Machine (Fucking) Head dejan Barcelona en llamas
Prácticamente tres horas de Machine Head no se viven todas las noches y debería ser una cita obligada para cualquier aficionado al género del Metal. Además, en Barcelona tuvimos la suerte de poder acercarnos al foso y fotografiar a Flynn y los suyos, todo un privilegio visto lo visto. Parece que los astros se alinearon esta noche dejando tras de si una descarga de esas que se recuerdan durante mucho tiempo, con unos músicos y público creando una complicidad entre si envidiable. Química pura. Y dura.
Después de su descarga (y cancelación) en varias ciudades españolas llegaba el turno de cerrar la gira por nuestro país de los incombustibles Machine Head para presentar su nueva obra, el irregular “Catharsis”. Un show de prácticamente tres horas en el que, una vez más, prescindieron de invitados, pero demostraron el excelente estado de forma en el que se encuentran Robb Flynn y los suyos. Vamos, los que todos conocemos por una segunda juventud.
Precisamente por eso la mítica sala Razzmatazz de Barcelona se fue llenando poco a poco hasta presentar una excelente entrada para recibir a los californianos como se merecían, dispuestos a dejarse las cervicales, la garganta y lo que hiciera falta. Además era un sábado noche, así que, ¿Qué podría fallar? A juzgar por lo vivido días atrás en Madrid o Málaga, y por el ambiente que se iba cociendo en el interior del recinto nada. Y así fue.
Una Catarsis de Heavy Metal
Con una puntualidad británica y tras sonar en los altavoces de la sala el clásico “Diary of a Madman” de Ozzy Osbourne, el cuarteto estadounidense salió a por todas con “Imperium”, uno de esos cortes ideales para comenzar un concierto por su increscendo introducción y posterior adrenalina. “Volatile” sería la siguiente, realizando la primera parada en su último trabajo, inminentemente seguida de la genial “Now We Die”. Con “Beautiful Mourning” el muy activo y comunicativo Flynn nos incitaría a todos al circle pit, algo que se iría repitiendo a lo largo de la velada. “The Blood, the Sweat, the Tears”, “Kaleidoscope” y la extensa “Clenching the Fists of Dissent” no darían un segundo de cuartel ni por parte de la banda ni por parte de un público absolutamente entregado.
Phil Demmel dejó impronta de su calidad a las seis cuerdas en un solo que duró lo justo y necesario para mantener el ritmo de la actuación, permitiendo al resto de la banda tomarse un breve pero merecido descanso antes de salir de nuevo al escenario con “Darkness Within” mostrando a un Flynn pletórico. “Catharsis”, “From This Day”, “Ten Ton Hammer” y, sobretodo, “Is There Anybody Out There?”, que nos regaló alguno de los mejores momentos de toda la noche con un estribillo recitado y gritado por todo lo alto por todos sus seguidores, continuaba mostrando que lo de aquella noche era más que un concierto. La locura no tenía fin y a la tremenda “Locust” le seguiría la extraña medio balada de tintes punk irlandeses “Bastards” que funcionó considerablemente bien en su ejecución en directo.
Que no se acabe nunca
El momento de gloria en solitario de Dave McClain llegó en forma de directo y potente solo de batería, marcando el punto de inflexión del show de Machine Head en el que para la mayoría de grupos sería el cierre de su repertorio. Pero como diría The Queen, “Show Must Go On”, y “Bulldozer” retomaría la intensidad por donde la habíamos dejado apenas unos minutos antes. El cuarteto estaba decidido a no dejarnos tomar un pequeño aliento para retomar fuerzas, interrumpiendo la metálica descarga tan solo con algún breve speech o presentación. Poco más. Y así llegó un nuevo y frenético circle pit, de la mano de “Killers & Kings”. Y cuando uno pensaba que la cosa ya no podría desmadrarse más, ahí estaban ellos para cerrar bocas con “Davidian”. Se puede decir más alto pero no más claro.
El clímax más relajado de la noche llegaría con la calma que “Behind a Mask” concedió al setlist elegido para la cita, a la que “Sail Into the Black” contribuyó durante la primera parte de la extensa composición, que subió, y de que manera, la intensidad en su segunda mitad. Pero por si algo conocemos todos a Machine Head es por la caña de sus canciones, con esas personales y características mezclas de Heavy, Thrash, Groove, Nu y todo lo que se os ocurra acabado en Metal. ¿Queréis un ejemplo? “Aesthetics of Hate”. Tranquilos, hay más. “Game Over” y “Block”. ¿Os parece bien? Y, ahora sí, con el reloj marcando sobradamente las dos horas y media de concierto, sonaron los primeros compases de esa maravilla que es “Halo”. Todo un himno de puro Heavy Metal. Increíble como se funden los dibujos de las melodías de guitarra de Flynn y Demmel, el cambiante ritmo de la batería de McClain, o el grosor del omnipresente bajo de Jared MacEachern, de lo más desmelenado durante todo el show y aportando toda la violencia vocal que su garante fue capaz de escupir.
Prácticamente tres horas de Machine Head no se viven todas las noches y debería ser una cita obligada para cualquier aficionado al género del Metal. Además, en Barcelona tuvimos la suerte de poder acercarnos al foso y fotografiar a Flynn y los suyos, todo un privilegio visto lo visto. Parece que los astros se alinearon esta noche dejando tras de si una descarga de esas que se recuerdan durante mucho tiempo, con unos músicos y público creando una complicidad entre si envidiable. Química pura. Y dura.
Promotor:Live Nation
Día:2018-04-07
Hora:20:00
Sala:Razzmatazz
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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