La cura salvaje de Desakato en Avilés
Poco a poco la maltrecha y maniatada industria musical parece que va recomponiéndose. Quizás no a la misma velocidad que otras actividades masivas como el fútbol o los toros, pero, al menos, con paso lento pero firme a la ansiada normalidad.
Había ganas, muchas ganas, de ver de nuevo a Desakato tocando en casa y defendiendo su último trabajo ‘La Miel De Las Flores Muertas’ y cuyo estreno tuvo que ser en streaming ante la situación del momento. Sin duda, el formato autorizado para esta ocasión, según la situación epidemiológica de la región, permitió gozar del potente directo de los asturianos ya que dos días antes del concierto, se comunicó que los espectadores no tendrían que estar sentados.
Se podría decir que Desakato no es una banda de etiqueta fija. Si bien sus orígenes se encuentran en el punk-rock, sus sonidos discurren desde melodías poperas al metal extremo, con paradas en el hardcore, dirty rock y el post-punk-rock, si es que existe. Han sabido educar a sus seguidores en nuevos sonidos, sin perder pegada ni identidad. Culpa de ello lo puede tener el gozar de la libertad creativa que te da el ser tu propio productor y trabajar en tu propio estudio.
En pie (de guerra)
La imponente Plaza del Centro Niemeyer de Avilés, con capacidad para diez mil personas, sería el inmejorable marco para la vuelta a casa. El espacio se dividió en cuatro zonas para dar cabida a casi un millar de personas que asistieron al concierto, al objeto de tener un mayor control de los espectadores, de la superficie asignada a cada asistente y mejor salvaguarda de su seguridad, porque, si una cosa quedó clara en este concierto, fue la responsabilidad que tanto el Centro como el Ayuntamiento asumieron desde el principio para minimizar al máximo los riesgos. Quedaba por ver la respuesta del público.
Los pocos directos que Desakato han hecho este año han sido con el público sentado, algo difícil para una gente que porta por vitola el tener uno de los mejores directos del panorama nacional. El no poder interactuar con el público, saber si cantan o no al llevar puesta la mascarilla, se hace duro y extraño, tanto para ellos como para los asistentes.
Este concierto no solo se caracterizó por el hecho se permitirse estar de pie, sino que también por un tener perfil un poco “intimista” con temas que hace tiempo que no sonaban en sus directos, canciones de medio tiempo y rarezas sólo aptas para acérrimos. Esto no quiere decir que fuese un concierto de “caras B”, sino que han buscado un montón de buenas canciones que permiten conocer otras facetas de la banda. Si se exceptúa ‘Con El Viento De Cara’ (2008), el resto de sus trabajos han tenido cabida en una muy bien estudiada setlist y que se podría dividir en cuatro actos.
Preparados. Listos. Ya
El show comenzó con la instrumental “Estepa” a modo de instrucción, mientras los miembros se iban haciendo con sus habituales posiciones. A la alineación habitual se sumó un invitado de lujo, David Ginzo (Sidonie, Russian Red), quien se hizo cargo del sintetizador, guitarra y coros. Poco a poco Nano fue dando entrada a “La Colmena”, primer tema del último disco y primera prueba para los asistentes. ¿Asumiría el público la parte de responsabilidad que se les supone? ¿Estaría el público a la altura de las expectativas? La cosa pintaba bien.
Ligero salto atrás en el tiempo para llegar a “La Cura” y “Salvajes”, dos de los mejores temas contenidos en el EP ‘Antártida’ (2018). Pablo se desenvolvió a la perfección con estrofas a medio tiempo, metiendo intensidad a la hora de un estribillo que pareció hecho a medida para la ocasión “lo daría todo por dejar de ser, un ser domesticado”, y con el que buscaría la complicidad de la audiencia. Con “Combustión”, incluida en ‘Buen Viaje’ (2014), cerrarían el primer acto.
Aunque la situación era contenida, Pablo aprovechó una micropausa para llamar a la prudencia, yendo con pies de plomo, y avisando que tocarían temas cañeros y otros más relajados para no tensionar. Comenzó la segunda parte con “La Tierra Prometida”. Tema a tema la banda va creciendo hasta hacer pequeño el inmenso escenario que tenían a sus pies. Las mascarillas no pueden disimulas las inmensas ganas de corear.
Paso a la joya “Batalla Final” y sin tiempo a bajar la guardia, uno de los platos fuertes de la noche: “Animales Hambrientos”, con un Pepo endiabladamente activo y provocador esquivando los frenéticos rifs que Pablo y Gabri descerrajan a sus feligreses, mientras que éstos, sin perder la baldosa asignada, se contorneaban y desgañitaban. ¡Joder, que puto gusto volver a sentir la música en vivo! Cerraría este bloque “Hipnotizados”, con sus retorcidos rifs, para meter más presión a la Plaza.
Mientras Pepo se retiraba temporalmente, el protagonismo vocal pasó a manos de Pablo para sacar su lado más intimista y emotivo, marcándose tres temas analgésicos: “La Casa Del Árbol”, bonus de ‘Buen Viaje’ y que sólo se escucha si se es paciente y se deja acabar el tema “Ritual”, “Tu Avalancha” y “Sombras”.
Conecting people
Llegó la hora de cerrar. Recuperando las virtudes vocales de un Pepo cada vez más airado y furioso, y con un teclado cada vez más presente, entró en escena la hardcoreta “La Ira De Los Hambrientos”, seguida de “Volcan” y de nuevo, salto al pasado, en este caso retroceden una década, para llegar sin pausa a “Cada Vez” de ‘Miseria, Sangre y Plomo” (2010) donde el auténtico protagonista fue el público cantando el tema de principio a fin, con unos inconmensurable Mario y Gabri, mientras Pablo espetó un “no sabéis cuanto os necesitábamos”. Los pelos como escarpias.
“Nueva Religión” devolvió a la audiencia al último disco, y de lleno, a un fin de fiesta donde no faltarían los hits que han hecho grandes a Desakato “Cuando Salga El Sol”, “La Tormenta” y el incombustible “Fueu y Solombres” que pusieron patas arriba al más entero. Nano como una locomotora marcando el ritmo, Mario metiendo cuerpo a los temas, Pepo pegando gritos y motivando al resto, David danto otra dimensión a los temas, y Pablo y Gabri sacando notas imposibles. Era el momento de dar salida a tanta energía acumulada durante tanto tiempo. Ilusión, fuerza y rabia se hicieron patentes.
Nueva Religión
Ya se ve cerca el momento de poguear, saltar y abrazarse al final de cada tema empapados de sudor. Llegará el día en que Pepo y Pablo vuelvan a volar sobre su público. Mientras tanto, habrá que conformarse con seguir escuchando su música honesta, hecha por músicos honestos, con alma, magia y frescura. Noche de respeto de una banda hacia su público. Noche de respeto de un público hacia su banda, hacia la música, hacia la cultura, deseosos de que todo esto termine de una vez, orgullosos ambos de lo vivido y sabedores que, con pasos como el dado, el fin está próximo.
Texto: José Antonio Fernández | Fotos: José Antonio Fernández y Yago Llaneza
Promotor:Ayuntamiento de Avilés
Día:2021-08-21
Sala:Plaza del Centro Niemeyer
Ciudad:Avilés
Puntuación:8
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