Download Madrid 2019: Tool y Fever 333 se comieron el festival
El último día del Download Festival Madrid 2019 dejó grandes contrastes. La demostración del altísimo nivel de los conciertos de bandas como Tool, Fever 333, Sum 41 o Toundra contrastó completamente con otras que no tuvieron la misma suerte como Bones Of Minerva, Fiend o nothing, nowhere.,
Se despide con esta crónica del Download Madrid 2019 la tercera edición del festival, que ha dejado caer que volverá en 2020, aunque todavía no se sabe en qué formato, lugar y muchos más datos que se irán desvelando en el futuro. La sensación que ha dejado este año es la de un evento a medio montar comparado con los años anteriores, en los cuales había una infraestructura mejor cuidada y con una mayor estética detrás. Algo más de 60.000 personas han poblado la inmensa Caja Mágica estos días, y esto es lo que se pudieron encontrar en la última jornada de esta edición.
Bones Of Minerva: a medio gas
La expectación con las bandas nacionales que ejercen como revelación siempre es alta. Si en el apartado internacional los que jugaban ese papel en la tercera jornada eran Fever 333, en el ámbito local las protagonistas de esto eran Bones Of Minerva. El adelanto de 10 minutos de su concierto respecto a la hora predefinida hasta el propio domingo hizo que fueran quienes abrían en solitario el tercer día, lo que, por consiguiente, siempre se traduce en que la cantidad de asistentes no sea alta (y más con el calor que ha estado azotando Madrid durante todo el festival).

Bones Of Minerva (Foto: Paco García)
Es cierto que según avanzaban los minutos y los temas se iban cubriendo (poco a poco) los huecos de la pista, pero la afluencia, como se podía esperar, era mejorable. Si bien había ganas de Bones Of Minerva, ya sea por las altas temperaturas o por el motivo que sea, las cuatro componentes del grupo no hicieron el bolo más animado posible. Los vacíos entre canciones sin una interacción efectiva con el público, el mal sonido en conjunto (sobre todo de la guitarra) y movimientos sobre las tablas que parecía que irían a más y no se excedieron en el aproximado metro cuadrado en el que se situaba cada una en el escenario generó que no se transmitiese toda la potencia posible a los que acudieron al escenario 4.

Bones Of Minerva (Foto: Paco García)
La música que practica la banda se basa en ese post rock que tanto está proliferando en nuevos grupos de la escena nacional, pero en este caso con influencias orientales que le dan el sello personal junto a la voz de su cantante, que rompe de un particular gutural a un melódico que contrasta a la perfección con el estilo que llevan a cabo. La nota curiosa de la actuación fue que su bajista cumplía 28 años justo en el escenario del Download y que presentaron ante el público madrileño su nuevo tema «Madre» además de otros ya conocidos como «Vehemence». Les vino un poco grande el festival, en líneas generales.
Fiend: todo mal
El sol, lo poco conocida que era la banda, su mal sonido y la poca gracia que tienen sus temas hicieron que el concierto de Fiend comenzase como un tropiezo de la tercera jornada. Practicantes de un stoner rock que ni se le asemeja a Red Fang por mucho que lo intenten, tuvieron poco público, el cuál se limitó a aplaudir al final de cada tema y esperar o bien a la chicha del Main 1 o a otros conciertos de otros escenarios. Mala primera visita para los parisinos que vienen acompañando a Tool en su gira europea.
nothing. nowhere.: efectivamente.
Sus temas están bien, enganchan y pueden animar tu fiesta de fin de semana con temática pseudo-rockera. Y no suenan mal en directo. Pero claro, eso es muy fácil cuando tu show son sintes, voces y otras capas lanzadas. El trap-rock de Joseph Edward (cuyo nombre artístico es nothing.nowhere) no levantó ni pasiones ni decepciones, entretuvo a los pocos allí congregados, que pasaron un buen rato. Una cosa que impactó fue el hecho de que la primera mitad del repertorio eran Joseph, el baterista y el guitarrista nada más (bueno, y las canciones lanzadas) lo cual le quitó una cama de graves necesaria para que hubiera algo de potencia. Aprobado raspado.
Brass Against: bailando bajo la lluvia
Brass Against pisaron ayer el stage 2 con muchísima fuerza. Sobre las 18.20 de la tarde de la tercera y última jornada del Download Festival Madrid salieron al escenario Lisa Colby vestida entera de leopardo como la fiera vocal que es, y junto a ella sus músicos, todos ellos vestidos de blanco a conjunto como nos tienen acostumbrados. Los estadounidenses fueron una de las propuestas diferentes de esta edición pues en lugar de tener bases más metaleras tiene gracias a sus instrumentos de viento tonos más ska.
Esto hizo que a pesar de los repetidos casi cuarenta grados de ayer un gran público se acercase a escuchar algunos de sus temas más sonados, que además fueron versiones de los clásicos del metal, entre ellos la versión por la que se hicieron conocidos, «Killing in the Name Of» de Rage Against The Machine. El sonido fue algo mejor y está claro que la vocalista tuvo la potencia y garra suficiente para levantar al público que bailaba bajo la lluvia de mangueras.
Bala son un obús…
…en los días que obús son una Bala. Que dos tías sean capaces de salir y cebar un escenario de esa forma tiene mérito. Nada nuevo para los seguidores de la banda, entre los que se atisbaban miembros de la escena rock y metal nacional. Sin embargo, los pocos que vimos a Bala por primera vez, quedamos gratamente sorprendidos con sus dotes. Las gallegas rompieron el escenario con su particular stoner rock y se llevaron la primera nota decente de la jornada.

