Crossfaith trae la fiesta de Japón a Barcelona
Tras mucho tiempo esperando, por fin la ciudad condal pudo gozar del directo de los japoneses Crossfaith. Famosos no solo por su poderosa mezcla de metalcore y electrónica, sino por una energía demoledora sobre el escenario.
Las fronteras logísticas de la música en vivo a veces son difíciles de romper. Pero desde luego si un grupo podía hacerlo ese era Crossfaith. Con capacidad para a llenar estadios en Japón, deciden salir de su zona de confort para afrontar un tour europeo por salas más austeras. El sold out en Madrid, primera fecha del tour, auguraba una buena acogida la noche siguiente en Barcelona. Y así fue, pero más en cuanto a pasión que a asistencia.
Ocean Grove enamoran al público
Los únicos invitados a un tour tan especial como era este fueron los australianos Ocean Grove, con una propuesta radicalmente distinta a la del grupo principal. Pero ya que precisamente este se hace conocer por salirse de los estándares, la variedad fue en todo momento bienvenida.
En falda tanto su cantante como su bajista, pero sin hacer broma alguna sobre ello y luciendo modelito con absoluta normalidad, salieron con unas ganas de transmitir mensaje que se hicieron tremendamente contagiosas. El público, escaso todavía, se dejó encandilar por el buen hacer del grupo. Saltando, coreando canticos, tratando de abrir algún pit e incluso algunos fans cantando los temas. Los integrantes de la banda recibieron este entusiasmo con absoluta gratitud.
Dale, su vocalista, no dudó en bajarse a las primeras filas a cantar diversos temas y a pedir la participación del público. Su estilo oscila entre el metalcore (pese a que en directo omitieron cualquier tipo de gutural), el punk veraniego y sobre todo el nu metal. Esto daba pie a que pasajes más cañeros se intercalaran con momentos de potente melodía vocal, generalmente los estribillos. El grupo aprovechó para presentar un par de temas de su futuro nuevo disco, que pertenecían a esta vertiente más melódica y festiva. Mas punk en actitud.
Terminaron por todo lo alto con «Ask For The Anthem», su reciente éxito que se coronó como el tema estrella del set. Un set que supo a poco, pero que aportó más de lo que un telonero medianamente desconocido suele aportar. Serían las ganas de fiesta que traía el personal, o simplemente que ellos son buenos en lo que hacen, pero la gente se quedó visiblemente con ganas de más.
Crossfaith: fiestón a la japonesa
La sala empezaba a llenarse, pero por desgracia las cortinas que la dividían en la mitad de su tamaño real ya presagiaban que la afluencia no iba a ser masiva. Una lástima, pues la ocasión era realmente especial. Sin embargo, los que allí estuvieron pudieron disfrutar de un grupo al que les dio igual ocho que ochenta.
El hilo musical previo al inicio ya puso al público en estado de alerta sobre lo que se les venía encima. Dubstep, trance y hardcore se sucedían a medida que se iba acercando la hora y una voz robótica nos iba anunciando los minutos restantes. Cuando el contador llegó a cero, la bomba estalló.
Los más estudiosos de Crossfaith se darían cuenta enseguida de que algo no iba como de costumbre. El habitual inicio compuesto por el VIP remix de “System X” seguido de “Xeno” fue sustituido por una versión extendida de “Destroy”, perteneciente a su último trabajo ‘Ex_Machina’. Un inicio mucho más contundente que a juzgar por la reacción del público funcionó a las mil maravillas. Le seguiría la también nueva “The Perfect Nightmare”. Estaba claro que el grupo estaba apostando por la tralla de buen principio, mostrando de cara su vertiente más metálica. Ya habría tiempo para el resto.
La presencia escénica de los seis integrantes (en directo se les uno un guitarra adicional, Tama) es encomiable. Era imposible estar atento a cada uno de ellos, pues en todo momento estaban dando espectáculo a base de pose, correteos, o saliéndose de sus posiciones. De hecho era muy habitual encontrarse a Tamano de pie sobre la mesa de mezclas. Son todo actitud. Y por estudiada que se la traigan, el entusiasmo es pegadizo y están a la altura del espectáculo que prometen.
“Jagerbomb” sería el primer clásico de la noche. Durante la cual todos los integrantes harían lo obvio, que era pasarse la botella de ídem entre ellos mientras el público se daba de empujones en un pit sobrado de espacio, pero no de fiesta. Entre tema y tema el grupo se paraba a parlotear con el público. Y pese a su evidente falta de control del idioma, en ningún momento se hicieron pesados. A base de actitud y sentido del espectáculo tenían ya a todo el mundo metido en el bolsillo y de ahí no iban a salir.
Tras “Kill Em All” llegaría el problema técnico que partiría el set en dos. En plena entrada del sampler intermedio de “Freedom”, en el que canta Rou Reynolds de Enter Shikari el sonido desapareció por completo. A los pobres les tocó distraer al respetable a base de cachondeo etílico.
Kenta calló los gritos para que todos pudiesen oír el dulce sonido de su cerveza abrirse. Tama, a su vez, aprovechó la ocasión para estrenar su botella de vino barato. Realmente supieron salir airosos de una situación algo desagradable y pudieron terminar la canción con total normalidad. Tras ella presentaron su recién estrenada “Endorphin”, que sonó incluso más potente si cabe en directo.
El punto álgido de un concierto de Crossfaith siempre será su archiconocida cover de la “Omen” de The Prodigy. Y decidieron lanzarla sin previo aviso. La sala se convirtió en un hervidero de brazos al aire. En su tramo final el grupo hizo agachar a todo el público y poner a todo el mundo a saltar de golpe en el último estribillo. Inolvidable.
El grupo empezaba a montar el paripé de la última canción. Ellos nos decían que esta iba a ser “Countdown To Hell”, y por ello decidieron organizar un buen Wall of death para iniciarla, a modo de aparente despedida. El doble bombo de este tema sonó a zona de guerra. Y es que, de nuevo, cuando se ponen metaleros sin condición funcionan también a las mil maravillas.
Tras abandonar el escenario, el público iniciaría los clásicos canticos. Al “one more song” le sucedería el gritar el nombre del grupo, para terminar, pidiendo todos a uno la indispensable “Monolith”. Volvieron a escena. Y ahora sí, el inicio que a la ciudad condal le había sido arrebatado caería en forma de segunda venida con toda su fuerza. “System X” y “Xeno” se unían en una sola y demoledora pieza que precedería al final por antonomasia. Las plegarias eran respondidas y “Monolith” cerraba una noche única.
Texto: Titus Ferrer | Fotos: María del Carmen Tajuelo y Óscar Gil
Promotor:Hello Cleveland / Live Nation
Día:2020-02-08
Hora:19:30
Sala:Razzmatazz 2
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Ocean Grove
Puntuación:8
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