Glenn Hughes prende fuego al Apolo
En medio de toda la vorágine de opiniones que la gente (incluidos los medios) profesa cada día, a menudo nos olvidamos de que los clásicos de un genero han llegado al status de clasicos por algun motivo. Algunos, está claro, por cuantiosas inversiones en marketing en la era de la payola radiofónica o la rotación masiva en la MTV.
Esos son los menos y se desmoronan con el paso del tiempo -salvo Rick Astley probablemente. Pero los que son clásicos de verdad están ahí por algo: por talento, por genialidad o por capacidad de influir a generaciones venideras. A menudo carreras erráticas o ciertas capacidades disminuidas en tiempos recientes nos hacen olvidar lo que les llevó a lo más alto. Es fácil decir que Ace Frehley toca fatal en directo hoy en día, pero nadie discute que Scott Ian y Dimebag Darrell cogieron una guitarra para poder emularle.
Es a veces de vital necesidad recordar el porqué de su éxito y legitimar a los clásicos. Una sala de conciertos llena hasta los bordes suele ser una buena manera de hacerlo y eso fue lo que se encontró Glenn Hughes a su llegada al Apolo de Barcelona para empezar la gira española que le lleva por cuatro ciudades recuperando su repertorio clásico de Deep Purple con una fidelidad tan extrema que es insultante.
Al juicio ayuda bastante que Glenn Hughes sea una de las estrellas de aquella época que mejor mantiene sus cualidades. Su rango vocal no es que no se haya inmutado, es que ha mejorado desde sus años de juventud. Si uno le pone al lado de unos maltrechos Ian Gillan y su buen amigo David Coverdale, Hughes corre círculos vocales a su alrededor. A la pata coja. Con los ojos vendados. Con la gravedad invertida.
La gira de Glenn Hughes repasando su tiempo en Deep Purple es una jugada maestra. Por un lado recupera una serie de temas que esa orquesta de pueblo en que se ha convertido Deep Purple no se atrevería a tocar ni con un palo. Por el otro, le ofrece al público un viaje a una época concreta del rock and roll: donde las canciones no iban secuenciadas y donde la improvisación llevaba un tema de cuatro minutos hasta los quince sin aburrir ni un solo segundo. Así pues, siendo fiel a las versiones del directo de la California Jam del 75, Hughes llevo nueve canciones hasta el borde de las dos horas de show.
Glenn Hughes: el maestro en Barcelona
Comenzó con “Stormbringer” y “Might Just Take your Life”, ante una sala rendida a sus pies desde el minuto uno. La inconmensurable salud vocal de Hughes y la exquisita banda de directo que llevan fueron los principales culpables.
Con un sonido poderoso pero no demasiado exagerado, Hughes se mostró confiado y fanfarrón sobre el escenario. El tipo en si es como un viaje a 1976, desde el aspecto físico, la ropa y el mensaje de amor y paz que transmite entre tema y tema. Con unas patillas de época que le quitan veinte años de encima fácilmente, paseó su voz por enormes versiones de “Sail Away” y especialmente un eterno “You Fool No One”, con el fragmento de “Hardball Shooter”, un solo de guitarra, otro de batería y toneladas de improvisación.
Más ligeras fueron las versiones de “You Keep on Moving” y un “Gettin’ Tighter” que dedicó por activa y por pasiva a un “joven y bien educado hombre llamado Tommy Bolin”. La cosa volvió a irse de minutaje con un esperado “Mistreated” que tenía al público absolutamente extasiado y alucinado por el nivel vocal de Glenn. La parte final del tema fue magia vocal pura de la que solo Hughes sabe hacer, aunque ha tenido noches más elaboradas en ese sentido.
Como no podía ser de otro modo tratándose de un set especial de Purple, Hughes interpretó un cansino “Smoke on the Water” que ganó varios puntos con esa versión de “Georgia on my mind” del final que mostró al Glenn con mas soul y más sentimiento.
Un breve parón sirvió para que la banda recargase pilas y volviese al escenario con una incandescente versión de “Burn” que sonó a gloria bendita. Hugues, visiblemente emocionado ante la respuesta del público, prometió no volver a abandonarnos tanto tiempo y le dio las gracias a “Catalonia” en un gesto muy correcto tal y como está el patio. Uno de esos shows de los que uno sale sabiendo que ha visto un espectáculo único y que pocos lo superaran este año. Hughes nunca defrauda.
Texto y fotos: Sergi Ramos
Promotor:Funhouse Production
Día:2019-04-01
Hora:20:30
Sala:Apolo
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.