Bala (Foto: Paco García)
El sonido no les acompañó, con los graves por las nubes y las voces inaudibles, pero eso no les impidió dar cera de la buena. Eso sí, el escenario se les quedó un poco grande. Tanto por el hecho de ser dos, como por la hora y el estilo en cierto modo. Faltó ese algo que une a artistas y público que no acabó de llegar con muchas bandas de la jornada. Estas chicas en un garito pequeño lleno lo petan fuerte, de eso no me cabe duda. Pero el modelo White Stripes o Royal Blood es complicado de llevar a la gran tarima.
Toundra le hace el amor al Download
Toundra era junto a Vita Imana en la primera jornada la banda nacional del Download 2019 con más peso en el cartel, y desde que se subieron al escenario demostraron el porqué. No necesitan de una voz para transmitir sentimiento con su música, y si les acompaña el sonido, como sucedió en el festival madrileño, es fácil que conquisten a todas las personas que se acerquen a verles.

Toundra (Foto: Paco García)
Estuvieron muy activos desde el principio, sobre todo Esteban a la guitarra con sus múltiples movimientos y alientos al público (como es habitual) y se marcaron un repertorio machacón para demostrar que su post rock instrumental no solo sirve para amansar a las fieras, sino también para hacerlas vibrar. Canciones como la nueva «Kingston Falls» se quedaron fuera del repertorio por este motivo, pero otras más directas y contundentes como «Cobra» o «Tuareg» no faltaron en su setlist, el cual culminaron con sintetizadores al final para darle un toque más atmosférico y alternativo.

Toundra (Foto: Paco García)
La comunión entre los propios miembros de Toundra es evidente, tanto que al terminar uno de sus primeros temas Esteban y Macón, los dos guitarristas, se fundieron en un amistoso beso. A falta de micrófonos para la voz, el propio Maca agradeció al público (que hubo mucho) del escenario principal que acudieran a su directo a través de las pastillas de la guitarra y concluyeron repartiendo alguna que otra baqueta y púa pero, sobre todo, botellas de agua a mansalva, que era lo que más falta le hacía al respetable de Madrid. Un sinfín de emociones, algo que no sorprende, lo que transmitió la banda a lo largo de su concierto.
State Champs: de menos a más
Los americanos State Champs ocuparon el escenario 3 sobre las 19:25h de la tarde con sus habituales atuendos de punk rock de los noventa. Camisas amarillas, pantalones de colores, y gorras hacia atrás y hacia delante. Derek y compañía eran una de las bandas esperadas de la jornada puesto que continúan con el legado de las grandes como Blink 182 o Sum 41 con quien compartieron cartel ayer. Tocaron algunos de sus grandes éxitos como «Secrets» o «Stitches» qué fueron coreados por muchas de las personas allí reunidas que esperaban con ansia ver a su grupo favorito.

State Champs (Foto: Paco García)
Sin embargo, y a pesar de la afluencia y la energía que cada persona bajo el escenario pusiera, no pudo maquillar las tres o cuatro primeras canciones donde el vocalista no afinó apenas una nota, se ahogaba o permanecía en silencio. Es cierto también que a medida que fue pasando el concierto recuperó energía y voz salvando finalmente el show. Los instrumentos sí sonaron compactos durante todo el espectáculo y se agradeció. En tonos generales fue un concierto divertido aunque no rotundo.
Soulfly ya no son lo que eran, pero lo intentan
Soulfly llegó al Download Madrid 2019 para presentar su nuevo disco, algo que se vio desde el inicio con la lona del mismo ‘Ritual’. Abrieron con «Dead Behind The Eyes» sin miramiento alguno, y el sonido se lo llevaba un poco el viento de aquí para allá, por lo que en función del lugar en el que te encontrases se escuchaba mejor o peor. Cuestión de suerte. «Under Rapture», también de ‘Ritual’, prosiguió el show de Max Cavalera y compañía, que fue bastante lineal en cuanto a intensidad.

