Flogging Molly: de Madrid a Irlanda
Había que echar la vista atrás para recordar la última vez que Flogging Molly pisaron tierras españolas. Tal acontecimiento sucedió hace más de una década, concretamente en noviembre de 2008, cuando la banda se embarcó en la gira de presentación de su disco “Floats”.
Mucho ha llovido desde dicha fecha, pero la banda de celtic punk sigue manteniendo su esencia intacta y sus ganas de fiesta más vivas que nunca. Desde la fecha, el grupo americano ha añadido un par de álbumes a su carrera, siendo el último “Life is Good”, que eleva a 6 los trabajos de estudio cosechado en los 20 años de carrera de la banda. Sobra decir que el concierto de este viernes por la noche era otro de esos marcados en rojo en el calendario. Un evento en el que se dieron cita los amantes más variopintos de la buena música, y que, abarrotando la sala Cats de Madrid, consiguieron colgar el cartel de sold out en la puerta.
Galicia Calidade
Las tres fechas españolas de Flogging Molly venían adornadas con el nombre de Bastards on Parade. Este sexteto, proveniente de A Coruña, pondría patas arriba la sala minutos antes de que aconteciera la actuación de los cabezas de cartel, con una propuesta bastante similar. El cambio de sala y las temperaturas poco acogedoras de este mes de enero, daban pie a una fila escasa de gente esperando a las puertas de la Cats; todo un contraste con como de poblada luciría en interior de ésta incluso durante la actuación de los teloneros.
Los músicos que componen Bastards on Parade, comenzaban a tomar posiciones con puntualidad al estilo británico, para dar inicio a su concierto con “Death Shore”. Los gallegos venían presentando su segundo trabajo de estudio “Cara a Liberdade”, un disco cuyas composiciones son cantadas íntegramente en gallego, algo que dota a su estilo musical de bastante personalidad. Un buen ejemplo es el tema que llegaba a continuación, “Bienvenidos à Revolta”, así como “Sem Perdón” o Nunca Máis”.
Éstos se entremezclaban con los temas en inglés de su primer trabajo de estudio, “Empty Bottles & Broken Things”, como por ejemplo “Shallow Waters”, dando lugar a unPicoa combinación de canciones de lo más variopintas. Con tal despliegue de medios, el respetable debería de haberse vuelto loca desde el primer momento, sin embargo, no fue hasta pasado el ecuador del concierto hasta q no se empezaron a ver los primeros pogos. Bastards on Parade dieron lo mejor de sí mismos en los escasos treinta minutos con lo que contaron, sin embargo, muchos nos quedamos con ganas de más.
¡Que no pare la fiesta!
Pasados unos minutos de las nueve de la noche, comenzaban a sonar los primeros acordes de “Baba O’Riley” de The Who, un conocido tema que serviría de intro antes del gran show. A esa hora, la pista era un cocedero de nervios, pues la triste década que ha transcurrido sin que Flogging Molly pisase nuestro país, iba a quedar sepultada finalmente con un gran espectáculo.
El momento esperado no se hacía mucho de rogar, y ocupando sus respectivas posiciones en el escenario, comenzaban los seis músicos irlandeses a repartir caña con “(No More) Paddy’s Lament”. Poco más hizo falta para desatar la euforia, los bailes, y minutos más tarde los moshpits. La coreable “The Hand of John L. Sullivan” llegaba entre palmas tras el saludo del vocalista Dave King, interactivo y bromista en todo momento, incluso aun teniendo problemas con el pie de micro.
Una de las más queridas del grupo es sin duda “Drunken Lullabies”, que caía inesperadamente temprana en el set. Definitivamente este tema fue el detonante que elevó el mercurio, prueba de la gran noche que teníamos por delante. “The Likes of You Again” y “Swagger” nos remontaban al primer album de la banda (Swagger, 2000), para regresar de golpe al presente con la nueva “The Days We’ve Yet to Meet”. El ambiente festivo emanaba por cada poro de la piel de los asistentes, que disfrutaban una vez más con el combo formado por “Requiem for a Dying Song” y “Life in a Tenement Square”, corte en el que aprovechaba el señor King para presentar a su esposa, Bridget Regan, la violinista y flautista del grupo.
La combinación de épocas seguía su curso, esta vez con “Float”, algo más pausada, y la curiosa aleación formada por “The Spoken Wheel” y “Black Friday Rule”. Este coctel tuvo su culmen en un solo de guitarra llevado a cabo por Dennis Casey y acompañado tras los platos, por Mike Alonso.
Flogging Molly tiene sus orígenes en las tabernas de Los Ángeles, sitio que usaban los nietos de los inmigrantes irlandeses para tocar y desarrollar su música. Desde la creación de la banda allá por el ’97, ésta ha nacido de las influencias de sus antepasados, motivo por el cual cuenta con elementos difíciles de encontrar en otras bandas de otros géneros, como el acordeón o el banjo. Quien iba a decirles a esos Flogging que sus melodías de ascendencia irlandesa iban a ser famosas en totalidad del globo, y que, una noche como la del pasado viernes, iba a hacer hervir la sala Cats de Madrid.
“Life is Good” seguía aportando dinamismo y frescura al igual que “Rebels of a Secret Heart”. Ambas nos servían de puente para coger carrerilla para uno de los puntos álgidos del show. Hablamos sin duda de la hora en que llego “Devil’s Dance Floor”, una de las destacadas en su discografía y que no dejó a nadie inmóvil. La flauta de Bridget nos traía “Crushed Hostile Nations”, mezclada con fragmentos de “Respect “ y “Think Freedom” de Aretha Franklin y “e Will Rock You” de Queen. “What’s Left of the Flag” y la veloz e imposible de pronunciar “The Deadly Sins” nos conducían rápidamente al fin de la primera gran parte del show.
La traca final
Tras una momentánea retirada entre halagos, los seis músicos regresaban sin hacerse mucho de rogar para interpretar las últimas dos canciones del show. Los bises quedaban encabezados por “If I Ever Leave This World Alive” y como no “Salty Dog” ponía el broche de oro a una espléndida noche. Aunque la verdadera guinda fue la silbada outro “Always Look on the Bright Side of Life”.
Flogging Molly son dedicación, alegría, y diversión. Su música tabernera es capaz de poner en pie a cualquier alma. No importa el paso de los años, las veces que hayas escuchado cada canción o tu estado de ánimo. La banda americana con raíces irlandesas se despidió de Madrid a lo grande, y los fans salieron del concierto deseando únicamente una cosa: que Flogging Molly no vuelvan a tardar otros diez años en regresar.
Texto: Tamara Ruiz | Fotos: Alejandro Ortega
Promotor:Bring The Noise / Route Resurrection
Día:2019-01-25
Sala:Cats
Ciudad:Madrid
Teloneros:Bastards On Parade
Puntuación:9
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