La fiesta underground de Enforcer llega a Barcelona
Llegaba una de las noches más especiales para los fans del speed metal. Ya no solo por la calidad del cartel y la garantía de energía por parte de cada una de las bandas, sino por el hecho de que era una fiesta que llevaba años postponiéndose.
Ambush, los perfectos teloneros
Ambush salieron envueltos en un espeso hálito de humo para ser recibidos por un público que les trató con la reverencia de un cabeza de cartel. Se suele decir aquello de que en el underground no hay teloneros, y es algo que los fans de este género practican con una lealtad absoluta, ya sea por la propia cultura y valores de este nicho en concreto o por el hecho de que los suecos practican a la perfección un speed metal de manual: cañero, melódico y resultón.
Gozando de unos nada deleznables 45 minutos de espectáculo, Ambush es de esas bandas a las que me imagino congregando a un público reducido pero muy fiel y entregado en una sala del perfil de la antigua Rocksound, y es que hacía mucho tiempo que no veía al público tan volcado con un telonero. “Natural Born Killers” fue recibida con locura absoluta, como si fuera uno de los hits de los propios Enforcer, y «Dont Shoot (Let’em Burn)» logró terminar el concierto de una forma apoteósica.
Podría decir que fueron una agradable sorpresa, pero la verdad, y muy mi pesar, parece que soy el único que no sabía de lo que Ambush son capaces. Puede resultar complicado encontrar a la banda perfecta para iniciar un show así, pero más allá de casar a la perfección a nivel estilístico, la energía y la profesionalidad con la que plantearon su concierto me dejaron con ganas de ver de lo que son capaces en un concierto propio.
Evil Invaders: 50% Thrash, 50% Speed, 100% locura
El crescendo de “Hissing in Crescendo”, viva la redundancia, es un tema algo más tranquilo de a lo que Evil Invaders tienen acostumbrados a sus fans, pero aun así sirvió para acabar de congregar a un público disperso frente al escenario de Salamandra, que terminó de estallar por los aires con la cañera intro de batería de “Mental Penitientary”, uno de los cañonazos más célebres del grupo.
Algo que separa el show de los belgas de esta aura underground que las bandas del estilo venden y de la que beben para proyectar su propuesta, es su estética, que es casi tan protagonista como su música, yendo desde los pinchos en los micrófonos hasta el cuchillo que Joe lleva enfundado en el brazo, como si fuera un extra de Mad Max o un enemigo del Fallout. Son la clase de detalles que el grupo va cuidando cada vez más a medida que se va haciendo grande en la escena europea.
A petición de la banda se forman varios pogos al son de “Pulses of Pleasure”, algo que, si bien no es extraño en el Speed metal, sí que es menos habitual que en por ejemplo el Thrash, poniendo de relieve la combinación milagrosa de estilos que ha logrado una banda que suena de todo menos genérica.
«In Deepest Black» es una canción definitivamente diferente al resto del set, como lo son la mayoría de los cortes del ‘Shattering Reflection’, y aunque aterriza con algo más de frialdad, poco a poco va cuajando entre el público hasta culminar en una descontrolada euforia colectiva. En contraste, “Sledgehammer Justice” crea un pogo gigantesco que ocupa toda la extensión de Salamandra, equilibrando a la perfección momentos más tranquilos con otros de caña pura. En momentos como estos se notaban los toques más thrashers de este grupo, que pese a no ostentar un sonido tan clásico como el de las otras bandas de la noche, tiene ese punto que le da una agresividad distintiva.
«Tortured By The Beast» sirvió para regresar a los inicios de la banda, en los que la Evil Invaders más desbocados estaban, mientras que, en contraste, temas a medio tiempo como «Broken Dreams In Isolation» sirvieron para equilibrar el concierto, pese a resultar apabullantes en un momento u otro, porqué al final estamos en un concierto de Evil Invaders.
Una súbita oscuridad sirvió para preceder a «Eternal Darkness», que, pese a que funciona mejor como tema de inicio, revigorizó al público justo antes de un «Raising Hell» que convirtió Salamndra en una batalla campal, haciendo del show de los belgas en una experiencia totalmente distinta a la de las otras dos bandas sin desentonar en absoluto.
Enforcer trae la locura del underground
La veloz «Destroyer» fue la encargada de abrir esta Caja de Pandora llamada Enforcer, que en su interior contiene uno de los directos más enérgicos con los que uno puede toparse hoy en día. Rápidamente empalmaron con «Undying Evil», manteniendo con vida esta «Undying Energy» que hace que sus conciertos se sientan como algo muy especial.
Enforcer tienen una magia que siempre me ha recordado mucho a los mejores conciertos de Airbourne, en los que la energía que invierten al tocar se traduce en un show intenso y en el que todas las bajadas de ritmo están medidas, de forma que el concierto se sienta enérgico sin volverse tedioso, equilibrando a la perfección un espectáculo con la precisa estructura de una película o una obra de teatro.
Pidieron que el público se acercara al escenario, que respondió coreando las melodías iniciales de «From Beyond», que en línea de mis anteriores palabras, se equilibró a la perfección con los saltos y la locura que acompañaron a «Die for the Devil». Fue en ese momento en el que Olof pidió un pogo para la velocísima «Live For The Night», que tiene muchísima más energía en directo, proeza nada despreciable si uno considera que es uno de los temas más veloces de una banda que justamente es célebre por su implacable rapidez.
«Bells of Hades» sirvió para introducir a un «Death Rides This Night» que sonó pletórica, trasladando al público a ese ‘Death By Fire’ que se encargó de coronar a Enforcer como una de las mayores garantías de metal clásico de calidad del mundo. Tras tanta caña, hubo un momento de gritos y medio tiempo en «Zenith of the Black Sun», que junto a otros cortes más recientes como «Kiss of Death» no desentonaron en el contexto global del setlist.
Un solo de guitarra Joseph Tholl sirve para introducir «Bellow the Slumber”, justo antes de que la banda le pidiera al público que encendiera mecheros, no linternas, porqué son así de old school y usar los móviles en medio de un concierto está muy mal. “Mesmerized by Fire”, uno de los grandes éxitos del grupo, fue sin duda una de las canciones más cantadas y celebradas de la noche, pese a su estructura algo menos abrasiva y más comercial, un formato que por lo general no casa muy bien entre los fans del speed metal.
Una épica vaharada de humo precedió a otra favorita de los fans como la misteriosa “Take Me Out Of This Nightmare”, a la que le siguió un amago de abandonar el escenario antes de volver a la carga con «Katana», otro tema muy querido por los fans que causó un furor extraordinario en toda la sala. Finalmente, en «Midnight Vice» se pidió un stage dive y se consiguió un stage dive, porqués llegados al final del concierto el público está tan volcado que creo que le habrían prendido fuego a la ciudad si la banda se lo hubiera pedido.
Al final de la noche, rodeado de decenas de asistentes sudorosos y con sonrisas de oreja a oreja, no pude sino concluir que el concierto había sido algo más que simplemente bueno, y es que bandas como las que nos deleitaron tienen esa habilidad de convertir al público en parte del espectáculo, haciendo de la experiencia de verlos en vivo algo genuinamente extraordinario.
Texto: Marc Fernández | Fotos: Pablo Gándara
Promotor:Eclipse Group
Día:2022-05-10
Hora:19:40
Sala:Salamandra
Ciudad:Hospitalet de Llobregat, Barcelona
Teloneros:Evil Invaders, Ambush
Puntuación:8
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