2×1 de Between The Buried & Me
La gira de los norteamericanos Between The Buried And Me recala en la Sala Salamandra de Hospitalet de Llobregat con su perfecta combinación de prog metal y metalcore, en un doble set que, sin necesidad de telonero alguno, dejó encandilados a los asistentes.
Una previa extraña y un primer set muy prometedor
Mientras el público iba entrando a la sala Salamandra, en la generosa megafonía del local sonaban temas clásicos ochenteros como “Purple Rain” de Prince o “Maniac” de Michael Sembello (famosa por formar parte de la banda sonora de la película Flashdancede 1983), cosa un tanto descolocadora. En el escenario, ataviado tan sólo con una serie de focos led rectangulares que daban una notable sensación de vanguardismo, esperaban un par de teclados (uno para Tommy Rogers, que durante el show alternaba voces limpias y growls con su labor instrumental, y el otro tocado ocasionalmente por el bajista Dan Briggs) y una batería que, en un espacio bastante reducido, acumulaba sus 5 toms, otros tantos platos y un par de hi-hat.
Tras una melodiosa intro consistente en un arpegio de piano pregrabado, y a eso de las 20:15, la banda entraba al escenario barcelonés y empezaba su show con “Astral Body”, un tema con el que los asistentes empezaban a mover la cabeza. No fue, sin embargo, hasta el siguiente tema, “Lay Your Ghosts To Rest”, más cañero y gutural, cuando se empezó a prever lo que la noche iba a dar de sí. Toda una declaración de intenciones.
Between The Buried & Me mantuvo el nivel alternando temas provenientes de sus primeros discos, tales como “Alaska” (de su disco homónimo de 2005), con canciones más recientes como “The Comma Machine”, de su disco ‘Coma Eliptic’, publicado el pasado 2015, y cuya perfecta ejecución dejaba el público totalmente absorto, con un impresionante solo de guitarra. Tras una bajada de intensidad en la recta final de la primera parte del concierto, la llegada de “Mordecai”, por una parte suponía un contraataque perfecto, y por la otra dejaba el nivel en lo más alto justo antes de que la banda se retirara del escenario para un breve descanso. Tras una hora justa de espectáculo, el público parecía satisfecho y con ganas de más.
La segunda parte desata la locura entre los asistentes
Durante un cuarto de hora volvieron a sonar temas ochenteros como “Girls Just Want To Have Fun” de Cindy Lauper o “Take On Me” de los noruegos A-Ha, pero nada de eso hacía presagiar lo que estaba a punto de suceder. “The Black Box” iniciaba de nuevo la descarga de energía y virtuosismo, seguida por “Telos”, un tema en el que ya se podía ver al público totalmente entregado, palmeando en el momento en que Rogers lo pedía, y formando el primer atisbo de mosh pit de la noche.
A continuación sonó “Bloom”, un tema extraño y aparentemente tranquilo, que aun así conseguía hacer gritar al público, seguido de “The Proverbial Below”, otro tema tranquilo pero altamente virtuoso. Con esto finalizaba la calma y la tranquilidad.
“Glide” anunciaba el que sería el plato fuerte de la noche. “Voice Of Trespass”, un tema jazzístico y contundente a partes iguales que desataba la locura casi a escala planetaria y dejaba claras las enormes aptitudes de estos cinco músicos. Por su parte, el público formaba otro mosh pit en la parte central de la sala. Tras este demoledor tema, la banda volvía a retirarse. No obstante, los cinco músicos volvían al escenario pasados un par de minutos, y Rogers anunciaba un par de temas más.
El primero de ellos era “Selkies: The Endless Obsession”, que provocaba saltos y empujones en el público, y cuyo magnífico solo era jaleado incluso antes de acabar. El concierto llegaba a su fin con “White Walls”, un tema largo y con un interludio central muy reposado, pero después del cual el mosh pit llegaba a ocupar casi toda la sala. Con un público extasiado, y tras más de dos horas de tralla non-stop, el telón de la sala anunciaba que el concierto había llegado a su fin.
El concierto había sido todo un éxito, la parte técnica había acompañado desde el principio. Todo había sonado a la perfección, tanto en los momentos de más contundencia como en los más calmados y melancólicos. No cabe duda alguna de que Between The Buried And Me son unos artistazos como la copa de un pino. Aun así, tan sólo me cabe hacer una crítica que, tal vez, sea incluso innecesaria y es referente al lenguaje corporal del vocalista/teclista Tommy Rogers. No obstante, después de lo presenciado, me resulta imposible no postrarme ante estos estadounidenses y mucho menos ponerles la máxima nota posible.
Texto: Franz S. Heiligen | Fotos: Aitor Chaparro
Promotor:Madness Live!!
Día:2019-10-04
Hora:19:00
Sala:Salamandra
Ciudad:Hospitalet de Llobregat, Barcelona
Puntuación:10
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