Arranca el Graspop 2019 con Phil Anselmo y compañía
El formato XXL del año pasado era algo excepcional en el festival belga GMM (Graspop Metal Meeting), pero para no quitar el vicio de golpe, este año se mantuvo la jornada del jueves con conciertos, no del calibre del año pasado, pero sí con algunos nombres a tener en cuenta.
Desde primera hora de la mañana, las colas de entrada a la zona de acampada se hacían interminables, con los metalheads preparados para montar los campamentos, algunos en formato maxi, y prepararse los pulmones y las gargantas para lo que se venía. A las cuatro de la tarde, con puntualidad británica, se abrían las puertas de la mitad del recinto, ya que la zona de los escenarios principales aún estaba con el acceso limitado. Superando todas las expectativas, la afluencia de gente fue masiva desde el inicio de los primeros conciertos, se notaba que había ganas, se esperaba como agua de mayo esta edición.
La zona de merchandising oficial del Graspop 2019 en seguida se llenó de gente, que quería pillar la camiseta del festival antes de que volaran, como cada año, algunos modelos en el primer día. Era el pistoletazo de salida para un fin de semana largo y placentero, y había que ponerse las mejores galas para afrontar una nueva edición del que es ya, por méritos propios, uno de los festivales más grandes de Europa.
Black Peaks abren con clase
Los británicos Black Peaks tenían la difícil papeleta de ser los primeros en tocar, los encargados de abrir no sólo la velada, sino que el festival. Una responsabilidad que se tomaron con la mejor de las filosofías, salir a hacer lo que saben y de la mejor manera posible. Y así fue, desde el inicio demostraron que estaban frescos, al igual que gran parte del público (más de uno ya iba doblado). Arrancaron su personal manera de entender el Rock Progresivo, con un vocalista que de primeras no tenía la típica imagen de rockero, algo que por suerte ya no es un requisito obligatorio. Mostacho cubre labios, unos quilitos de más y peinado de domador de circo, pero eso sí, con una voz que dejó a más de uno con la pelotilla encajada.
Voz dura, fuerte y convincente. No conocía a la banda, a pesar de haberles echado una escucha rápida, y sorprendieron a propios y extraños, dejando muy buen sabor de boca en los apenas cuarenta minutos que estuvieron sobre el escenario. Empezaba el festival, arrancaba con unos desconocidos para el gran público y el sonido era el esperado: nítido, directo y a un volumen que prometía hacer sufrir a nuestros tímpanos en las jornadas que nos esperaban.
Hemelbestormer: producto local de sangre nueva
Como cada año, tocaba echar un ojo a la banda Belga que se ganó el privilegio de tocar en el Graspop, que en esta ocasión fueron Hemelbestormer, grupo de corta trayectoria pero que ya tiene tres discos en su haber, el más reciente “A Ring of Blue Light”, del pasado año. Post Metal instrumental puro y duro sin florituras, sin vocal y basando su actuación en composiciones. Lo cierto es que fue una propuesta curiosa, pero sin mucho que destacar, ya que como grupo instrumental, los cambios de ritmo eran muy planos y terminaron siendo bastante apáticos. La vara de medir está muy alta con nuestros Tundra, que con sus composiciones te transportan a la historia que quieren contar musicalmente. Pero no fue el caso con Hemelbestormer, quizás por desconocimiento de la banda, pero resultaron incluso soporiferos.
Nasty: jugando en casa
Por lo general, asociamos a la escena hardcore las bandas que nos llegan del otro lado del atlántico pero, a decir verdad, Europa cada vez le tiene menos que envidiar y Nasty son un claro ejemplo de ello. Además en nuestro país los conocemos bien porque ya nos han visitado estos últimos años y en esta ocasión tenían al público a su favor. ¿Qué podía fallar? Son los chicos malos del barrio y canciones como «At War With Love» o «Shokka» lo certifican. La tarde iba arrancando, el amago de lluvia iba dando sus últimos coletazos y una nueva edición del Graspop ya iba siendo toda una realidad.
