Dead Lord, como de The Riven, forman parte de una activa escena de bandas que han rescatado los sonidos del pasado para revitalizarlos en los tiempos contemporáneos, al igual que, Kadavar, Horisont, Blues Pills, Rival Sons o Lucifer, cada cual con su propia personalidad.

La sala pequeña de Razzmatazz se sumergió, el pasado 15 de marzo, en un embriagador viaje cargado de nostalgia al acoger la actuación de dos bandas suecas cuya propuesta entronca con los perfiles del hard rock de raíces clásicas propio de formaciones de los 70′: Dead Lord y The Riven.

No es de extrañar, por tanto, que el público que se congregó en la sala, salvo alguna excepción, estuviera en una franja de edad de acorde con la música que iban a exponer los grupos en cuestión. Y aunque no demasiado numeroso, sí el suficiente como para que los músicos se sintieran arropados y se esforzaran en dejar contentos a los presentes como auténticos profesionales.

The Riven con guitarrista catalán

Con el público todavía haciendo acto de presencia, The Riven empezaron su actuación con “Moving On”, uno de sus dos sencillos grabados en 2020. En activo desde 2016, es una joven agrupación aún con un corto recorrido pero  con un futuro por delante, aunque ya ha tenido movimiento de integrantes.

The Riven (Foto: Unai Endemaño)

En Razzmatazz se presentaron con dos guitarristas puesto que Arnau Díaz, originario de Barcelona, estuvo acompañado de Joakim Sandegard, además del batería Jussi Kalla que ha reemplazado a Olof Axegärd. Completaron la formación el bajista Max Ternebring y la cantante Totta Ekebergh cuya presencia y excelente labor vocal fue uno de los focos de atención.

The Riven (Foto: Unai Endemaño)

Con sus atuendos, muy en consonancia con la moda de los 70′, sus embriagadores sonidos vinculados al hard rock, al blues psicodélico y, en definitiva, al classic rock, así como la cautivadora pero, asimismo, enérgica voz de Totta, se ganaron al público a medida que fueron sonando “On Time”, de su próximo álbum ‘Peace And Conflict’, la bluesera “Sweet Child”, seguida de “Shadow Man” y “Finnish Woods”.

The Riven (Foto: Unai Endemaño)

En un momento dado, Arnau, hablando en catalán, sorprendió al público anunciando la interpretación de un tema inédito en primicia, que resultó muy dinámico, con armonías a doble guitarra y durante el cual Joakim tuvo un problema con su guitarra y debió cambiarla en plena actuación. The Riven se despidieron a base de potentes riffs, ritmos marcados, un excelente solo de guitarra y con Totta extrayendo su registro más visceral.

Dead Lord, el poder de la guitarra eléctrica

Como bien dijo su líder, el guitarrista y vocalista Hakim Krim, la guitarra eléctrica tomó el poder sobre el escenario cuando Dead Lord empezó su recital y estuvo presente hasta que las últimas notas proyectadas desde el escenario se esparcieron entre un público dichoso de haber realizado un excitante viaje al pasado de la música rock puesta al día de una forma rotundamente seductora.

Dead Lord (Foto: Unai Endemaño)

Y es que escuchar a Dead Lord es recordar a formaciones como Gran Funk o Steppenwolf pero, sobre todo, es volver a sentir el espíritu de Thin Lizzy revoloteando en el ambiente, como se pudo comprobar nada más iniciar su actuación con “Distance Over Time” de su último trabajo de larga duración titulado ‘Surrender’, aparecido en 2020 y cuya gira de presentación no pudo llevarse a cabo por el confinamiento debido a la pandemia del Covid-19.

Siguieron con “Too Late” y “Bridges”, inundando la sala de armonías a doble guitarra en perfecta sintonía entre Hakim y Martin Nordin, quienes también obsequiaron a los asistentes con un amplio repertorio de brillantes solos ejecutados con una simbiosis impresionante así como un admirable movimiento de los dedos hipnotizador.

Dead Lord (Foto: Unai Endemaño)

Se acercaron al borde del escenario en repetidas ocasiones para, literalmente, tocar a dos palmos del público situado en las primeras filas, mientras Ryam Kemp (bajo) y Adam Lindmark (batería), mantenían el ritmo con solidez para que el sonido de las guitarras fluyera con ímpetu a la vez que elegancia.

Con el concierto ya avanzado, la personalidad de Hakim había quedado expuesta de manera rotunda. Ataviado con una camiseta de Pablo Escobar, el guitarrista, con su larga y rizada melena negra, su copioso bigote y sus expresivos gestos faciales, además de su particular registro vocal, aparentaba una mezcla de Groucho Marx y Phil Lynott. Su magnetismo fue evidente e intentó comunicarse en diversas ocasiones con los aficionados aunque sus largos comentarios no siempre fueron entendidos.

Dead Lord (Foto: Unai Endemaño)

El público disfrutó de sus impecables solos, sus duelos guitarreros con Martin y sus sorpresivas salidas, como cuando se arrodilló sobre el escenario y, mientras con una mano sostenía su instrumento por el mástil y lo alzaba, con la otra creaba efectos y distorsiones trasteando los pedales. También es justo reconocer que Nordin, que habia ejercido de bajista, y en 2020 sustituyó a Olle Hedenström en la guitarra, demostró estar a la altura en su trabajo, tanto de apoyo como de solista.

Cargados de fuerza y melodía

El tramo final del concierto estuvo respaldado por una serie de canciones de lo más determinantes dentro del repertorio de Dead Lord. “Letter From Allen St.” cautivó con sus sugestivas melodías y su pegadizo ritmo, mientras que “Ghost Town” resultó un emotivo final momentáneo. Los componentes de Dead Lord abandonaron el escenario unos breves minutos dejando la guitarra de Hakim haciendo un molesto ruido de acoplamiento al estar apoyada al amplificador.

Por suerte, retornaron de inmediato para afrontar los bises, que iniciaron con otro tema imprescindible, “Dystopia” perteneciente al mencionado ‘Surrender’ y que trambién está incluido en el EP del mismo título publicado recientemente y que, a su vez, da nombre a la gira europea que está realizando el grupo sueco. Tras alegrar aún más la noche al público con “Dystopia”, arremetieron con “Hammer Of The Heart” y su pegadizo estribillo, con un final adornado por Hakim con filigrana guitarrera. Seguidamente ejecutaron la versión de D.A.D. “Sleeping My Day Away, cuyo contagioso estribillo corearon los seguidores junto a la banda.

La despedida definitiva fue con “Ruins”, cuyo llamativo tramo final con Hakim Krim y Martin Nordin exhibiéndose de forma pletórica con el público encandilado ante las maravillosas armonías que salían de las guitarras de ambos. Fue una electrizante exhibición de 80 minutos de duración con todo el poder de sugestion que aportan unas canciones rebosantes de melodía.

Texto: Locky Pérez | Fotos: Unai Endemaño

Promotor:Madness Live!

Día:2022-03-15

Hora:20:00

Sala:Razzmatazz 3

Ciudad:Barcelona

Teloneros:The Riven

Puntuación:8