Soulfly (Foto: Paco García)
Dónde quedaron esos tiempos de Max con Sepultura donde eran una de las bandas más aplastantes de la escena… Ahora, en esta etapa de Soulfly, el reflejo de esa época se nota por el estilo que practica la formación, pero no es ni la sombra de lo que era (tanto en lo que transmite al público como en el seguimiento que tiene). La presentación del último trabajo continuó protagonizando el show del grupo, algo que a los seguidores clásicos no les acabó de convencer (aunque es un buen trabajo) ya que en ese lugar podían haber incluido otros cortes más clásicos.

Soulfly (Foto: Paco García)
Esto no quiso decir que se quedaran fuera los hits que elevaron en su momento a la banda a lo más alto, sino que también sonaron himnos como «Prophecy» o «Back To The Primitive», imprescindibles en cualquier setlist de los estadounidenses (de raíces brasileñas). En estos cortes fue donde realmente se vinieron arriba los presentes, que al fin y la cabo buscaban rememorar esa época dorada de la formación.
Metal para adolescentes pasado de moda
De vez en cuando está bien pasarse por los escenarios pequeños para descubrir otras bandas. En este caso le tocaba el turno a los ingleses As It Is, que venían a Madrid para presentar su nuevo trabajo de estudio ‘The Great Depression’, cuyos temas dieron forma al setlist. Formado el grupo en 2012, defienden un estilo pop punk similar al que hacen My Chemical Romance (es más, los propios As It Is se comparan en directo).
Un estilo que siendo sinceros está (muy) pasado de moda. Eso no quita la actitud impecable y el gran sonido con el que contó la agrupación inglesa y lo agradecido que se mostró su cantante Patty Walters en todo momento, por lo que los cuarenta minutos que tuvo As It Is fueron más que bien aprovechados. Los fans que llenaban la pista del escenario 4, saltaron y disfrutaron incluso más que el publicó que se encontraba en cualquiera de los escenarios principales.
Fever 333: La locura. La revelación. El concierto.
Sobre las 20:45h de la tarde salieron al escenario los californianos Fever 333, unos de los más ansiados pese a no ser tan conocidos en el festival. Jason salió vestido con un mono presidiario de color gris oscuro y a conjunto su guitarrista Stephen Harrison y el conocido batería por sus acrobacias, Aric Improta. Solo tres, solo tres miembros y parecieron veinte personas sobre el escenario gritando rabiosos al mundo, golpeando fuerte la vida y arrancándole la piel a la sociedad.

Fever 333 (Foto: Paco García)
Tocaron algunos de sus temas como «Only One», «One Of Us» o «Made in America», que sonaron increíblemente bien, como una masa compacta que te pega en el pecho. Sin embargo, lo que más destacó de los americanos fue su show, no pararon de dar saltos, volteretas y mortales. También apilaron pantallas de sonido, se subieron a ellas, hondearon su bandera e incluso, Jason, se bajó del escenario para subirse a un depósito aparcado en un costado del escenario.

Fever 333 (Foto: Paco García)
Improta también tocó uno de sus temas con un saco en la cabeza, es decir, totalmente a ciegas y no falló ni una sola vez, y Jason terminó rompiendo a puñetados y a cabezazos el timbal base del Aric mientras tocaban las últimas notas. Fever 333 es una banda de directo, eso está claro, de hecho, se podría decir que fueron lo mejor de este Download, algo que seguro compartirán con nosotros las, al final, miles de personas que acabaron acercándose al Stage 3.
Architects lo tuvieron en la palma de la mano
Con el disco que han sacado, la forma en la que están instrumentalmente y el lugar en el cartel, Architects podrían haber sido hoy los vencedores indiscutibles. Sin embargo, un abuso por parte de su técnico de sonido poniendo el bombo con volumen suficiente para que lo oyese mi padre en casa, junto a la desaparición de las guitarras, rompió el clímax para los asistentes.

