Frank Carter habló de lo que hay que hablar en Madrid
Frank Carter nos visitaba junto a sus Rattlesnakes por primera vez en sala, tras sus dos estelares apariciones en el Resurrection Fest. Acompañándoles, unos solventes Kid Kapachi.
La historia de Frank Carter como músico y con España es de lo más interesante. Formó Gallows, una banda de hardcore inglesa con la que obtuvo un puesto sólido en la escena de dicho género en Europa, para luego abandonar dicha banda y montar su proyecto en solitario, con quien, desde el primer disco, ya obtuvo mejores resultados. ¿Cuántos músicos pueden presumir de que sus proyectos en solitario sean más aclamados que sus bandas? No muchos, eso es seguro.
Pero el caso de Frank es así por el evidente incremento en la accesibilidad de su música en solitario que con Gallows: sus canciones son pegadizas, su show es aún más enérgico y, francamente, su estilo es más original. Coqueteando con sus raíces hardcore, el rock and roll que hacen los Rattlesnakes les hace distarse de lo tradicionalde este género, a la vez que ese rock and roll, tan bailable y coreable, hace que se distancie del hardcore. Por ende, no es de extrañar que Frank tenga protagonismo tanto dentro del Resurrection Fest como de telonero de Biffy Clyro.
Kid Kapachi: Bien
Puntuales y con tan sólo media hora de repertorio, los ingleses Kid Kapachi abrieron la velada ante una sala Mon que ya presentaba un aforo considerable. Muy en la honda del rock and roll moderno, que sin jugar con el indie necesariamente, recuerda a las bandas de dicho género más duras, este trío originario del pueblo de Hastings son una muestra del telonero estándar.
Correctos, con puntos interesantes dentro de su música pero sin apenas destellos (ni sombras) dentro de su actuación. Un poco fríos en general, más concentrados en su ejecución de lo que podrían haber estado, Kid Kapachi fueron plato de buen gusto para el público madrileño. Sonaron bien, con algunos desequilibrios entre ambas voces (que ejecutan armonías constantemente) y el juego de luces les hizo un favor al avivar el espectáculo un poco.
Frank Carter vino para quedarse
El éxito que está cosechando el británico junto a sus serpientes de cascabel es un fenómeno inevitable. Prácticamente agotando sus tres fechas en España y con grandes resultados fuera (especialmente en su país) se le nota en un excelente estado de ánimo y de forma. Arrancó con una lenta «Why A Butterfly Can’t Love A Spider», la cual puso la piel de gallina a más de uno que, ensordecido o bien por sus propios cánticos o los de sus coetáneos, no oía más que un mar de melodías durante toda la canción.
Muy interesante usar un tema a medio tempo para calentar y luego romper con «Tyrant Lizard King» y «Kitty Sucker». Llegados a este punto, la platea ya estaba caldeada, y Frank empezaba a tomar control sobre los asistentes a la hora de activarles, por lo que «Trouble» fue una continuación perfecta para que todo empezase a arder. Ya se vieron los primeros pogos y las gargantas del personal estaban encendidas más que suficiente. Pero Frank Carter tenía cosas que decir…
Una de las tónicas más llamativas del concierto fueron las interacciones de Frank con el público, que, excluyendo las normativas animaciones del mismo para saltar y bailar, fueron su momento para abordar algunos temas de crucial significado e importancia para él. El primero llegaría con «Wild Flowers», un tema dedicado a las mujeres presentes, en el que Frank quiso convertirlas en protagonistas durante todo el tema. “Lo siento tíos, es lo que hay”, dijo ante la aclamación del colectivo femenino presente.
Frank hizo hincapié sobre cómo el pogo era una zona segura para las mujeres, donde debían estar libres de acoso por parte de otros hombres. Otro momento clave fue la introducción a su tema «Anxiety», en el que habló de la importancia de hablar acerca de la salud mental de cada uno. Lanzó un mensaje tanto para aquellos que sufren ansiedad y no quieren hablarlo para que se abran, como para los que no la sufren y deben ser el hombro sobre el que apoyarse esas personas.
«Love Games» se la dedicó a las parejas presentes e incluso tuvo tiempo de hablar sobre el suicidio y sobre cómo él mismo estuvo cerca de quitarse la vida, pero abogó porque siempre hubiera una salida para aquellos que estuvieran cerca de cometer tal acto. En resumen, Frank se mostró muy comprometido con la salud mental de sus seguidores, algo a destacar como buen acto por su parte. Alegatos a un lado, la noche del jueves iba a ser una fiesta costase lo que costase, por lo que el pequeño pelirrojo no cesó de animar al respetable a hacer pogos, surfear sobre el público e incluso lanzarse desde el escenario.
Claro que para él, esto no era suficiente, por lo que aprovechó un momento incluso para subirse al balcón de la sala y lanzarse desde ahí. «Angel Wing», «Juggernaut» y «Latex Dreams» sirvieron de enlace antes del repertorio final, donde una sonora y coreada «Lullaby» convirtió la sala Mon en un auténtico tornado. Frank Carter estaba excelso y su público lo notaba, creando una sinergia entre escenario y platea irrompible. «Supervillain», «Heartbreaker» y la explosión definitiva con «Devil Inside Me», donde Madrid se rindió a los pies de Fran Carter & The Rattlesnakes. El cierre, con ‘Crowbar’ y el gran éxito «I Hate You», pusieron el broche dorado a una noche de rock and roll a la vieja usanza: cuatro señores sobre un escenario dándolo todo y un público sumiso ante la energía derrochada.
Texto: Diego Solana | Fotos: Daniel Cruz
Promotor:Bring The Noise
Día:2019-11-14
Hora:20:00
Sala:Mon
Ciudad:Madrid
Teloneros:Kid Kapachi
Puntuación:9
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