Dvne hipnotiza a Barcelona

La gira de presentación de ‘Etemen Ænka’, el más reciente trabajo de Dvne, sufrió varios contratiempos en las fechas que esperaban sus fans españoles. Aunque fue un inconveniente de poca importancia, el concierto programado en Madrid sufrió un cambio de sala de última hora, y la fecha en Portugalete quedó cancelada. El único espectáculo que siguió en inamovible fue el de Barcelona, en la sala Bóveda.

La gente tiene ganas de escuchar música en vivo y se nota. Curiosamente, antes eran las bandas locales las que no llenaban salas, y en el caso de Dvne, Déluge y Santacreu, fue al revés. Después de asistir al concierto queda patente que no es cuestión de calidad, porque, como se contará a continuación, todas las bandas se salieron.

Santacreu, un diamante en bruto

La actuación del trío barcelonés se hizo corta, cortísima. La realidad es que la banda tan solo tiene publicado un single, ‘L’Oblit’, que consta de dos canciones. Esas son “Tot S’esvaeix” y “Dins La Reminiscència”, que tocaron después de un par de temas de carácter más anónimo y que, tal como confesó Eugeni, guitarra y vocalista, canciones nuevas, suponemos que para publicar dentro de poco.

Santacreu (Foto: Nocnar Tosnophal)

Entre canción y canción, un silencio sepulcral en la sala. En otras ocasiones un silencio tan rotundo sería un indicador del aburrimiento de los presentes, pero en el concierto de Santacreu fue un silencio de estupefacción. Los géneros musicales en los que se mueve la banda son el post-metal y el doom, estilos relativamente minoritarios, así que el alcance musical queda más bien reducido al mundo underground. Para muchos de los presentes fue la primera vez que los escuchaban, pero seguro que no será la última.

Déluge, el diluvio francés cae en Barcelona

Otros que también estaban de presentación eran Déluge. A finales del año pasado, en plena ola de covid-19 en Francia, el deseo de llevar a los escenarios su último trabajo, ‘Ægo Templo’, se vio frustrado.

Deluge (Foto: Nocnar Tosnophal)

Por lo que concierne a la aplastante actuación, Déluge se sirvió de sonidos de tormenta, de lluvia, como hilo conductor del espectáculo. Como se pudo comprobar, a pesar de tocar más música encasillada bajo géneros que empiezan por “post”, su música no tiene nada que ver con la de la banda anterior. Lo que sirvió Déluge fue una buena ración de black metal con tintes de post-hardcore. En sus canciones había el toque ambiental, calmado, que contrarrestaba con la voz extrema de su cantante y los más que abundantes blast beats del batería.

Deluge (Foto: Ignacio Sánchez-Suárez)

Con tan solo dos álbumes publicados, eligieron la misma “Ægo Templo” para abrir el show, y siguieron con “Soufre” y “Opprobre”, del mismo disco. Pasaron después a repasar algunos de los cortes más queridos de su ‘Æther’. Para cuando llegaron a “Appâts” pareció que Maxime Febvet, vocalista, perdía fuerzas. Una mera impresión por lo que parece, porque terminaron de la mejor manera con “Baïne” y “Vers”.

Simplemente Dvne

El concierto de los de Edimburgo fue tremendo. “Towers”, de su último disco, abrió el show. El sonido que salía de los altavoces parecía tener cuerpo propio y no dejaba de golpear las primeras filas. Y no solo el sonido en sí era digno de admirar, sino que a nivel técnico era imposible quitar la vista de los músicos.

Dvne (Foto: Ignacio Sánchez-Suárez)

Como una ráfaga de pasión y entrega entró “Court Of The Matriarch” con sus contrastes, y contrariamente a la canción anterior, dominada por las voces en limpio. Con la emoción del momento y debido a un golpe desafortunado, uno de los platos del siempre sonriente baterista cayó, pero eso no interrumpió la actuación. De ‘Asheran’ rescataron “Thirst”, con una sonoridad totalmente distinta, al menos en lo que se refiere a la primera parte del tema.

Dvne (Foto: Nocnar Tosnophal)

Sus últimos minutos abrazan su faceta más ambiental, con matices que recuerdan a bandas como Mastodon. El momento de la noche, sin embargo, fue cuando tocaron “Sì-XIV”, una de las más queridas de ‘Etemen Ænka’. Fue estupendo ver cómo la iban desplegando nota a nota.

Lo que ofrece Dvne son unas canciones densas y largas. Eso hizo que a pesar de estar disfrutando del repertorio, la duración de los temas más la imposibilidad de moverse libremente dentro de la sala hicieran mella en los asistentes. Llegados a este punto, cuando siguieron con “Omega Severer” y “Satuya”, algunos espectadores ya se revolvían inquietos e incómodos en sus asientos.

Dvne (Foto: Nocnar Tosnophal)

Aunque parece estar cada día más cerca lo de poder acceder a conciertos como antes de la pandemia, la espera se hace especialmente dura. Terminaron el concierto, de una hora escasa de duración, con una fabulosa interpretación de “Of Blade And Carapace”. Las tres bandas dejaron al público con ganas de más, pero como ya se ha dicho en párrafos anteriores, no en esas condiciones. En todo caso, tres bandas, todas diferentes, que merece la pena tener en cuenta.