Brujería: diversión a la mejicana en Sevilla

La larga ausencia de la escena del grupo más pintoresco del otro lado del charco, podía levantar dudas sobre su actual capacidad en directo pero todas se quedaron en la puerta de la sala cuando comenzaron a tocar.

Los mejicanos de Brujería dejaron claro que siguen tan en forma como el primer día e hicieron que un público entregado como pocas veces disfrutara de un show chingón y divertido, muy divertido.

Que casi treinta años no son nada

Quien no ha visto a Brujería en directo y solo ha conocido la banda gracias a sus discos, imagen y leyenda, quizás no ha alcanzado la dimensión de lo que realmente son. Los mejicanos siempre han dejado claro el tono burlesco y protestón de su propuesta, pero encima de las tablas se vuelven unos auténticos agitadores y por mucho que haya llovido desde su formación allá por finales de los ’80, siguen siendo los mismo de siempre. Con quince minutos de retraso, comenzaba el espectáculo. El grupo encargado de telonear al Brujo y su banda de secuaces fue la agrupación local El Santo, formada por integrantes de largo recorrido en la escena sevillana.

El Santo (Foto: José Francisco Cobo)

La propuesta musical de la banda se mueve en un hardcore de medios tiempos con pinceladas de deathcore sustentada en un sonido compacto. Con una actitud impecable por parte de los cuatro miembros, la propuesta quizá pecó de repetitiva. En los escasos cuarenta minutos que tocaron, alimentaron las ganas de una sala aun medio llena, demostrando que tienen muy claro lo que quieren.

Brujerizmo, satanismo y muy buen ambiente

Tras la pausa entre bandas y una sala ahora sí, completa casi en su totalidad a pesar de ser domingo, apareció la bandera mejicana con el célebre Coco Loco pinchado en la misma, dando paso a la intro de su más que coreado “Raza Odiada” con la que la audiencia pasó a ser directamente devotos de Brujería. Sobre el escenario, los mejicanos iniciaban un espectáculo corto pero que iba a dejar más que satisfechos a todos los asistentes.

Brujería (Foto: José Francisco Cobo)

Sin alardes, Brujería nunca lo fue a pesar de contar con miembros celebres entre sus más que móviles filas, fueron desgranando una primera parte del concierto sustentada en sus dos primeros discos, llegando a momentos de verdadera comunión con el público en temas como “Echando Chingazos”, “La Ley del Plomo” o “Colas de Rata”, seguidas de “La Migra”, “El Desmadre”, “Anti-Castro” o “La División del Norte”.

Si alguien dudaba de la capacidad física de estos narcos satánicos terroristas metaleros, pronto se habían disipado para sorpresa de muchos de los presentes. El sonido, además era bastante bueno, lo que ayudaba a disfrutar aún más del show, apreciando una primera parte del set list que accionaba instantáneamente las ganas de mover la cabeza.

Una fiesta bien padre

Para la segunda parte del espectáculo, ya estaba toda la carne vendida. La gente rendida a unos Brujería que no paraban de interactuar con todo el mundo, mostrando una cara cómplice con los asistentes. Especialmente Pinche Peach, adorado por todos por sus gestos, caras y ganas de dar y compartirlo todo. Para esta segunda parte se movieron entre temas menos añejos como “Angel de la Frontera” o “No aceptan”, “Cuiden a los Niños”, “Marcha de Odio” y la aclamada “Revolución”

Brujería (Foto: José Francisco Cobo)

De aquí a las bombas finales, “Brujerizmo”, Consejos Narcos” y el himno local por bandera en “Matando Güeros”, ya con los machetes desenfundados (literalemente) y una auténtica fiesta en la pista. Y como en toda fiesta que se precie, había que bailar y que mejor baile que ese “Marijuana”, peculiar versión del famoso tema de Los del Río que hizo la gente terminara en un ambiente de alegría y felicidad, máxime cuando, aun sin terminar el tema, los miembros del combo se dedicaron por completo a saludar y dejarse fotografiar por quien quiso acercarse a ellos.

Brujería (Foto: José Francisco Cobo)

Éxito. No hay otra palabra para la propuesta de estos mejicanos. En plena forma a pesar de los años, ofrecen un espectáculo divertido, pintoresco, cargado de sátira y de crítica social. El show estuvo estructurado de modo que la audiencia se quedó con ganas de más, lo cual habla mucho y bien del hacer de Brujería en la noche sevillana.