Architects (Foto: Paco García)
Tuvo que pasar la Policía Municipal midiendo volúmenes para que bajasen un poco ese asesinato a los tímpanos. La propia banda vio cómo el público estaba apagado, incómodo. Y, no logrando conectar, se fueron apagando poco a poco hasta irse con un “Thank you good night” y ya está. Y esto dio mucha rabia, porque se veía que Architects están ahora mismo en el mejor momento de su carrera como banda (con todo el debido respeto y dándole el mérito que se merece al difunto Tom Searle).
En cuanto a repertorio se refiere, estuvo centrado en temas de sus dos últimos discos como “Modern Misery” o “Nihilist” para empezar. Una producción discreta con algunos estrobos acompañaban los cambios de ritmos en temas como “These Colours Don’t Run” o “Gravedigger”, de anteriores trabajos. El concierto fue tímidamente finalizando con sus mayores éxitos: “A Match Made in Heaven”, “Gone with the Wind” (dedicada, como siempre, a Tom) y “Doomsday”. Estas sonaron algo mejor desde más atrás, pero con el rollo ya cortado, el concierto no había por dónde salvarlo.

Architects (Foto: Paco García)
Fue un gran concierto en todos los aspectos menos el sonoro, y siendo la música algo percibido por los oídos, no podemos más que permanecer atentos al regreso de los de Brighton por nuestras tierras para ofrecernos, en mejores condiciones, su buen hacer.
El triunfo de The Interrupters
Tras la tralla repartida por Fever 333 era difícil mantener el nivel en el escenario contiguo, pero The Interrupters salieron a dar lo mejor de ellos. Los fans del punk/ska estaban de suerte, ya que por primera vez la banda californiana hacía acto de presencia en Madrid. Había ganas de verles y se vaya si se notaba, pues la pista del escenario 4 estaba repleta hasta la bandera.
Su sonido con dejes de Raincid o The Distillers hizo que todo el mundo pasase un buen rato saltando y bailando; pero sobre todo coreando las canciones. Destacó el tema «Gave You Everything» ya que es el que da forma a su nuevo trabajo. No faltaron las bromas, pues antes de interpretar la cover de Operation Ivy,»Sound System» introdujeron el inicio de «Enter Sandman» o «When I Come Around». Terminaron su hora de concierto con «Family».
Sum 41: Un concierto redondo
Una de las bandas más esperadas de esta edición fueron los canadienses Sum 41. Los de Ontario salieron al escenario 2 sobre las 22.15h de la noche justo después de que sonara «TNT» de ACDC como intro, que además corearon las miles de personas allí reunidas con ganas de ver a sus ídolos de la adolescente. Fue curioso ver que la mezcla no solo tenía personas de unos treinta, que obviamente han vivido sus años mozos con «Still Waiting» de banda sonora sino que hubo gente incluso mucho más joven, lo que quiere decir que la banda está reviviendo.

Sum 41 (Foto: Paco García)
Deryck y compañía dieron un espectáculo de 10, cantaron todas sus canciones con mucha potencia y nulos desafines y los instrumentos sonaron mucho más que de sobresaliente. Además de deleitarnos con algunos de sus mejores temas como «Into The Deep» o «Fat Lip», también nos enseñaron temas de su nuevo trabajo que como dijeron, saldrá en tres semanas. Y algo curioso, nos hicieron cantar con pedazos de versiones clásicas del rock como «Another Brick In The Wall» o «We Will Rock You» de Queen.

Sum 41 (Foto: Paco García)
Se palpó la emoción, y algunas lloraron mientras danzaban entre globos gigantes y confeti lanzado desde el escenario. La banda no paró en todo el concierto de decir te quiero a su público y llamarle familia para demostrar y agradecer sus años de fidelidad. Sum 41 lo dieron todo y se notó, con una versión un poco más hardcore de lo que podrían ser hace unos años atrás, pidiendo ahora circle pits y sonando un poco más agresivos.
Watain: desangrados
Apenas habían transcurrido unos segundos desde que The Interrupters terminasen su actuación cuando comenzó a sonar la intro de Watain en el escenario contiguo. La decoración repleta de cruces invertidas estaba colocada desde hace rato y también los candelabros que ambientarían su actuación. Prometía ser la actuación más bestia del festival, pues pocas más bandas de black metal en el cartel de este año (aparte de Mantar); y así fue. Aunque los escandinavos no contasen con la producción completa fueron capaces de trasladarnos a su Infierno particular.
Y eso que esta vez no tiraron sangre al público como acostumbran. Desde el pasado enero no cuentan con nuevo material, siendo su último álbum editado ‘Trident Wolf Eclipse’, que acaparó la mayoría de protagonismo en su setlist con temas como «Sacred Damnation» o «Nuclear Alchemy». Poco tiempo tuvieron de repasar el resto de su discografía, pero entre las nuevas sonaron también cortes algo más antiguos como «I Am The Earth», «Total Funeral» o «Stellarvore» que cerraba su show. La ejecución de los temas fue bastante correcta, y si hubiese que poner alguna pega sería el atronador volumen que tuvieron, bastante más alto que el de las demás bandas.
Tool salva la jornada y el festival
En una jornada que empezó a trompicones y no terminó de enganchar hasta Toundra, Fever 333 y Sum 41, Tool pusieron sus cartas sobre la mesa y dieron una lección de sonido, ejecución y producción a todo el Download Festival Madrid 2019. Con “solo” once temas (algunos más largos que los discos de Brujería, claro está) el cuarteto estadounidense asombró a los asistentes, que pudieron irse con un buen sabor de boca.

