Dream Theater brilla con luz propia en Barcelona
Tras saltarse a la ciudad condal en la primera rama de su gira europea, Dream Theater regresaban a Barcelona para el alborozo de un público que siempre les ha sido muy fiel en cualquier sala y en cualquier condición, recompensando una entrega que cada vez menos bandas son capaces de lograr de un público reticente a los precios de los grandes recintos.
Los conciertos de Dream Theater son siempre un espectáculo épico, ya sea por la producción, por su ambiciosa duración o por la mera ejecución intachable de sus músicos. Si uno es fan de los sonidos más progresivos, el concierto de los americanos es un acontecimiento que sencillamente no te puedes perder.
Aunque los últimos años los han pasado desgranando éxitos antiguos en conciertos cargados de nostalgia, los muchachos de Petrucci tienen una confianza absoluta en su material más reciente; un ‘A View From the Top of the World’ que parece destinado a ser el mejor trabajo del grupo desde la partida de Portnoy, cuyos temas han sido desgranados con minuciosidad en los dos circuitos de esta gira.
Arion, una agradable sorpresa
Arion tuvieron la nada agraciada tarea de abrir para Dream Theater, que por lo normal no suele traer teloneros. La propuesta de los americanos contrasta en muchos sentidos con la que los fineses desgranaron para quitar las telarañas al Sant Jordi, pues mientras la de los primeros es sesgada y contemplativa, los segundos se presentaron con un sonido entre power metalero y modernillo que tanto está triunfando en los últimos años, de la clase que ha sido concebido para hacer saltar y gritar al respetable.
Aun así, el show de Arion cayó con bastante simpatía sobre un público que al final quería menearse un viernes por la noche, y aunque el sonido de la batería sonó bastante apagado al principio, éste fue mejorando hasta lograr que la movida fórmula de su música les arrancara unos saltitos y algún que otro grito hasta a los fans de Dream Theater. Su poco más de media hora de set pasaron con una rapidez amena e intensa, por lo que pese a tenerlo todo en su contra, supieron sacar adelante un show muy solvente.
Dream Theater, el arte de ser pletóricos
Con la desaparición de la iluminación, las inmensas pantallas que el grupo había traído como producción tomaron un protagonismo que ya no abandonarían en el resto del concierto, elevando la impecable ejecución de la banda con una retahíla de imágenes y luces muy resultones. La encargada de inaugurar la velada fue la galardonada “The Alien”, que fue recibida como si se tratara de uno de los clásicos imperecederos del grupo, poniendo de manifiesto la gran acogida que tuvo ‘A View From the Top of the World’ como trabajo de estudio y el excelente estado de forma de unos músicos a los que los años no parecen volverles menos hábiles.
Un nuevo fill de batería de Manigni servía para introducir a “6:00”, que con su estructura más directa y rockera sirvió de contrapeso para una noche en la que los apelativos para las canciones irían desde lo mastodóntico hasta lo grandilocuente, sirviendo para equilibrar un ambiente que de lo contrario se habría decantado demasiado hacia un estado de ánimo más contemplativo.
Hubo un regreso a ‘A View From the Top of the World’ de la mano de “Sleeping Giant”, que en esta segunda gira europea se ha colado en el set por todo lo alto, poniendo de manifiesto una vez más la confianza que el grupo tiene en el material nuevo. Parecen decididos a interpretar todos sus temas antes de que termine su gira de presentación, y por la forma en que el público quedó prendado con su interpretación, no me cabe duda de que ha sido una decisión ganadora.
Tocaba regresar a un álbum algo olvidado como ‘A Dramatic Turn Of Events’ de la mano de “Bridges in the Sky”, que con su pesado riff logró despertar algo de movimiento entre un público que en conciertos así tiende a quedarse algo más inmóvil, rompiendo con la clase de agitación que uno suele esperar en un show de heavy metal. Le siguió toda una sorpresa como “Caught in a Web”, que supuso la segunda visita del grupo al excelente ‘Awake’ y que cumplió un cometido similar al de “6.00”; equilibrar con cortes más directos una noche que de lo contrario se habría pasado de solemne.
Otra canción de ‘A View From the Top of the World’ que ha entrado en el setlist en esta gira ha sido “Answering the Call”, que aunque fue ejecutada con la acostumbrada precisión y maestría, cayó con algo más de frialdad sobre un público al que estar de pie en conciertos así puede llegar a pasarles factura. No es ningún secreto que si los conciertos en pista son soportables es porqué te pasas la mayor parte dando saltos o haciendo el cabra, no firme como un centinela del palacio de Buckingham.
Como dato curioso, las escasas localidades con asiento del Sant Jordi Club se agotaron con una rapidez pasmosa, prueba fehaciente de que, tal vez, la mejor forma de disfrutar de la música de Dream Theater sea en la comodidad de un mullido asiento de plástico. Hubo una pausa que el grupo aprovechó para felicitar el cumpleaños de su manager de producción, en el que James Labrie hizo que todo el público le cantara el cumpleaños feliz. Entonces ocurrió la que sin duda fue una de las grandes sorpresas de la noche, y sin duda el mayor acierto del grupo.
En el contexto de una velada que dio cabida a temas de una longitud legendaria, la banda encaró “Solitary Shell”, la sexta parte de su pieza más grande y ambiciosa, una “Six Degrees of Inner Turbulence” que, por motivos obvios, no se prodiga mucho en directo. Le siguieron “About to Crush” y “Losing Time/Grand Finale”, culminando la parte final de un tema tan épico con una solvencia magistral y un saber hacer al alcance de muy pocas bandas, terminando de redondear un concierto que desde ahí solo iría en crescendo hasta su apoteósico final.
La única forma de mantener la intensidad tras una sorpresa así es interpretando un clásico tan querido como “Pull Me Under”, que fue recibido por el griterío enloquecido de una audiencia que alcanzó la cúspide de locura al amparo de una canción tan especial. Dream Theater han demostrado no tenerle miedo a quitar su tema más famoso de los setlist cuando lo han considerado necesario, pero aún así es una canción que en cualquier circunstancia siempre será recibida como agua de mayo.
El momento álgido de esta gira está viniendo de la mano de la interpretación de algunos de los temas más grandilocuentes del grupo, siendo el primero el que pone nombre a su último y celebrado trabajo, un “A View From the Top of the World” que no podría sentirse más corto pese a sus más de veinte minutos de duración. La guitarra de Petrucci lidera aquí a un grupo de músicos excelentes para desgranar un tema que sorprende por sus muchas facetas y grandes momentos, en los que a la banda se la puede ver pletórica y totalmente entregada, contagiando al público y logrando la difícil tarea de no perder su atención en un tema de tamaña magnitud.
El bis de la noche sería otro tema inmenso como “Count of Tuscany”, que en contraste con la eléctrica luminosidad de su predecesor, imbuyó el Sant Jordi Club con un aura espesa y oscura que una vez más se vio elevada por una producción que aunque espectacular, no necesitó de fuegos artificiales o llamaradas para atrapar a un público que parecía conocerse al dedillo aún un tema con tantos matices como este.
Texto: Marc Fernández | Fotos: Alex Barrroso
Promotor:Revolution Shows
Día:2023-01-20
Hora:19:30
Sala:Sant Jordi Club
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Arion
Puntuación:8
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