Foo Fighters: noche de rock y música disco
“It's times like these you learn to live again It's times like these you give and give again It's times like these you learn to love again It's times like these time and time again...”
Con esas palabras Dave Grohl profanaba el escenario del Foro Sol; sin hacer aspavientos, sin hacer un grito revolucionario, sin meterse en habladurías de política, no hubo necesidad de mencionar a la gente encargada de dirigir los destinos de muchas personas inocentes y llevarlas al sufrimiento. El mensaje era claro, el mensaje estaba ahí.
Cada uno de los casi sesenta mil espectadores que se dieron cita en el recinto ubicado al sur de Ciudad de México pronunciaron y vivieron esas primeras palabras como mejor (o peor) se adaptaron a sus experiencias en los últimos años. En tiempos como estos de guerra, en tiempos de pandemia, en tiempos de dolor. Muchos de los ahí presentes seguramente vivieron experiencias afligidas, fatales o ásperas en estos primeros dos años.
Algunos en este periodo vieron a sus seres más queridos partir, algunos perdieron a un amigo o compañero de toda la vida; otros quizá no pudieron estar en este concierto y durante años soñaron con ver a Foo Fighters sin éxito alguno. Y otros, los más dichosos, quizá estaban ahí, quizá sobrevivieron después de luchar con un virus mortal y aprendieron a vivir, a dar y a amar otra vez.
Himnos y melancolía
La forma de iniciar un concierto de forma tan solemne, tan nostálgica y con un canto semi a capella en modo apesadumbrado no parecía ser la mejor forma de hacerlo; y no por que resultara desagradable, pero a más de uno se le vio sentir ese nudo en la garganta que duele y desgarra por dentro. Pero Dave Grohl es un frontman de largo recorrido, sabe lo que hace y sabe en qué momento él debe explotar y hacer explotar a un recinto repleto de «motherfuckers» como los llamó durante toda la noche. Y así fue.
Bastó un par de minutos de melancolía y hacer un cambio repentino de ritmo para hacer estallar a los espectadores que finalmente soltaron los gritos ensordecedores en el llamado Foro Sol de Ciudad de México. A partir de ese momento y con la amenaza de Dave Grohl de que «Hoy va a ser una noche muy larga», la noche se volvió una festividad llena de himnos propios de la banda y pequeños «cameos» o menciones a música y leyendas del rock and roll.
La ráfaga de himnos comenzó con “The Pretender”, “Learn To Fly” y “No Son Of Mine”. Un alucinado Dave Grohl corría de un lado a otro del gigantesco escenario, no paraba de sonreír, se regodeaba y dibujaba una sonrisa de oreja a oreja todo el tiempo; le gustaba hacérselo saber a los mexicanos, disfrutaba saberse querido y disfrutaba manifestar su amor a la ciudad del tráfico y el smog.
El vocalista de Foo Fighters le preguntó al público mexicano si querían rock and roll y les dijo que se los iba a dar en esa larga noche mencionada; pero para Dave eso no era suficiente, no solo les obsequió una velada de Rock duro y consistente a los asistentes, el insaciable Grohl les suministró una dosis de música disco y puso a bailar a los asistentes, poniéndoles la muestra, copiando los mejores pasos de baile sacados del arsenal de John Travolta y su personaje de Tony Manero.
Hora de Bailar
La música de los Bee Gees hizo su aparición en las distorsionadas guitarras de Foo Fighters y haciendo a un lado la voz aguardientosa de rockero, Dave Grohl mostró sus dotes de vocalista al entonar la clásica “You Should Be Dancing” con una voz aguda que pocas voces se asoma en esas cuerdas vocales. En menos de una hora Foo Fighters habían hecho llorar, gritar, reír y bailotear a un público anhelante de más sorpresas.
Y fue así como llegó uno de los momentos delirantes de la noche. Dave se amoldó para presentar a la banda para que cada uno se llevara su baño de gloria y aplausos, fue así como Pat Smear, Chris Shiflett, Nate Mendel y Rami Jafee dieron una lección con unos mini solos de sus respectivos instrumentos y al mismo tiempo soltando destellos de My Generation (The Who) y Blitzkrieg Pop (Ramones) siendo ovacionados como se tenía previsto.
Pero faltaba el consentido y carismático Taylor Hawkins; sin embargo, cuando todo indicaba que iba a dar una lección enérgica con un espectacular solo de batería, le cedió los tambores al otrora baterista de la legendaria banda grungera, intercambiando papeles con Dave Grohl.
Fue en aquel momento cuando poseído por el alma de Freddy Mercury, el batería de Foo Fighters comenzó a entonar “Somebody To Love” con una gracia, talento y brillantez impresionante, con los movimientos exactos, gestos similares y hasta entonación adecuada muy al estilo del líder fallecido de Queen; todo ello aderezado por la magia de las espectaculares coristas que acompañaban a la banda, aquello se convirtió en uno de los momentos más sublimes y espectaculares de la noche.
Ni siquiera ver de nuevo a Dave Grohl por unos minutos en la batería dando cátedra de poderío fueron suficientes para opacar en lo mínimo la interpretación de Hawkins, la cual resulto magistral. De nuevo, el hombre de la goma de mascar eterna tomo las riendas del show. Y como bien hizo saber Grohl a los asistentes, es complicado continuar tocando o tocar una canción buena después de una canción tan buena, después de un show como el que dio Taylor lo que siguiera estaría a prueba.
Sin embargo, él tenía la canción adecuada; en ese momento se desató nuevamente la locura con “All My Life” y los cánticos y gritos desgarradores retumbaron en el lugar, el escándalo seguramente llegaba a provocar turbulencias en los aviones que sobrevolaban las inmediaciones del foro, por la cercanía con el aeropuerto capitalino. Desde ese momento el frontman y también guitarrista no se cansaba de decir: «one more…» cada que concluía una melodía.
