Una noche en compañía de El Drogas

Enrique Villareal ‘El Drogas’, celebró un concierto el sábado 10 a las 20.30 h. en el Navarra Arena. Con aforo completo, unas 1200 personas, máximo permitido para este espacio bajo las medidas tomadas por el protocolo de seguridad anti Covid-19. Dos horas y media de espectáculo llena de colaboraciones y transiciones rítmicas, con bises incluidos.

Desde hace tres años en la capital navarra se celebra el Iruña Rock. Un modesto festival de rock y metal que tanto gusta a los norteños. Finalmente, tras varias cancelaciones y reprogramaciones por la dichosa pandemia. Gracias a la Asociación Navarra de la Industria Musical (ANAIM) el pasado 9 y 10 de octubre tuvo lugar una mini-edición en formato club – 634 personas en pista, con sillas y mesas altas, y 647 en grada-.

Enrique Villareal, ‘El Drogas’, voz y bajista de Barricada, líder de su proyecto El Drogas, poeta y recientemente protagonista de su propia película volvió al escenario donde le esperaba su banda; Brigi Duke a la batería, Txus Maraví a la guitarra y Eugenio Aristu “El Flako” al bajo.

Cuentos al calor del hogar

Con una escenografía trabajada,  lámparas, alfombras y varios biombos, una luz cálida y tenue señalaba las posiciones que ocuparon el cuarteto navarro, el cual en un instante nos trasladaron al salón de nuestros hogares, este plácido lugar donde hablamos sin tapujos a nuestros más cercanos, cosa que en unos instantes un Drogas vestido de gala y con sombrero de copa hizo. La noche comenzó con un tema especial, “Héroes (Un Día Nada Más)”, una adaptación del himno de David Bowie. Canción con la cual hizo referencia a todos esos héroes que lucharon y luchan contra la pandemia.

El Drogas (Foto: Aritz Sola)

Tras una breve intervención para dar la bienvenida y agradecer el comportamiento y la responsabilidad de los asistentes. El show prosiguió  y no paró de dar saltos por su extensa discografía -ya sabemos de su incontinencia creativa- entre ellos varios temas de su último penta-disco ‘Solo quiero brujas en esta noche sin compañía’ del cual destacamos el sencillo “Al salir la luz” y “Ya podemos irnos”. 

Durante el siguiente tramo del concierto pudimos disfrutar de manera intercalada colaboraciones y los temas “Debajo de aquel árbol” con Enrique a la armónica, “En punto muerto” y “No sé qué hacer contigo” con Enrique al piano. La primera colaboración de la noche vino de la mano de su hija Araia con “Todos los gatos”. La segunda colaboración fue la canción inédita “Nacer contigo de nuevo” obra de Selva Barón la cual asistió al maestro de ceremonias con el piano. La canción la última colaboración fue “Que no me silbes” junto a Patricia Greham.

Espiritu rockero y reivindicativo

Ya sabemos lo mucho que le gusta al Drogas reivindicar a la sociedad la ciudadanía – la libertad e igualdad de los individuos –  en su repertorio existen temas como “Okupación”, pero también “La tierra está sorda” (sobre la memoria histórica), “Cinco cuchillos” (sobre la manada)  u “Obsesión” (sobre la violencia machista) son tópicos que inundan las portadas en plena actualidad, lamentablemente no pudimos escucharlos todos – son muchos- pero sí pudimos disfrutar de temas como “Tu nombre”, “Sin Lámpara”, “Quién puede verla”, “Empujo pa’aki”, “La mala suerte”, “Solo es febrero”, “Víctima” “13 de octubre”.

El Drogas (Foto: Aritz Sola)

Broche final 

Sin darnos cuenta nos plantamos en el tramo final del concierto, el escenario se tiñó de rojo, los estrobos no paraban de brillar, un rusiente – y rugiente – público coreó “En la silla eléctrica”, y “No hay tregua” antes de dar paso a los bises.

Los asistentes empezaron gritar – ¡Otra, otra! – y tras unos minutos de incertidumbre – la pausa para el pis – El Drogas y su banda pusieron el broche final con “Como animal caliente”, “Frío”, “Azulejo Frío” y finalmente “En blanco y Negro”.

Fue una noche de poesía blues y rock. Repleta de extractos de su época en Barricada y posteriormente en Txarrena. Para muchos una noche agridulce, ya que en esta ocasión fueron dos horas y media de concierto – algo corto para lo que nos tiene acostumbrados- muy intensas, pero algo extrañas  – sin poder bailar y con la mascarilla – para el responsable público navarro.