Raven: cuervo viejo de buen aguero sin pulgas
Los británicos Raven son unos clásicos, unos maduritos que se niegan a retirarse de los escenarios, que llevan dando guerra desde mediados de los setenta y que aún tienen fuelle para meter tralla durante casi una hora sin que les tiemblen las piernas.
De sobra conocidos, dieron un concierto sin fisuras, deleitando al públicos con clásicos atemporales, de una de las bandas que se pueden considerar precursores del Speed Metal. Heavy Metal de la vieja escuela que dejó patente su espirítu pionero en los primeros compases. “Take Control”, “Hell Patrol” y “All for One” pusieron las primeras piedras de un concierto cimentado en la experiencia, con un seguimiento que a esas horas ya era de lleno absoluto. Si Nasty habían puesto patas arriba el Jupiler Stage, Raven no iban a ser menos en la inaguración del Marquee. Abrían escenario, y el sonido fue de menos a más, terminando siendo de primerísima calidad.
Durante tres cuartos de hora que se hicieron cortos, Raven dejaron a muchos con ganas de más, ya que se dejaron varios clásicos en tintero. Por suerte, el cierre con “Break the Chain” y “Crash Bang Wallop” no faltó, con gran parte del público coreando temas que son de sobra conocidos y que tienen ese sabor a nostalgia de un estilo que está en extinción. El día era variado, con conciertos para todos los gustos, una jornada de presentación que no había hecho más que empezar y ya dejaba las primeras trazas de un gran sabor de boca. Y lo mejor, aún estaba por llegar.
Beartooth: sacan los dientes
Este aperitivo en forma de previo al festival nos tenía preparada más caña de la buena a base de hardcore, metalcore y punk del más sucio pero aún así con una pizca de elegancia que le hace sonar especial. Beartooth salieron a morder a base de riffs afilados y con la garganta de su vocalista y líder, Caleb Shomo, dispuesta a dejarse hasta el último resquicio de melodia que le quedará en su interior.
Dieron buena muestra, como no podía ser de otra forma, de su último lanzamiento discográfico, ‘Disease’, del que sonaron canciones como «Bad Listener», «Afterall» o la responsable de darle título a este, además de recuperar para la batalla algunos temas de sus dos primeras obras como «Beaten in Lips», «Agressive» o una «In Between» que supuso la antesala a su despedida entre cuerpos flotando entre la multitud, gritos y aplausos. ¡Pura diversión!
Off The Cross: descarga de metal sin concesiones
No os dejéis engañar. Quizás Off The Cross sea una banda a día de hoy no demasiado conocida, con apenas un disco y en EP a sus espaldas, pero tablas sobre el escenario les sobran y es ahí donde se notan los más de cien conciertos que acumulan a pesar de su corta existencia de apenas tres años. Metalcore sin concesiones, sin respiro, pero que sabe beber de diversas influencias que le aportan una carga emocional, experimental e instrumentalmente rica en matices alejadas de los estandartes más anclados en el género. Ojito a la potencia vocal de Jens De Vos. Sin duda alguna se abre una ‘Era’ para el panorama metálico de sello belga.
The Amity Affliction: emociones a flor de piel
Sin movernos demasiado de los terrenos más cercanos al metalcore y el hardcore nos llega a el turno de disfrutar y de, por que no, emocionarnos, con la banda de post-hardcore australiana The Amity Affliction. Con esa fuerza y contraste que les otorga el juego de voces que se reparten Ahren Stringer (también al bajo) y Joel Birch hicieron las delicias de sus fieles seguidores, muchos de ellos muy jóvenes y de marcada estética más próxima al emo, que se agolpaban en las primeras filas para ver como sonaban en directo algunas de las canciones de su último disco, ‘Misery’, como «Drag the Lake», «Ivy (Doomsday)» o «Feels Like I’m Dying», sin olvidarse de su mítica «Pittsburgh» en la recta final del show. Energía, melodía y, sobretodo, mucho sentimiento.
