La última cremà de Berri Txarrak en Valencia

Tras agotarse las entradas para el concierto de Berri Txarrak en Valencia, la banda amplía un día más su estancia en la terreta debido a la gran demanda por parte del público. Dos noches muy intensas, un sold out y un público muy motivado.

La despedida de Berri Txarrak de los escenarios, una de las bandas más referentes e internacionales del rock en vasco, es un hecho que ya venían anunciando. 2019 viene cargado de actuaciones con tal de hacer de su despedida épica. Lo que sucedió en la sala Moon de Valencia tanto el viernes 1 como el sábado 2 de marzo podría enmarcarse como histórico, este power trío se marcó sold out en una sala con aforo para 950 personas, algo reseñable en la capital del Turia.

La calma tensa que precede a Berri Txarrak

A las 22:00h los músicos aparecieron en el escenario. Lo hicieron con esa humildad y tranquilidad que les caracteriza. El público estaba agitado e impaciente. El ambiente de nerviosismo desapareció conforme empezaron a tocar “Beude”. Con la sala llena y ya entrados en calor continuaron con “Zuri”, ambas canciones pertenecen a su último disco, ‘Infrasoinuak’.

Berri Txarrak (Foto: Lorena Selva)

Lo cierto es que la primera parte del show fue muy calmada. La gente estaba animada, eso sin duda, pero no tanto como esperaba si se compara este directo con otros muchos de Berri Txarrak anteriores. La segunda mitad dio un cambio radical. Esta vez sí que no había una sola persona quieta en la sala, incluso se escuchaba como muchísimas se atrevían con el euskera ¡y no solo durante los estribillos! Con Berri Txarrak aprendes euskera como con Rammstein aprendes alemán.

Berri Txarrak (Foto: Lorena Selva)

La actuación del trío navarro, liderado por Gorka Urbizu, cumplía con las expectativas. Lo que hacen sobre el escenario suele ser siempre lo mismo: contundentes constantemente. Seguían sonando canciones como “Payola”, “Ikasten” o “Zaldi Zautirua”, y entre ellas un tipo se subió al escenario para hacerles una cuenta atrás antes de que comenzara la siguiente canción. La iluminación del bolo estaba muy trabajada; era muy visual y ayudaba a que el público se motivara aún más. Durante las canciones más lentas el fondo se transformaba en pequeños puntitos de luz que simulaban el efecto de cuando el público alza sus móviles con la linterna encendida.

Berri Txarrak (Foto: Lorena Selva)

Puede que el concierto arrancase demasiado lento, sin embargo, las tornas cambiaron cuando fueron cayendo los grandes éxitos de la banda. Además, gracias a la plataforma instalada al borde del escenario, la energía del directo iba incrementándose. No es habitual en esta zona que se hagan este tipo de cosas, así que el respetable magnificaba aún más cada vez que un músico se subía. Donde más se escuchó la respuesta del público fue durante “Sols el Poble Salva al Poble”, canción que comparten con KOP. Al terminarla se podía oír como un grupo reducido gritaba frases en referencia a la libertad de los presos políticos. Muchos de los asistentes echaron en falta que tocaran la canción “Maravillas”.

El final del concierto se aproximaba. La sala era un torbellino de emociones y empezó a sonar “Katedral Bat”. El torbellino se transformó en un pogo que se extendía por toda la zona central de la sala. La banda jugó con el ansia de los asistentes haciendo paradas cada vez más marcadas entre los temas. En dichas paradas se escuchaba a coro “una cançoneta y mon anem”, y otro grupo de gente gritaba “beste bat”, una conexión entre el valenciano y el euskera que pedía a gritos otra canción. Parece ser que las exigencias del público fueron escuchadas, porque el grupo se lanzó a tocar “Denak Ez Du Balio”.

Berri Txarrak (Foto: Lorena Selva)

Falsa alarma, el show continuaba

Gorka dijo unas palabras de despedida, el público estaba muy excitado, Berri Txarrak desapareció del escenario, las luces se encendieron y seguridad abrió las puertas. Un pequeño grupo de gente insatisfecha comenzó a gritar “Oihu”, rápidamente toda la sala comenzó a gritar al mismo son. Y es que el show no había terminado, tenían preparado un falso final, la banda volvió a salir al escenario entre aplausos y alabanzas del público. Tocaron “Oihu”, una canción que es como un himno y que forma parte de su tercer disco de estudio “Eskuak”. Un final a lo grande con una canción que no deja indiferente, sus fans lo sabían, esta canción tenían que tocarla.