Bon Jovi volvían a nuestro país seis años después de la última cita y dejaron un sabor agridulce en su paso por un Wanda Metropolitano que había colgado el cartel de entradas agotadas. Jon y los suyos repasaron una inmaculada carrera plagada de grandes éxitos pero dieron buena muestra de las carencias que hace tiempo que afectan a su voz. Eso sí, nada impidió que aquello se convirtiera en una gran fiesta.

No hay duda de que Bon Jovi le ha puesto banda sonora e infinidad de recuerdos a lo largo de la vida de muchos de nosotros, y ese es un sentimiento contra el que resulta difícil luchar y que en ocasiones nos impide juzgar los hechos tal y como son y no tal y como los vivimos. Y eso es lo que le pasa a un servidor, pero vayamos por partes, que antes de los de New Jersey era el turno de dejar el pabellón nacional, gustos al margen, bien alto.

Y es que mucho se ha hablado estos últimos días, ya que la noticia sobre quien sería la banda invitada a la cita se ha hecho de rogar, demasiado, del acierto o no de la elección de los mismos. Quizás algunos esperaban un gran nombre a nivel internacional pero es de aplaudir que el premio haya caído en uno de los nuestros con una gran capacidad para mover a las masas.

Una marea de calor azota a Madrid

Los de Navarra salieron a por todas ante un estadio que poco a poco iba presentando una buena imagen, con una pista a medio gas aunque con unas gradas apenas pobladas, presentando su rock de tintes callejeros y gitanos. Quizás a priori una propuesta musical algo arriesgada y fuera de lugar, pero que contaba con el acierto de poner en escena a una banda nacional importante y que actualmente goza de un estado de dulce.

Kutxi Romero salió con su estilo tan personal en el que no podía faltar su inseparable sombrero y una cantidad de ropa impropia para la temperatura que estábamos sufriendo allí. Múltiples fueron sus referencias al «rubiales» de Jon, algunas con más gracia que otras, todo sea dicho, y con una reiteración que al final resultaba un tanto agotadora. Pero donde demostró su valía fue en algunas de las nuevas composiciones de la banda como «En las Encías» o «Muchas Lanzas» que sirvieron para abrir fuego bajo un sol de justicia.

Todos sus miembros forman parte de una maquinaria bien engrasada con «El Piñas» al bajo saltando de un lado al otro del enorme escenario y dejándose ver por una pasarela que, como dijeron, había que recorrer subido a un carrito de golf. Asumió las voces en «Pecadores» y dejaron su huella en el camino gracias a clásicos como «Corazón de Mimbre», la peculiarmente romántica «En tu Agujero» o, como no, la imprescindible «Marea». Un aperitivo que no fue del gusto de todos pero que sirvió para romper el hielo y pasar un rato de lo más entretenido.

El talento de Bon Jovi no está en venta

No quiero comenzar la crónica de los estadounidenses sin hacer una pequeña crítica y reflexión sobre la venta de entradas y su distribución en estos tiempos que corren. Y es que lo primero que llamaba la atención al echar un vistazo a la pista era ver un golden circle que ocupaba tranquilamente la mitad (o incluso más) de esta. Vamos, que aquello ni era de oro, ya que estaba a reventar, ni era un círculo, precisamente. Ahí lo dejo.

Bon Jovi Madrid

Bon Jovi (Foto: Paco García)

Pero vamos a lo que nos ocupa. El reloj marcaba las diez de la noche y tras un desfile de productos de la marca Bon Jovi que brillaban en las enormes pantallas del escenario y que iban de salsas a cruceros, pasando por camisetas de toda índole, sonaban los primeros compases de la célebre «Hells Bells» de AC/DC y que serviría de introducción al primer corte del repertorio de la mano de un «This House is not For Sale» que también le da título a su obra discográfica más reciente.

Jon vestía de negro, sin mangas, en un ambiente seco y caluroso que, a diferencia de sus fechas por el norte de Europa, no ayudaba precisamente al estado actual, mermado, de sus cuerdas vocales. Pero lo solventó con una profesionalidad digna de admiración para unos y de crítica por su salud vocal para otros, ganándose a los suyos con clásicos como «Raise Your Hands», «You Give Love a Bad Name» o «Born to Be My Baby». Y es que sus inmortales discos ‘Slippery When Wet’ y ‘New Jersey’ tendrían un peso muy importante a lo largo de la noche.

Una montaña rusa con ecos del pasado

Así avanzaba el tiempo, con más de 50.000 almas dejándose la garganta donde la voz de Jon no podía llegar y donde se le veía sufrir considerablemente. «Roller Coaster» supondría la vuelta a su último trabajo que tuvo una acogida más fría a pesar de parecerme una de sus mejores representantes, para proseguir con una «Lost Highway», guitarra en mano, en la que se le vio notablemente más cómodo.

Él mismo es plenamente consciente de estos hechos, y aprovechó la veterana «Runaway» para recordar sus tiempos mozos de trapitos de cuero y melenas peinadas por un abuso de laca. Esos tiempos, obviamente, no volverán, pero ahí está su legado y lo defendió, unos tonos por debajo eso sí, sorprendentemente bien.