Sonata Arctica: frío a la luz de la luna llena
Y es que en líneas generales, siento ser yo quien lo diga, la actuación de los fineses Sonata Arctica me resultó, salvo en momentos muy puntuales, algo fría y desangelada. Eso sí, nada de esto impidió que la inauguración anual del escenario Marquee fuera todo un éxito con una parroquia abarrotado el lugar en busca de su ansiada misa de power metal melódico. Aquí habíamos venido a divertirnos, la fiesta no ha hecho más que empezar y eso ayudó a crear un ambiente muy propicio para tal fin.
«Closer to an Animal», al igual que como ocurre con su trabajo más reciente, sería el pistoletazo de salida para una hora marcada por los altibajos de un setlist al que el público responde de forma desigual a pesar de los esfuerzos de un Tony Kakko, bastante mejor vocalmente que en alguna experiencia vivida anteriormente, muy activo sobre el escenario e interactuando con el resto de la banda. «Black Sheep» marcó uno de los puntos álgidos de la descarga que con «X Marks the Spot» o «The Day» bajaron el nivel de intensidad.
Recuperaríamos la fe gracias a la emotiva «Tallulah» y, muy especialmente, gracias a una «Fullmoon» que en directo funciona con la precisión de un reloj suizo. El sonido acompañaba, la conexión en este tema entre músicos y audiencia era inmejorable y con «Life» nos dejaron con un buen sabor de boca al ritmo de ese canto al vodka que tan bien recibido es entre los suyos y que ayuda a que su despedida sobre el escenario sea lo más festiva posible. No pasará a la historia pero cumplió con lo esperado.
Philip H. Anselmo & The Illegals: la pantera ataca de nuevo
No vamos a descubrir a nadie a estas alturas que al tito Phil de vez en cuando se le va un poco la olla metiéndose en cada fregado tan polémico como innecesario pero, al César lo que es del César, y es que es historia viva del Heavy Metal. ¿Quienes de nosotros no ha crecido con las canciones de Pantera? Me atrevería a asegurar que pocos, muy pocos, y precisamente por este motivo el vocalista ha decidido rendirle tributo desde dentro en compañía de su banda. Puestos a hacer una banda tributo… ¿Quién mejor que él para ponerle voz?
Ahora sí, con un escenario lleno hasta la bandera y con un juego de luces que superaba con creces lo que habíamos visto hasta el momento, saltaban Philip H. Anselmo & The Illegals a morder directos a la yugular al mítico compás de «Mouth for War». Y así, los temas irían cayendo sin cesar, con apenas una breve presentación entre ambos y con un empuje de fuerza por parte de Anselmo que se contagiaba a sus fieles. Especialmente en una «Becoming» en la que el el público se apoderó del estribillo como si de un karaoke se tratara. «Yesterday Don’t Mean S**t» o «Used My Third Arm» se encargaban de recordarnos que había mucho por rescatar. Si así lo hizo.
Canciones, o mejor dicho, himnos, del calibre de «I’m Broken», la increscendo «This Love», una maravillosa «Walk» cantada a pleno pulmón por todos y cada uno de los que nos encontrábamos allí, la punkarra y afilada «Fucking Hostile»… Ya no podemos disfrutar, desgraciadamente, de los «Cowboys From Hell» originales pero el bueno de Phil mantiene vivo el legado que Dimebag Darrell y Vinnie Paul nos han dejado a todos. No deja de ser pràcticamente una banda tributo y la voz de Anselmo en ocasiones sufre demasiado pero esto es lo más cerca que vamos a estar nunca más de disfrutar de Pantera encima de un escenario. Así que aprovechemoslo.
Texto: Stilav y Lluís García | Fotos: Lluís García
Promotor:Live Nation Bélgica
Día:2019-06-20
Ciudad:Dessel, Bélgica
Puntuación:8
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