Fue así como desfilaron los otros hits de la legión old school de Foo Fighters. «Monkey Wrench», «Aurora», «Run» y «Wheels» marcharon en lo que podrían haber sido los «encore» para ir despidiendo a la banda. Sin embargo, ahí es donde Foo Figthers y su vocal marcan diferencia, siempre innovando y rompiendo reglas no escritas y desmarcándose del resto de muchas bandas. Después de casi 3 horas de show la banda no se detuvo y jamás tuvo la necesidad de hacer el viejo ritual de «despedirse» para finalmente retornar a tocar un par de canciones más.
El ex-compañero de Kurt Cobain siguió entusiasmando a sus seguidores y nuevamente hizo temblar las entrañas de varios asistentes con la siempre emotiva «Best Of You». Dave Grohl y sus compañeros se convirtieron en espectadores para disfrutar y aplaudir a un coro envolvente de más de 50 mil almas que hicieron suya esa melodía catártica. «Everlong» fue el final de una noche larga, una noche de celebración y mucho Rock and Roll untado de música disco, una noche que fue lo suficientemente larga para recordarnos que en tiempos como estos se aprende a vivir de nuevo.
Los teloneros de Foo Fighters
Cabe mencionar, que previamente, antes de que Grohl y compañía se encargaran del escenario, las bandas teloneras fueron dignas de abrir semejante acontecimiento. Kill Birds fue la banda inaugural en encender los ánimos en punto de las siete de la noche en el país azteca. La banda conformada por Nina Ljeti, Jacob Loeb y Fielder Thomas supieron fructificar los minutos que les consintieron para exhibir porque son una de las bandas promesa mimadas de Dave Grohl.
La banda procedente de California y nacida en el no tan lejano 2017 supo incendiar a unos mexicanos que estuvieron desde muy temprana hora abarrotando los primeros lugares cercanos al escenario. Con su sonido, sin ser un punk tan sucio y sin ser un grunge tan producido, la banda se robó las miradas y el cariño de los espectadores, que de inmediato comenzaron a buscar en sus celulares las redes sociales de la banda comandada por la talentosa Nina.
Prácticamente tentando más de medio material de su último trabajo discográfico titulado ‘Married’ y la otra mitad del setlist fueron canciones de sus EP´s y sencillos, la banda dio muestras de ser potenciales sucesores de lo hecho en algún momento por bandas como los Yeah, Yeah, Yeahs o inclusive Sonic Youth.
Canciones con ese sentimiento de furia, ira, depresión y reclamo a los abusos que viven día a día las mujeres cayeron como anillo al dedo en una tierra donde la violencia de género se pasea constantemente sin temor alguno. Es de destacarse canciones como las brutales «Rabbit», «Volcano» y «Whorty Girl»; da la impresión que la banda no solo es muy buena, el asunto a seguir es que al parecer aún no despliegan su potencial completo. Posteriormente, llegaría la banda de casa, The Warning. La sagaz y enérgica banda oriunda de Monterrey, México pisó el entablado del Foro Sol para mostrar su talento al igual que los Kill Birds en diez canciones.
Alejandra, Daniela y Paulina Villarreal (hermanas las tres) nuevamente aprovecharon la oportunidad de codearse con los grandes, incluso en ellas se notaba la emoción y ansiedad por también ya disfrutar del show de Foo Fighters. Indisputablemente, esta banda femenina tiene más tintes metaleros, pero es de reconocer que hay grandes guiños de un hard rock más puro y de antaño. Las mexicanas iniciaron su show con la melodía que (prácticamente) es su himno y carta de presentación: «Choke».
Desde ese momento y ya con los primeros avisos de una probabilidad de lluvia, el trío de hermanas se confirió la atención de sus compatriotas, que por un momento se olvidaron del ansia por ver a la banda estelar. Interesante fue ver que The Warning se diera el lujo de aprovechar el espacio para estrenar una canción y tocarla por primera vez en vivo, la melodía lleva el nombre de «Money» y ya lleva el estilo que se ha automarcado la banda.
Una vez que experimentaron con su nueva creación para conocer la reacción de los presentes, las hermanas Villarreal desencadenaron su furor contenido con sus interpretaciones más coreadas: «Disciple» y «Envolve», las cuales pusieron a «headbanguear» a los más rudos. Aunque la interpretación de su hit «Narcisista» (y su coro pegajoso) no tuvo la misma respuesta que en otros shows, podría justificarse con que fue el momento en que parecía que la lluvia arruinaría la fiesta y muchos empezaban a desesperarse buscando opciones para atajarse de las gotas que comenzaban a caer en mayor cantidad. La banda se despidió con «Martirio» para dejarle el escenario caliente a Foo Fighters en una noche húmeda y larga que estaba por venir.
Foo Fighters cumplió por mucho para que los presentes se sintieran vivos de nuevo, para que por medio de la música pudieran aprender a vivir de nuevo; Foo Fighters se detuvo hasta desgarrar su mejor repertorio, mostro ese dar y dar una y otra vez sin esperar algo a cambio; en tiempos como estos Foo Fighters y el pueblo mexicano dieron pruebas de ese amor mutuo que se tienen. Simplemente, en momentos así, en tiempos como estos, en lugares como estos: «…It’s times like these time and time again».
Texto: Tim Drake
Promotor:Ocesa
Día:2022-03-15
Sala:Foro Sol
Ciudad:Ciudad de México
Teloneros:Kill Birds, The Warning
Puntuación:9
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