocal y marcando como bestias del averno la base rítmica junto a la poderosa pegada de Paul Bostaph a la batería. «Seasons in the Abyss», «Hell Awaits», una endiablada «Raining Blood» que se convirtió en la pesadilla de todos los aficionados al videojuego de Guitar Hero o una traca final en forma de «Angel of Death» nos hacen muy difícil decirles adiós. Pero así es. Hasta siempre Slayer. Y gracias, muchas gracias por vuestro legado.
Texto: Lluís García y Stilav | Fotos: Lluís García y Juan Sanz
Promotor:Live Nation Bélgica
Día:2019-06-21
Hora:12:00
Ciudad:Dessel, Bélgica
Puntuación:8
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