Tool (Foto: Paco García)
El planteamiento es el siguiente: cinco pantallas alargadas y una estrella de siete puntas de metal adornadas con un sinfín de focos de luces de todos los tipos que iban apareciendo según qué tema. En frente, sobre una plataforma a lo largo del escenario, Danny Carey y la silueta de Maynard James Keenan, a quien no se le ve la cara en todo el concierto. Y ya debajo Tom Jones a la guitarra y Justin Chancellor al bajo. Arrancan con “Ænema” sonando bestiales y con el público a sus pies (bueno, y algunos a sus teléfonos). Las proyecciones en las pantallas son hiptnóticas y las luces maravillosas.
Continúan con “The Pot” y “Parabola”, clasicazos para el deleite de sus seguidores, que aclamaban sus obras en los momentos de silencio. Para cuando llegaron a “Schism”, pasó algo inédito en casi todo el festival: el técnico de sonido llevo a la banda a la perfección. La guitarra de Adam Jones, en particular, sonaba espectacular, como si tuviera uno el amplificador delante de la oreja. Fue aquí cuando el concierto se tornó en una misa musical.
Cortes menos conocidos pero igual de espectaculares como “Invincible” o “Jambi” prosiguieron la masterclass de los americanos, quienes no interactuaron con el público. De hecho, a cualquiera le preguntas qué cara tenía Maynard y no te lo sabe decir, y da gracias a que dice “España” una vez y “Thank you very much” otra a lo largo del concierto. Pero da igual, su espectacular escenografía hace que la experiencia sea única para los presentes.

Tool (Foto: Paco García)
No olvidemos que esta es la primera vez en trece años que la banda pisa Madrid y que llevan los mismos sin sacar un disco (más de 10,000 días). El evento fue cuasi-histórico para el público español, y la banda respondió con lo mejor de sí misma, permitiéndose el lujo de dejar obras tan icónicas como “Lateralus” a un lado sin que prácticamente se echase de menos.
Fueron la única banda de las 51 que pisaron la capital a lo largo del fin de semana que logró crear esa sensación de irrefutable excelencia que el espectador tanto busca. La magia que evocó su metal progresivo, en el punto perfecto de densidad y entendimiento, llenó de sonrisas, caras de asombro y alguna que otra lágrima el asfalto de la Caja Mágica. Sin duda, un broche de oro a tres jornadas con un reconocimiento a la participación en el circuito festivalero.
Fin de fiesta con Boston Manor
El broche de oro al festival lo pondrían Boston Manor, que tras la reestructuración de horario de última hora actuaron en el mainstage 2 nada más acabar Tool su gran show. Las circunstancias jugaron mucho a su favor, y es que todo aquel que salía del escenario principal y que aún tenía fuerzas en el cuerpo se quedaba a ver como los ingleses ponían todo patas arriba.
Después de ver el magnífico espectáculo que ofreció Tool cualquier banda que hubiese tocado después hubiera sabido a poco. Aun así el pop punk con dejes alternativos de Boston Manor mantuvo al respetable animado hasta el último minuto, consiguiendo que la gente saltase, e incluso hiciese pogos a ambos lados de la valla. El álbum que tomó protsgonismo en su setlist fue ‘Welcome To My Neightbourhood’ estrenado el año pasado, del que sonaron temas como «Funeral Party» o la que cerró su concierto, «Halo». En definitiva una más que aceptable actuación para dar carpetazo a tres días de festival.
Texto: Arya Blues, Diego Solana, Tamara Ruiz, Dani Bueno | Fotos: Paco García
Promotor:Live Nation
Día:2019-06-30
Hora:17:35
Sala:Caja Mágica
Ciudad:Madrid
Puntuación:8
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