Bullet For My Valentine en Barcelona: la generación metalcore se hace mayor
Había ganas de poder disfrutar en directo de una banda como Bullet For My Valentine en nuestro país con su propia gira, a juzgar por la entrada que presentaba la sala y el cartel de sold out de Madrid, y los británicos no defraudaron en un recital metálico en gran compañía.
Gran noche de heavy metal la que se presentaba por delante en la ciudad condal con una Razzmatazz vistiendo sus mejores galas para recibir a Bullet For My Valentine, Jinjer y Atreyu, como se podía observar simplemente echando un vistazo a la enorme cola de adolescentes, y no tanto, dispuestos a disfrutar no ya de uno de sus grupos favoritos y que por fin se dejaba caer de gira por nuestro país, sino de un cartel de lo más completo y variopinto agotando entradas en Madrid y cerca de hacerlo también aquí.
Así, los encargados de abrir la velada serían los californianos Atreyu con su mezcla de hardcore, metal y punk de lo más pegadizo y que en directo funciona como un tiro. Sonaba la intro de “Strange Powers of Prophecy” que seguidamente encadenaría con la potente “Becoming the Bull” calentando al respetable sumando una “The Time is Now” que convertía la sala en toda una celebración metálica.
Brandon sabe como ganarse a los suyos, y a los que reclutaron para la causa a lo largo de la noche, con una actitud y unas tablas que compensaban con creces algunas carencias vocales siempre bien escudado, eso sí, por las segundas voces de Marc. “Ex’s And Oh’s”, el cañero nuevo single “Drowning” o “Save Us” caían una tras otra entre gritos y saltos de un público que se dejó poseer por la adictiva “Battle Drums” dejándose los restos en una “Blow” que pondría la guinda a un entrante de lo más satisfactorio.
Jinjer: Como un carro de combate
El primer plato de la cena vendría de la mano de los ucranianos Jinjer que siempre resultan una apuesta segura al ser una apisonadora perfectamente engrasada con una Tatiana Shmaylyuk pletórica al frente de la formación. La clásica “Who is Gonna Be the One” sonó realmente atronadora, repleta de agresivos guturales y una instrumentación impecable totalmente marca de la casa.
La siguiente en sonar, prácticamente sin dejar un segundo de tregua, fue “Copycat” de su último trabajo discográfico del cual darían buena muestra, como es lógico, con un trio demoledor final con “Dead Hands Feel No Pain”, la progresiva de innegable belleza e intensidad increscendo “Wallflower” o la poderosa “Call Me a Symbol” que dejo al público exhausto, en el mejor sentido de la palabra.
Por el camino, eso sí, dejaron patente la calidad de su ‘Macro’ perfectamente representado con cortes como “Home Back”, la inmensa “Judgement (& Punishment)” con una Tatiana a las voces aún más inmensa si cabe o la intensidad de una “Pit of Consciousness” que sonó con una majestuosidad tan agresiva como delicada, y es que la mezcla sonora (y el talento) que posee la banda se plasma a la perfección en su puesta en directo, con una actitud de lo más sobria, prácticamente discreta de sus músicos, capitaneados por una frontwoman de las que marcaran, sino lo está haciendo ya, época.
Bullet For My Valentine: sin tregua
Y llegó la hora. Con una puntualidad máxima, como había sido tónica durante todo el evento, los de Gales iban apareciendo uno a uno sobre el escenario para arrancar la descarga al ritmo de una de sus mejores canciones de su último ‘Bullet For My Valentine’ como “Knives”. Toda una declaración de intenciones que hizo temblar los cimientos de la sala con unos seguidores extasiados solo comenzar apiñándose hacia las primeras filas.
Llegó el turno de recuperar algunas de las composiciones de su anterior obra con “Over It” y “Piece of Me” que sonaron atronadoras con un Matt Tuck muy activo liderando al cuarteto y un Jamie Mathias aportando garra al sonido de la banda con un apoyo increíble a las voces durante los estribillos y los screams. Lo cierto es que la formación parece haberse asentado y en directo dieron buena fe de ello con la precisión de un reloj suizo.
