Equilibrium: noche de contrastes en Barcelona
Equilibrium fueron una de aquellas grandes promesas del folk metal allá por los 2010. Y si bien es cierto que su ascenso no ha sido tan meteórico como el de otros compañeros del género, si lo es que no parecen tener intención de rendirse.
A día de hoy es habitual encontrarse a grupos como Ensiferum o Turisas tocando en salas de tamaño medio, tipo Razzmatazz 2 o Salamandra. Sin embargo, Equilibrium, aún deben enfrentarse a salas de tamaños (y condiciones) más humildes, tipo Bóveda. Pese a traerse consigo bandas de potente renombre, como fueron en este caso Lord Of The Lost, que atrajeron a tanto o más público que los ellos mismos como cabezas de cartel.
Lo interesante de una noche como lo fue esta radicaba en lo variado de un cartel que tenía tan poco miedo a no cuadrar con los gustos de los aficionados como lo tuvieron los propios Equilibrium a la hora de afrontar su último trabajo: ‘Renegades’. En el que cambian radicalmente su estilo, y casi su propio (sub)genero.
Nailed To Obscurity: sin prisa, pero sin pausa
La vertiente más densa y oscura de la velada nos llegaría de mano de Nailed To Obscurity y su curiosa mezcla de doom metal con tintes melodeath. Incluso en más de un momento, en que los punteos se tornaban absolutos protagonistas, se dejaba entrever un ramalazo blacker que añadía muchísimo poderío a la propuesta. Sin duda el grupo más único que veríamos aquella noche, y que parecieron gustar a un público relativamente poblado para tan temprana hora.
Fue algo difícil romper el hielo. Y es una lástima porque “Black Frost” sería uno de los temas más interesantes que les íbamos a escuchar, y quedó desmerecido por el aura de frialdad que todavía flotaba en el ambiente. Por suerte, poco a poco fueron metiéndose al público en el bolsillo, gracias a lo contundente de su sonido, que estuvo por encima de las expectativas. Gran parte del mérito recae sobre Jann Hillrichs, su batería, que demostró un dominio portentoso y sonó a pura potencia.
Lord Of The Lost: superestrellas
Que entre el público se divisaran tranquilamente el doble de camisetas de Lord Of The Lost que, del grupo principal, auguraba una inversión del ranking entusiasta para con el cabeza de cartel. Y así fue. La entrega del público fue incondicional. Y, sobre todo, voluminosa. Pues fueron más los asistentes a este segundo concierto que los que se quedaron hasta el final para ver a Equilibrium. Y esto teniendo en cuenta que Lord Of The Lost ya nos visitaron el pasado Halloween.
Las dos torres de luces que gobernaban sendos laterales del escenario se encendieron para presentar al que aparentemente podía ser el grupo que más fuera de lugar estaría, pero que sin embargo tuvo poder para darle la vuelta a la tortilla. Su metal industrial con base electrónica no parecía casar con el espíritu vikingo que debería reinar en un escenario como este. Sin embargo, es cierto que el último trabajo de Equilibrium integra elementos de estas características, y la elección de un grupo como este para caldear su ambiente parece una muestra de orgullo de cara a su nueva dirección.
Sea como fuere, desde el principio, los de Hamburgo hicieron con su público lo que quisieron. Combinando partes más tralleras que eran visualmente acompañadas por los focos estroboscópicos de las torres, con estribillos que permitían al respetable dejarse la voz cantando. Formulaban el éxito seguro. Su espectáculo podría ser tachado de prefabricado, pero desde luego nadie puede negar que son una apisonadora sónica en directo. Capaces de poner a bailar a cualquiera que se les resista, independientemente de sus preferencias de género. Son poderosos, tienen presencia, pero también son divertidos y no tienen miedo a mostrar su lado más cachondo. Prueba de ello fue “La Bomba”, que lejos de ser recibida con recelo, puso a la gente a bailar la conga por toda la sala.
Equilibrium: ¿folk futurista?
El volumen del público decreció un poco, pero los que se quedaron disfrutaron de Equilibrium desde lo más profundo de sus entrañas. Muy adecuadamente “The Bard’s Song”, de Blind Guardian, calentaba el ambiente mientras terminaban las pruebas de sonido. Para cuando el grupo pisó el escenario, el público ya se hallaba gritando con los cuernos al aire.
El primer bloque estuvo dedicado íntegramente a su nuevo trabajo, que algunos han tildado de folk eurovisivo. “Renegades-A Lost Generation” fue la toma de contacto antes de que “Tornado” nos introdujera una de las principales novedades que presentan con este trabajo: las voces limpias de Makki Solvalt, al bajo. Pueden gustar más o menos, pero la técnica es innegable, y los estribillos sonaron a gloria. “Himmel Und Feuer” ponía fin a esta presentación antes de empezar a retroceder en el tiempo con temas como “Waldschrein”, “Freiflug” o Apokalypse”, que ya consiguieron generar una conexión más directa entre banda y público. El pogo estaba ya que daba gusto verlo, y en la cara de todos y cada uno de los asistentes se dibujaba una sonrisa. Muchísima melena al viento y un compañerismo y buen rollo excepcionales entre los que optaban por el contacto más directo en el centro de la pista.
Cuando el grupo se decidía a volver a encarar su nuevo trabajo, se dieron de bruces con ciertos problemas técnicos que les obligaron a mantener el show parado aproximadamente cinco minutos. Se echó en falta algo más de espontaneidad por parte de su frontman a la hora de gestionar el problema de cara al público, que por suerte se mostró receptivo, gracias al buen ambiente previamente generado. Finalmente pudieron reengancharse y “Path Of Destiny” sirvió de preludio a uno de los momentos más divertidos de la noche: “Born To Be Epic”. Obviamente su parte electrónica central puso a todo el mundo a bailar. Se llegaron a ver hasta sardanas en el pit.
Nos mantuvimos en ‘Armageddon’ con la mágica “Heimat” y la guitarrera y oscura “Prey”. De los cortes más atmosféricos de la noche. Y ahora sí, tocaba retroceder en el tiempo. “Der Ewige Sieg” sería el único tema que íbamos a escuchar aquella noche de su reconocido ‘Rekreatur’. Y como es debido, fue recibida como una oportunidad única para bailar sin tener en cuenta el cansancio.
“Final Tear”, que por cierto sonó especialmente grandilocuente, haría de separador antes del último bloque del set. Se acercaba el final, lo cual solo podía significar una cosa: ‘Sagas’. Y así fue. La representación de su disco más querido vino de parte de “Ruf In Den Wind” a base de doble bombo imparable, y por supuesto del himno por antonomasia: “Blut Im Auge, que puso las ollas en punto de ebullición. El tema elegido para la despedida fue “Rise Of The Phoenix. Pausada y poderosa. Épica. Pero tal vez demasiado contrastada con el momento tan festivo que le precede. De todos modos, eso no cambió el muy buen sabor de boca que a todos dejó aquella noche multigenero en que lo que primó en todo momento fueron las ganas de pasarlo bien.
Texto: Titus Ferrer | Fotos: Aitor Chaparro y Pol Mascaró
Promotor:Bring The Noise
Día:2019-01-24
Hora:19:00
Sala:Bóveda
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Lord Of The Lost, Nailed To Obscurity
Puntuación:8
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.