Behemoth: evangelio negro en Barcelona
Parece que, cuando grupos afines a círculos tan cerrados como puede ser el del black metal crecen hasta cierto nivel -y más cuando lo hacen a sabiendas- hay que empezar a hablar de ellos con la boca pequeña por miedo a romper la mágia underground. Yo, sin embargo, lo grito a los cuatro vientos: Behemoth dieron un conciertazo de órdago el pasado Viernes en Razzmatazz.
Al fin y al cabo, todos sabemos que a Adam “Nergal” Darski le gusta más una provocación que a un tonto un lápiz. Y cuando uno entra en su juego, que contiene más humor del aparente, se da cuenta que la pompa y la ostentación a la que han llegado los shows del grupo no son más que otra provocación desvergonzada a los más trves del lugar.
Estamos aquí reunidos…
Dos años atrás, y con unos acompañantes algo más discretos para el gran público, Behemoth estuvieron tocando en la misma sala que lo harían en esta ocasión. En la grande de Razzmatazz. Sin embargo, esta segunda venida traía consigo una afluencia de público más masiva todavía. La sala estaba hasta la bandera y estoy seguro de que aquello tocó con la punta de los dedos el sold out (el cual conseguirían al día siguiente en Madrid). No solo el grupo ha seguido ganando muchísima popularidad tras la publicación de “I Loved You At Your Darkest”, sino que además vinieron acompañados de Woles In The Throne Room y de los mismísimos At The Gates. Un plato muy suculento de cara a un público más mayoritario y a su vez variado.
La popularidad y las constantes oscilaciones entre géneros por parte de los polacos hicieron que el público congregado allí esta noche fuese de lo más variopinto. Un público principalmente joven y para nada arraigado solo al black o al death metal. El grupo no ha tenido nunca miedo a crecer, y para ello han usado herramientas que pueden gustar más o menos, pero que en buenas manos entregan buenos resultados.
Entran los lobos
Desde el primer momento la sala presentaba una entrada más que aceptable. Para cuando Wolves In The Throne Room salieron a escena, la aquello debía estar ya a más de media capacidad. Los lobos no lo tenían nada fácil, pero gracias a su pasada visita al Resurrection Fest contaban con el apoyo de más fans entre el público de los que cabe esperar para un acto de apertura de estas características. Su propuesta de black atmosférico de ritual pagano es densa y estilizada, difícil de llevar al directo sin que se reúnan las condiciones óptimas. Y una de estas era precisamente la cercanía.
Sin embargo, el buen hacer y lo metódico de su planteamiento acabaron contentando a los que venían a verles y seguro que sorprendiendo agradablemente a más de un despistado. El sonido fue realmente bueno para ser el primer grupo de la noche. Tal vez algo áspero, pero nada preocupante. Su setlist de escasa media hora contó tan solo con tres temas de su último “Thrice Woven”. Aproximadamente diez minutos por tema salpimentados con quema de incienso purificador tan necesario en esta clase de espectáculo. Desde luego consiguieron contentar a aquellos que venían a verles y sorprender a los más despistados.
At The Gates arrasan… pero no del todo
Decir que At The Gates son una apisonadora en directo es poco más que subrayar lo obvio. De ello veníamos convencidos ya de casa. Sin embargo, a su actuación aquella noche pareció faltarle algo para que la maquina llegase a hacer el “click” definitivo. Y es que, pese a que ellos son los padres del death metal melódico europeo, su estilo es muy directo y gusta más a los fans de la agresividad más movida. At The Gates incitan al mosh, al crowdsurfing y en definitiva a poner en peligro nuestra integridad física. Y aquella noche el público parecía buscar algo más denso.
Muchísimos cuernos en alto y coros en los tramos más míticos, que no son pocos los que tocaron. “Blinded By Fear”, “Slaughter Of The Soul” o “To Drink From The Night Itself” no faltaron en un setlist la mar de completo. Aun así, hubo poco movimiento pese a que el público parecía estarlos disfrutando de verdad. Simplemente no parecían estar disfrutando del grupo de la forma para que fue creado.
Todos los integrantes se dejaron la piel sobre el escenario desde el primer minuto. Pero sin duda quienes que se llevaron toda la atención fueron Adrian Erlandsson a la batería, que no parecía capaz de bajar la intensidad ni que hubiese querido y Tomas Lindberg al que solo le faltó terminar haciendo pole dancing con el pie de micro, pues fue su juguete a lo largo de un set digno casi de cabeza de cartel. Doce temas non-stop que se alargaron casi hasta la hora completa, sobrepasando así la etiqueta de teloneros.
Misa negra de viernes por la noche
Tan solo acabar el concierto de At The Gates el hilo musical de Razz adquirió un tono mas lúgubre. Fue media hora de ruido blanco sobre el que de vez en cuando íbamos escuchando los cánticos de los niños que abren el último disco de Behemoth. «¡I shall not forgive!» Nos quedó claro.
