Bullet For My Valentine y Alien Weaponry: un combo salvaje en Bilbao
Gracias a una coincidencia logística, pudimos disfrutar en Bilbao de dos de los mayores reclamos del primer día del Resurrection Fest gallego. Un estupendo consuelo para los que este 2022 no íbamos a pisar Viveiro, permitiéndonos volver a presenciar una de las bandas más importantes de la escena metálica inglesa, junto a los cada día más grandes, Alien Weaponry. Un combo salvaje en todos los sentidos.
En la fecha bilbaína estaba previsto que abrieran Spiritbox, otro de los conjuntos con más futuro del panorama actual, quienes lamentablemente tuvieron que suspender su periplo español, por graves problemas con su medio de locomoción. Sin duda hubiese sido un colofón perfecto, a lo que a la postre acabaría siendo un martes de lo más divertido. Un martes en el que pudimos regresar hasta tiempos adolescentes.
El colmillo aborigen
A la hora prevista y con más de trescientas personas reunidas, la banda de los hermanos De Jong saltó sobre las tablas de la Santana con su característico estilo. Entonando el Haka que hicieron famoso los All Blacks de su tierra. Un grito de guerra ancestral, que sin duda les viene como anillo al dedo a los jóvenes neozelandeses.
Arrancarían con el poderoso “Hatupatu” de su último trabajo, un tema en el que ya dejaban claro sus principales armas. Una base rítmica demoledora y tribal, sobre la que se montaba una aplastante sucesión de riffs sencillos, pero terriblemente inspirados. El aire selvático, salvaje y ancestral, es lo que aporta originalidad y color a este conjunto y desde el minuto uno lo sacarían a relucir sin complejos.
Otro tema de su anterior trabajo, “Holding My Breath”, nos traería a los Alien más Thrasheros, desplegando Groove elegante, sin que su particular sello se perdiese y demostrando influencias obvias, aunque acto seguido ralentizasen aún más los tiempos con “Buried Underground”, otro corte de su último redondo.
En cualquier caso, cuando más brillan los aliens de las antípodas, es cuando enseñan su colmillo aborigen y cantan con toda el alma en el idioma maorí. Así fueron los tres últimos pelotazos que usaron para cerrar su comparecencia, comenzando por “Ahí Ka” y rematando con los que puede que sean sus dos cortes más emblemáticos “Ru Ana Te Whenua” y “Kai Tangata”. Dos piezas en las que se repite su ya conocida formula ganadora. Una formula que en directo volvió a ser de lo más resolutiva.
Guerra relámpago
Como dijeron los Weaponry poco antes de marcharse del escenario, Bullet For My Valentine son autenticas leyendas del rollo, y sobre el escenario de la Santana 27 les bastó con una hora para demostrarlo. Una hora plagada de clásicos totales, en los que se permitieron concesiones a sus discos menos inspirados, pero siempre sin olvidarse de los himnos que les han hecho vender más de tres millones de discos en todo el mundo.
Abrirían la lata con un letal “Your Betrayal”, sonando perfectos desde el primer redoble y con la consistencia que debe tener una banda de semejante enjundia. Ya en los primeros versos del tema, Matt Tuck se permitió dejar que el publico cantase con él la mitad de la canción, despertando suspiros y ovaciones que presagiaban lo que más tarde acontecería.
“Waking The Demon” pasaría por encima de los espectadores como un relámpago perfecto, recordándonos los principios de siglo y lo muchísimo que pegaban cuando aquello los Bullet. El Metalcore como estilo entero, fue edificado sobre los primeros discos de los galeses y esto es algo que toda la vida los acompañara.
Después de un par de tibios recuerdos a su último redondo de nombre homónimo, en los que la banda se empeñó en sonar como los Machine Head del Supercharger pasados de azúcar, los tiempos gloriosos volvieron a ondear con la poderosa “The Last Fight”. Uno de los mayores himnos del combo en los que la evidente influencia de Metallica, se materializaba junto a otro de esos estribillos que no se olvidan en la vida.
Uno de los clásicos más recientes del conjunto, sería el siguiente en asomar. “You Want a Battle? (Here´s a War)” mostraría a los mejores Bullet de la pasada década. Melódicos, con gancho, enormes riffs y sobre todo un estribillo para el recuerdo. De esta manera prepararían la mesa para uno de los grandes platos de la noche. Un emotivo “All These Things I Hate”, que corearía la Santana entera y volvería a devolvernos hasta nuestra adolescencia más absoluta.
Un nuevo guiño con el nuevo disco dejaría paso a otro de los momentos superiores, gobernado por un “4 Words To Choke Upon” que nos transportaría una vez más al poderoso veneno con el que los Bullet cautivaron a una generación entera. Un veneno al que aun le quedaría su mejor aguijonazo para terminar con la Santana.
En lo que acabaría siendo la parte final de la actuación, los galeses tendrían a bien lucir su lado más chandalero a lomos de “Over It” y dar un último empujón a su último trabajo, rematando con la poderosa “Shatter”. Después de esto hicieron el clásico paripé de bajarse del escenario durante dos minutos. Dos minutos que hubiesen podido aprovechar para incluir algún corte más. A su regreso, los galeses interpretarían su tema más celebrado, un “Tears Don´t Fall” que hizo entrar en éxtasis a buena parte de sus acólitos. Cada frase sería cantada por la sala entera en ese momento, desembocando en un enorme mosh pit una vez le dieron por pisar el acelerador. Obviamente terminaría siendo el instante para recordar de la velada.
Concluirían victoriosos su guerra relámpago de hora escasa, dejando que un pipa tocase la guitarra en “Scream Aim Fire” y terminando de demostrar el por que siguen siendo, veinte años después de su mayor pelotazo, una banda de garantía sobre un escenario. Una de esas bandas de primera línea, a las que los años solo parecen hacerles más grandes.
Texto: Unai Endemaño | Fotos: Unai Endemaño y Chema Pacheco
Promotor:Bring The Noise
Día:2022-06-28
Sala:Santana 27
Ciudad:Bilbao
Teloneros:Spiritbox, Alien Weaponry
Puntuación:8
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