Y llegaría uno de los momentos de máxima locura con la ejecución (no se me ocurre mejor forma de describirlo) de uno de sus grandes clásicos como “4 Words(To Choke Upon)” que volvía a pisar de manera frenética un acelerador omnipresente durante toda su actuación. No sé quedó atrás uno de sus grandes himnos, “You Want a Battle? (Here’s a War)”, con su mezcla de agresividad y melodía cuyo estribillo fue recitado a pleno pulmón por todos los que allí se daban cita. Había muchas ganas de tenerles sobre las tablas y, por fin, allí estaban. Y, a petición de sus seguidores para el presente tour, recuperaron su hard rockero “Hearts Burst into Fire” que fue efusivamente celebrada por su parroquia de fieles seguidores.
Apenas había un segundo de tregua y la siguiente canción no se hizo de rogar, una pegadiza y potente “The Last Fight” con unos Tuck y Michael Paget, este último siempre en un mayor segundo plano, impecables tanto en sus harmonías como sus riffs. Y llegó el turno de una aplastante “Shatter” con la dupla formada por el bajo y la batería de un Mathias y Jason Bowld, respectivamente, que sino tiro abajo los cimientos del recinto poco le faltó. Y es que los británicos han vuelto con más agresividad, fuerza y rabia que nunca, algo que queda sobradamente demostrado ya no solamente a nivel discográfico sino también escénico.
Por si todo esto no fuera suficiente, llegó un trío de temas que contagió y enloqueció a los pocos, si aún quedaba alguno, que no se había dejado llevar por la adrenalina del momento. “All These Thinhgs I Hate (Revolve Around Me)” desencadenó más de una lágrima, “Scream Aim Fire” hizo lo propio con los circle pits que inundaban el centro de la pista y “Suffocating Under Words of Sorrow” lejos de tener tal espiral no hizo más que alimentarla con un ansia envidiable. Unos clásicos que unieron a más de una generación de seguidores y que han sido banda sonora recurrente de los que en aquella época estaban en plena adolescencia y hoy superan la treintena.
Volvieron la pista a su etapa más reciente para presentar sus nuevas canciones, la emotiva e intensa “Rainbow Veins” y la desgarradora “Death By a Thousand Cuts” dejando claro que aún tienen mucho que decir y que ofrecer a los suyos. Entre una y otra hubo tiempo para recuperar una “Don’t Need You” que comenzó con el estribillo cantado a Capela por Matt invitando a todo el mundo a seguirle y, obviamente, no les decepcionaron. Una de esas canciones de nueva cuna pero que esta predestinada a convertirse con el tiempo en uno de los himnos imprescindibles de sus repertorios. Y, ahora sí, un pequeño respiro.
Respiro que duró poco, muy poco, con el violento compás de Bowld tras la batería marcando el brutal inicio de “Your Betrayal”, un puñetazo directo al estómago en forma de canción en la que, definitivamente, y tras más de una hora de actuación, iba mermando la voz de su audiencia que se dejaron la garganta durante su estribillo. Aún había tiempo para unas lágrimas más con un Matt solo en el escenario emocionando a los suyos con una “Tears Don’t Fall” de halo acústico que sirvió de perfecto prólogo para su versión más eléctrica y una brutal “Waking the Demon” que cerró por todo lo alto una noche pletórica.
Ahora solo hace falta que no haya que esperar toda una vida para volver a tener a Bullet For My Valentine de gira por nuestro país, festivales al margen, para seguir disfrutando de una de las bandas que marcó hace ya unos años a toda una generación y que, a día de hoy, lo sigue haciendo con las venideras. No, al final no actuaron en una sala de mayores dimensiones como una Sant Jordi Club pre-pandemia a la que estaban destinados, pero arrasaron en una Razzmatazz que fue testigo directa de uno de los conciertos del año.
Texto: Lluis Garcia / Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Madness Live
Día:2023-02-16
Hora:18:30
Sala:Razzmatazz
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Jinjer, Atreyu
Puntuación:9
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