Con puntualidad británica, pese a la sensación de que habíamos esperado de mas ya que la introducción cargó de emoción al público, salieron a escena Nergal, Orion, Seth e Inferno tras una tela traslucida sobre la que se proyectaba la silueta de la península ibérica reinada por una cruz invertida. Desde el minuto uno quedaba claro que hoy íbamos a ver espectáculo.
Cuando el telón cae podemos ver el imponente montaje que traían consigo. De fondo una pantalla de forma triangular sobre la que proyectar turbiedades rodeado de un potente juego de luces. Los pies de micro habituales de la última etapa y cañones. Muchos cañones. El CO2 salía en todas direcciones llegando a formar los chorros sendas cruces invertidas en los laterales del escenario. Es una lástima que Razz no pueda albergar los lanzallamas que llevan en el resto de la gira. Sin embargo, lo sustituyeron dándole mucha presencia a las cortinas de chispas que desde el primer tema ya se hacían omnipresentes en los estribillos. “Wolves Ov Siberia” abría la noche con una ovación digna de los más grandes.
El público de Barcelona estaba entregadísimo, mostrando una efusividad difícil de ver en un concierto de metal extremo. Esto habla no solo de su estatus sino de como su continua búsqueda de ignorar el género les ha permitido contactar con un público que aparentemente no sería el suyo. Allí se congregaban aficionados al metal más generalista sin importar de que clase. Para muchos esto puede ser un aspecto negativo, pero a la hora de dar vida a un directo vino perfecto.
Behemoth: black para todos
El primer tramo del concierto estuvo dedicado sobre todo a la nueva etapa. Temas como “Ora Pro Nobis Lucifer”, “Blow Your Trumpets Gabriel” o “God = Dog” fueron algunos de los más celebrados de la noche. A su vez intercalaron algunos temas mas antiguos como “Conquer All” o “Daimonos”, que fueron igual de celebrados que los temas mas actuales. Sea como fuere el grupo y en especial Nergal, que es un frontman excelente, lo dieron todo sobre el escenario consiguiendo una conexión brutal con el público pese a tratarse todo de un espectáculo cien por cien coreografiado.
Me gustaría además centrar especial atención en la interpretación de “Bartzabel”, que no solo es uno de los mejores temas del último álbum -para muchos el mejor- sino que además se convierte en un absoluto favorito en directo. No solo fue uno de los temas con mayor teatralización de la noche, con cambio de vestimenta a modo papal por parte de Nergal, sino que además permite al público participar del tema de forma poco habitual en lo extremo. Es cierto que los coros pueden parecer una herramienta fácil. Sin embargo, además de que temáticamente cuadran a la perfección en la música de Behemoth, les permite a la vez conseguir dar forma a los conciertos de masas que buscan conseguir. Ayudó también a ello “Ecclesia Diabolica Catolica”, durante la cual Nergal exigía los canticos del público directamente.
Encarando ya el fin del concierto el grupo decidió recompensar a los fans con un pequeño bloque de temas mas clásicos y salvajes. El trallazo de la noche fue sin duda “Slaves Shall Serve”, que puso en ebullición los varios pogos creados alrededor de la sala, que no hicieron mas que crecer y crecer a medida que la cosa avanzaba. Durante este tema Nergal entona mas grave que nunca, acercándose con la voz a aquella vez que Jim Carrey se declaró públicamente fan de Napalm Death.
El principio del fin
Tras una pequeña pausa para un cambio de vestuario mas espectacular, especialmente por parte de Orion que apareció repleto de plumas en su túnica chamán, el grupo empezó los bises con “Chant For Eschaton 2000” que volvió absolutamente loco al personal. “Lucifer” puso entre confeti (tal vez esto si fue un poco una salida de tono) el broche de oro al bloque mas bestia de la noche que derivó en el fin de la velada anunciado por “We Are The Next 1000 Years”. Al igual que el disco, el concierto fue cerrado por “Coagvla”, que sonó grabada sin los músicos en el escenario hasta que aparecieron enmascarados tambor al cuello para cerrar en modo batucada un tema y una noche de altísimo nivel.
Aquella noche todos salimos contentísimos de Razzmatazz. La diferencia entre unos y otros solo fue la sangre que a algunos Nergal y los suyos les había escupido en la cara y que demostraba quienes eran los orgullosos fans que habían estado en las primeras filas.
Texto: Titus Ferrer | Fotos: Elena Marco
Promotor:Live Nation
Día:2019-01-18
Hora:18:30
Sala:Razzmatazz
Ciudad:Barcelona
Teloneros:At The Gates, Wolves In The Throne Room
Puntuación:8
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