Evanecence llena en Madrid a golpe de nostalgia

La banda de Amy Lee llena en su concierto en la capital con menos clásicos de los deseables.

Las visitas de Evanescence a España han tenido una media de espera bastante desigual. Si bien para la anterior visita se hubo de esperar una década, esta vez únicamente ha tenido que ser apenas un año y medio desde el concierto en Vistalegre en diciembre de 2022.

Pero los fans que con colmaron el auditorio del parque Enrique Tierno Galván eran conscientes de la falta de oportunidades de ver a la banda de Arkansas en nuestro país, conocedores de que únicamente han realizado 3 visitas a España en los últimos 12 años, todas ellas a la capital.

Su actuación cerraba el ciclo de conciertos del Alma Festival después de dos semanas de actuaciones, y por la impresión que tenía el recinto desde primera hora parecía que iba a ser una celebración por todo lo alto.

Sôber (Foto: Óscar Gil)

Unos teloneros de lujo: Sober

Tildado como festival, el evento más bien se tornó como un concierto de Evanescence celebrado con unas condiciones distintas a las habituales. Un anfiteatro al aire libre, y unos Sôber como teloneros que, por exigencia logística de la banda principal, tuvieron que actuar los últimos. A eso se le suma una zona de descanso, y otra de restauración donde comprar comida y bebida para que el público pudiera abastecerse, además, de agua potable en un par de fuentes situadas en el pasillo que guiaba hacia el anfiteatro. Unas condiciones que hacen que el espectador disfrute de una experiencia a un nivel algo superior.

Sôber (Foto: Óscar Gil)

Pocos clásicos para Evanescence

En el terreno musical, hay que comentar que Evanescence ha tenido una trayectoria de lo más irregular. Apenas 5 discos en sus casi 25 años de trayectoria, y eso que fueron una de las bandas de renombre a principios de los 2000. Los de Arkansas marcaron la adolescencia y juventud de millones de personas, y su disco ‘Fallen’, que acaba de cumplir algo más de 20 años, fe un imprescindible para los rockeros/emo/góticos de aquella época.

Pero los conciertos que ofrece la banda hoy en día cuentan con menos clásicos de esta era de los deseados, como el acontecido en Madrid el pasado 14 de junio. El setlist ofrecido en el parque Tierno Galván, fue prácticamente idéntico al del palacio Vistalegre, con los temas de su recién estrenado ‘The Bitter Truth” como protagonistas.

Evanescence (Foto: Óscar Gil)

Comenzaron con una potente “Broken Pieces Shine”, antes de que “Made Of Stone” y Sweet Sacrifiece” acabaran de encandilar a todos los allí presentes. Las nuevas composiciones como “Yeah Right” o “The Game Is Over” se hacían paso entre cortes más antiguos como “Taking Over Me” de ese amado ‘Fallen’, antes de llegar a la cover de Duran Duran, “Ordinary World”.

Con Amy Lee al piano, la versión fue capaz de emocionar a los allí presentes. La cantante, compositora y diseñadora tiene tanto virtuosismo que apenas le hace falta el acompañamiento de sus compañeros de banda para hacer aflorar las emociones. El piano fue aprovechado para representar una bonita versión de “My Heart Is broken” y “Wasted On You”, donde el batería Will Hunt acabó de poner la guinda a la canción.

Evanescence (Foto: Óscar Gil)

“The Change” y “End Of The Dream” tomaro la delantera en representación de su tercer álbum, ‘Evanescence’, que sirvieron de preludio perfecto para la llegada de “Going Under”.  Puede que no se representaran los clásicos deseados, como “Lithium”, por citar alguno, pero este corte está de manifiesto que no podía quedarse fuera del set y, como era de suponer, marcó un antes y un después en la actuación. La distorsión, las guitarras y el poderío de este tema abrieron la veda a los hits que si interpretaron como “Call Me When You’re Sober”.

Brillaron, por supuesto, “Imaginary” y, aunque son recientes, “Blind Belief” y “Use My Voice”, precedida por el discurso de la artista que impulsaba a los presentes a que nadie hablara por ellos en medio de toda la emoción que brinda la vocalista.

El broche de oro lo pusieron la preciosa “My Immortal” con una Lee casi a capella con el piano, y el hit por antonomasia, “Bring Me To Life”. Se ha de añadir que se echan de menos los coros del ex guitarrista Ben Moody, algo que ni siquiera intentan hacer el bajista Tim McCord o el guitarrista Troy McLawhorn. Sea como fuere esta canción es un himno en la historia del rock, y fue coreada por todos y cada uno de los que colmaban el recinto.

Evanescence (Foto: Óscar Gil)

Si es cierto que el concierto tuvo bastante similitud con el de 2022, y en cuento a duración, la hora y veinte minutos se quedó muy escasa para unos seguidores que ansiaban algo más de una banda de este calibre. Pero hay que recalcar que la energía y buen hacer de Amy Lee es capaz de enamorar al público sin importar las circunstancias. Más de 20 años más tarde, la vocalista sigue con el mismo nivel vocal que antaño, sin fallar ni una nota en todo el directo, cosa que no puede hacer cualquiera.

Los conciertos de Evanescence siempre se disfrutan, como lo hicieron los presentes en esta ocasión, que se marcharon sin saber si volverían en un año, o en diez.