«We Weren’t Born to Follow» y la pegadiza «Have a Nice Day» son dos buenas muestras de la época que trajo consigo la llegada del nuevo milenio, y las caritas sonrientes que surgían del iluminado escenario representaban a la perfección la mayoría de rostros de los miles de seguidores que nos rodeaban allí donde miraras. «Keep the Faith» rememoraba el trabajo al que da nombre, otro de los protagonistas de la noche, con Jon paseándose de un lado al otro de la pasarela, ahora sí, y con Phil X demostrando todo su talento, que es mucho, a las seis cuerdas. Hacer olvidar al bueno de Sambora es una misión casi imposible, pero, honestamente, la fuerza y juventud que él aporta yo a día de hoy no la cambio por nada.

Esto es un concierto de Bon Jovi, así que las baladas no se podían hacer esperar. Para sorpresa de muchos «Amen», tras un segundo intento, iluminó el precioso escenario del Wanda Metropolitano, aunque hay que reconocer que a nivel sonoro la historia cambia.

Bon Jovi Madrid 2019

Bon Jovi (Foto: Paco García)

Y es que como ya sucediera con la fecha de Iron Maiden, el sonido del recinto no es tan bueno como nos gustaría. Pero llegó «Bed of Roses» y todo lo demás dejó de importar. David Bryan puso la nota de emoción de la mano de su inseparable teclado y Jon nos regaló el estribillo en castellano de uno de sus grandes éxitos que hizo saltar más de una lágrima entre la audiencia. Razones no le faltaban.

En los brazos de Jon y los suyos

Había que romper el poso tan emotivo que habían dejado y la elegida sería la pegadiza «In These Arms», poniendo de nuevo a botar, disfrutar y reír a su inmensa legión de fans. Algo que se repitió en la mítica «It’s My Life», la culpable de la segunda juventud y en cierta manera de la resurrección que vivieron los de New Jersey cuando ya muchos no apostaban por ellos. Y es que, guste más o menos, han sabido reinventarse con el paso de los años y de las tendencias musicales.

Tras el intenso momento, que seguía reflejando las carencias de la voz de Jon que intentaban suplir los coros de sus músicos formando ocasiones un batiburrillo de tonos y registros desiguales, llegaría la presentación de estos a cargo del «rubiales» de pelo blanco e inmaculada sonrisa. La mayor ovación, Phil y David al margen, se la llevaría un Tico Torres muy querido por los suyos.+

Bon Jovi Madrid Wanda Metropolitano

Bon Jovi (Foto: Paco García)

La última concesión a su reciente «This House is not For Sale» sería una inesperada «God Bless This Mess» en detrimento de una más potente «Knockout» o una también moderna «We Don’t Run», que volvió a dejar a gran parte de los suyos algo fríos. «Wanted Dead or Alive» llevaría el show a otro nivel para jolgorio de los miles de almas que allí nos dábamos cita, con un Jon sorprendentemente bien tras el micrófono, rememorando viejos tiempos de gloria a ritmo de western. Se echó en falta la voz de Sambora acompañándole pero eso es algo que forma parte del pasado y cuanto antes nos hagamos todos a la idea mucho mejor.

El tramo final antes del inevitable bis lo lideró una emblemática «Lay Your Hands on Me» que convirtió aquello en una preciosa iglesia del rock ‘n’ roll con una banda pletórica ofreciendo la mejor versión de lo que pueden hacer a día de hoy. «I’ll Sleep When I’m Dead» es toda una declaración de principios, divertida y gamberra, y es que no me imagino a Jon descansando y enterrando su voz en otro sitio que no sea encima de un gran escenario, y espero estar allí para darle la sepultura que merece. Pero antes de la parada que mejor que una buena «Bad Medicine» que las 50.000 gargantas que allí habían se tomarían por culpa de la receta de su farmacéutico favorito.

Unos fans que siempre estarán ahí

«I’ll Be There for You» nos trajo de vuelta al vocalista esta vez sí, embutido en una preciosa cazadora blanca que iluminaba el escenario, al ritmo de otro de los grandes éxitos que hiciera la delicia de sus fieles, una penúltima vez más antes de que los reconocibles primeros compases de «Livin’ On a Prayer» pusieran al estadio del revés y convirtieran aquello en una fiesta karaoke multitudinaria.

Crónica Bon Jovi Madrid 2019

Bon Jovi (Foto: Paco García)

Y así nos dijeron adiós, tras más de dos horas de actuación, pero que supo a poco comparada con algunas de las más recientes de su tour europeo y, aun más, si la comparamos con la de su última visita a la capital. No hubo tiempo para una «These Days» con la que sí contábamos o para una «Always» que dejó un inmenso vació a lo largo y ancho del recinto. Lástima.

Así fue la esperada noche de Bon Jovi en Madrid, una velada un tanto agridulce por los problemas que ya todos conocíamos de antemano en cuanto a la voz de Jon, pero que con una elegancia, saber estar, talento y una inmensa colección de hits incomparable supieron suplir convenciendo a la gran mayoría del respetable. Poco importaba que para muchos fuera su primer concierto o que para otros tantos sumara uno más en la lista, ya que el espectáculo de los de New Jersey, como ocurre con otros grandes del rock, es algo que trasciendo más allá de lo puramente musical. Es una religión. No sé lo que nos deparará el futuro, pero yo ya cuento los días que nos quedan para su próxima visita que, esos sí, espero que no se haga esperar otros seis años más.

Texto: Lluís García | Fotos: Paco García

Promotor:Live Nation

Día:2019-07-07

Hora:22:00

Sala:Estadio Wanda Metropolitano

Ciudad:Madrid

Teloneros:Marea

Puntuación:7