Dog Eat Dog conduce de vuelta a los ’90

La mayoría de las veces apostar por eventos entre semana, y que además coincidan con otros conciertos, es tarea complicada. Aunque la oferta de la gira de Dog Eat Dog era bastante suculenta, lamentablemente, no consiguió obtener el resultado deseado.

Que en una tarde de martes en Madrid estén sobre la mesa las propuestas de Soto y Dog Eat Dog hace que el público que puede asistir a conciertos entre semana se divida (aun por mucho que disten sus estilos). Si sumas esto a que el grupo de New Jersey sigue defendiendo un estilo que ha ido desgastándose con el paso de los años, el panorama de la sala Copérnico se veía bastante desierto  a la hora estipulada de apertura de puertas. Una apertura, que por motivos que desconocemos, se dio una hora más tarde de lo indicado.

A principio de los ’90 la mezcla de rap rock se consagró como un género propio, y en aquella década infinidad de bandas como Rage Against The Machine, Limp Bizkit, Beastie Boys o Dog Eat Dog se dedicaron a exprimirlo hasta la última gota. Pero la popularidad de dicho género fue mermando hasta el punto de no poder llenar una sala de mediana capacidad si no eres una banda de primera línea a día de hoy.

Slimboy: Un ligero aperitivo

Aparte de las estrellas principales, en el cartel aparecían dos nombres más. Un par de bandas a las que es inusual ver tocar en nuestro país: Slimboy y Waltari. El papelón de tener que romper el hielo en una sala en la que únicamente se encontraban diez personas le tocó a Slimboy. La agrupación suiza se subió a las tablas abriendo fuego con “Whatever” de su disco ‘Sail On Sailor’. Aun así el trío procedente de Basilea salió a darlo todo incluso desarrollando un estilo bastante más descafeinado que el de sus compañeros.

Slimboy (Foto: Pol Mascaró)

Su rock alternativo fue bien ejecutado e impulsado por los miembros del grupo, en especial por su cantante Joel, que lejos de venirse abajo se deshacía en intentos de animar a los escasos presentes. Incluso llegó a pedir la grabación de alguno de sus temas para su posterior compartimiento en las redes sociales. Los cortes que dieron vida a su setlist fueron aquellos encuadrados en su nuevo EP ‘Hopeless & Addicted’.

La locura de Waltari

De cuando en cuando te topas de casualidad con esa clase de bandas que hacen que se te olvide todo lo que has visto anteriormente. Es el caso de Waltari, cuya personalidad y estilo son poco vistos (por no decir nada) en otras agrupaciones. El quinteto proveniente de Finlandia emana personalidad, delirio y júbilo por los poros y sus conciertos son casi únicos; una pena que aquí la originalidad se valore escasamente.

Waltari (Foto: Pol Mascaró)

Su particular crossover rock (por llamarlo de alguna manera) puso en pie a los allí presentes, que poco a poco iban aumentando en número. Temas como “Vogue”, “Far Away” o la recién salida del horno “Postrock” dieron forma a un variopinto setlist. La agrupación de Finlandia iba ganando ánimos paulatinamente y transmitían al público sus buenas vibraciones. Hasta el pintoresco vocalista Kärsty llegó a bajarse a la pista a saludar a la gente o simplemente a bailar un rato. En definitiva un show que va a ser difícil de borrar de la mente de quienes estuvimos presentes.

Dog Eat Dog desata la locura

Con la sala un poco más llena, y los fans más acérrimos de la banda colocados en posición para darlo todo, daba comienzo la actuación de los cabezas de cartel con “Think”. Este tema es el segundo en la lista de su primer disco ‘All Boro Kings’. Como bien señaló en varias ocasiones su frontman, John Connor, la agrupación de New Jersey estaba dispuesta  a trasladar a su público de vuelta a 1994, año en que se grabó el citado álbum. Y es que esta gira forma parte de la celebración del 25 aniversario del primer larga duración de la banda, ese que les dio el salto a la fama en el mundo del hardcore/rapcore.

Dog Eat Dog (Foto: Pol Mascaró)

Como cabía esperar los americanos dedicaron gran parte de su actuación a la interpretación íntegra de ese ‘All Boro Kings’.  Las siguientes en caer fueron “Pull My King”, “Who’s The King” o “Strip Song” hasta llegar a “Queen”. Esta fue dedicada a todas las mujeres presentes en el concierto, que lamentablemente éramos bastante pocas. Un sello personal de la banda son líneas de saxofón de Bozez entre sus melodías y versos, que tanto protagonizan los temas (y sus videoclips) citados anteriormente.

Agoreros de nosotros si creíamos que esta iba a ser una mala noche observando el panorama inicial, pues Dog Eat Dog hicieron gala de su profesionalidad y ganas de pasarlo bien. La calidad del espectáculo fue in crescendo llegando a su cénit en el tema “In The Doghouse”, uno de los cortes más vitoreados de la velada. “Funnel King”, “What Comes Around” y “No Fronts” nos metían en la recta final de ese “All Boro Kings” que finalizaba irónicamente con la canción que con que da inicio: “If These Are Good Times”.

Dog Eat Dog (Foto: Pol Mascaró)

Sobrepasada la hora de concierto, llegaría el momento de protagonismo del bajista, Dave Neabore, quien ataviado con una bata de boxeador, ocuparía el puesto de cantante para la interpretación de “Rocky”. El mismo roll tomó el batería, Brandon Finley, en “Step Right In”. Pero para colaboraciones, la del tour manager de la banda, que rapea y anima, formando un dúo bastante especial  John Connor. Llegó incluso a subirse a uno de los palcos de la sala para tirarse al público y es que animando se lleva el puesto número 1.

Dog Eat Dog (Foto: Pol Mascaró)

Apenas quedaban unos minutos de conciertos y el señor Connor nos introducía “XXV” tema que formará parte del nuevo disco, titulado ‘Brand New Breed’ de la banda que saldrá el próximo año. Dejando paso a la interpretación, “Just Another Victim” (versión de Helmet & House Of Pain) cantada con el vocalista de Waltari ponía todo patas arriba justo antes de la llegada de “Dog Eat Dog” que ponía el punto final de la actuación. Cierto es que sin nuevo material es bastante complicado atraer a las nuevas generaciones, pero Dog Eat Dog siguen manteniendo el buen nivel antes su elenco fijo de seguidores, ofreciendo noche tras noche un show complicado de olvidar.