Velada memorable de rock incombustible con tres grandiosas bandas que saben lo que hacen (y lo hacen muy bien) en una sala hasta los topes con un gran ambiente y buen sonido (como suele ser habitual en Apolo). ESTO es Rock and Roll.

El concierto que dieron Clutch, Graveyard y Kamchatka era una cita que no podía faltar en la agenda de los amantes del stoner rock. Tres grupos que exploran un sinfín de posibilidades con sus toques de blues rock, pshychedelic, southern, hard y un montón de etiquetas que añaden a esa producción retro con guitarras y bajos pesados, voces melódicas y con un groove que hace que incluso sin darte cuenta, tu cuerpo se mueva al ritmo. Y para los que vinieron a darlo todo, el lineup de estas tres bandas era el sitio indicado indicado (y la sala lo sabía, así que se adelantó poniendo cartelitos de prohibido crowdsurfing…)

Kamchatka, the power trio que no necesita más

Con el set de 3 baterías encima del escenario y un aforo de aproximadamente 300 personas, Kamchatka arrancó con “Rainbow Ridge”. La falta de espacio encima del escenario no les dejó opción a dar un show muy visual, quedándose cada músico en su marca durante todo el concierto. E incluso así, la manera de vibrar y vivir su música del cantante-guitarra y del bajista, era totalmente contagiosa. De hecho, el bajista no es otro que el polifacético Per Wiberg, anterior teclista de Opeth.

Kamchatka (Foto: Roberto Romero)

Antes del tercer tema, fue el momento de hablar con su público, que crecía en asistentes poco a poco. Se presentaron, contando que el batería es “el conquistador” (así, en castellano) y Thomas Andersson (cantante-guitarra) aprovechó para decir que “sabemos que muchos de vosotros nunca habéis oído hablar de nosotros. Es fácil moverse al ritmo de nuestra música así que bebed una cerveza, moved los pies y estaréis perfectos”.

Kamchatka (Foto: Ignacio Sánchez)

A mitad de la última canción, el solo de Thomas Andersson fue uno de esos solos que salen directamente de las entrañas y que te recorre todo el cuerpo de la energía que desprende. Fue un momento que resume perfectamente el carisma de Kamchatka y la necesidad de verlos de nuevo con más minutos de actuación. Con solo media hora, dejaron con ganas de más a su público.

Graveyard, donde prima la perfecta ejecución

Una cosa de Graveyard es innegable, y es la calidad musical de la banda. Recuerdan un poco a Cream o Black Sabbath, porque a pesar de ser actuales, su sonido se centra en el hardrock primigenio, nacido entre los 60 y los 70. Es una banda que parece salida de una cápsula del tiempo pero que se ha adaptado a la perfección a los tiempos modernos.

Graveyard (Foto: Ignacio Sánchez)

Con una sala que estaba casi llena, abrieron su show de 8 temas (menos de 1h de duración) con “Walk On”, tema de su último álbum, ‘Peace’. Con tan escaso tiempo de espectáculo, su setlist se basó principalmente en temas de éste disco y de ‘Hisingen Blues’. Nada más arrancar, el sonido no era el mejor del mundo sonando saturado y embotado. Por suerte, no tardó demasiado en solucionarse.

Graveyard (Foto: Ignacio Sánchez)

Graveyard no son conocidos por dar un gran espectáculo en directo (pero sí un directazo). Una banda que funciona como un reloj, perfectamente acompasada y con una técnica impecable. Por mucho que viésemos a una audiencia más estática que con Kamchatka o Clutch, gran parte del público disfrutaba de un directo sin aditivos.

Graveyard (Foto: Roberto Romero)

Una de las dos interacciones de la banda con su público fue un sencillo“¿qué tal?” que lanzó en castellano Joakim Nilsson (cantante) antes de iniciar su segundo tema, “Thin Line”. “Uncomfortably Numb” es un tema que nunca puede faltar (y no faltó) en el setlist de Graveyard, delicada, oscura y con una progresión perfecta. “The Siren”, igual que cierra el álbum ‘Hisingen Blues’ fue la escogida como broche para la actuación de Graveyard. Y con un “see you next time” y sin bis, los suecos finalizaron su momento.

Graveyard (Foto: Ignacio Sánchez)

Como detalle que podemos encontrar curioso, hubo algún avistamiento de camiseta de los Graveyard catalanes. ¿Casualidad o guiño a todas esas veces que se ha generado confusión al ver el nombre Graveyard en el cartel de un festival con tipografía plana?

Clutch, esa máquina imparable

Clutch son una máquina perfectamente engrasada con muchos tiros pegados y eso en un escenario se nota. ¿Qué puedes esperar de una banda que lleva casi 30 años en activo? Pues un bolazo, para que engañarnos. Nunca han bajado el listón ni en sus grabaciones ni en sus directos y que sea así por muchos años más. De hecho, en Madrid abrieron una segunda fecha de concierto por que sus fans saben qué esperar de los de Maryland. Y lo bien acompañados que vinieron a presentar su ‘Book of Bad Decisions’, hacía tremendamente goloso este concierto.

Clutch (Foto: Roberto Romero)

A pesar de que para cada concierto, los miembros del grupo eligen el setlist por turnos, iniciar el espectáculo con “Pure Rock Fury” fue una total declaración de intenciones. Y realmente así fue todo el concierto, un total y absoluto “pure rock fury”. Neil Fallon (cantante) tiene auténtico carisma encima del escenario. En sus grabaciones, esa voz rasgada y cargada de energía te da pistas de cómo puede ser en directo y no defrauda en absoluto encima de los escenarios.

Clutch (Foto: Ignacio Sánchez)

Al tercer tema, “H.B. Is in Control”, Fallon ya estaba sudando por su genial espectáculo encima del escenario. Y los fans contagiados de la pura furia rock, hicieron que los pequeños pogos estuvieran presentes en la parte centrodelantera de la sala durante todo el concierto. Y de repente… ¡“Texan Book of the Dead”!, tema extraído del segundo álbum homónimo de la banda, ‘Clutch’ , seguido por “Big News I” y “Big News II”, canciones que abren precisamente este disco.

Clutch (Foto: Roberto Romero)

Sabes que en un concierto de Clutch, el setlist es una lotería así que en cuanto empezaron las primeras notas de la intro instrumental de “Regulator”, el público se volcó y empezó a corear cada punteo que salía de la guitarra de Fallon. No es la canción más “cañera” que tienen, pero es un temazo que consigue hacer disfrutar hasta al último fan.

Clutch (Foto: Roberto Romero)

En “In Walks Barbarella” se echó de menos la sección de viento de la grabación pero su rollo con dejes funky también hizo de este tema una de las más disfrutadas de la noche.

Como brutal colofón final, el primer bis fue “Electric Worry”. Si ya habíamos sentido el suelo temblar durante toda la actuación, aquí fue ya el summum. De nuevo el maravilloso punteo del tema sumado al grito de “¡Vámonos, vámonos!” hizo que los presentes bailasen alrededor del mayor pogo que vimos durante toda la noche.

Un detalle curioso fue ver a algún fan que asistió con su camiseta de la Weyland-Yutani, conjuntando con la camiseta del propio Neil Fallon que portaba una de Nostromo, siendo un fan confeso de las películas de “Alien”.

Texto: Sofía Osorio | Fotos: Ignacio Sánchez y Roberto Romero

Promotor:Live Nation

Día:2019-12-10

Hora:19:00

Sala:Apolo

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Graveyard y Kamchatka

Puntuación:9