Beast In Black no hace prisioneros en Bilbao
Beast In Black sigue reinando sobre los escenarios con su incendiaria propuesta, acompañados esta vez por los veteranos Firewind en su primera gira por salas en la península.
Empezamos el 2023, con una de esas giras que dividen al público mayoritario sin remisión, enfrentan pareceres y, sobre todo, mantienen la rueda del entretenimiento girando. Uno de esos bolos sobre los que siempre surgen aficionados acérrimos y enemigos iracundos. Tal es el estatus actual de Beast In Black, y así lo demostraron en una Stage Live que estuvo cerca de colgar el sold out un frio miércoles de finales de enero.
La propuesta que lleva enarbolando veinte años Anton Kabanen desde que comenzó a capitanear Battle Beast, sin duda conecta con un amplio espectro de los aficionados. Una masa cada día más grande, que disfruta sobremanera con los teclados omnipresentes, los ritmos bailongos y los cantantes estelares. Una formula en la que Beast In Black, puede que estén a punto de convertirse, en jefes indiscutibles de la liga que ellos mismos han ayudado a crear.
De una manera u otra, en la Stage Live se podían apreciar gentes de muy distinto signo, pero, sobre todo, con gran variedad de edad. El hecho de que bandas como Beast In Black, sean de las pocas que congreguen aficionados de toda la vida, con jóvenes metaleros, es algo que debería dar para análisis profundo. Análisis sobre como las nuevas generaciones, encuentran en bandas como Sabaton, Powerwolf o Beast In Black, el verdadero relevo a las viejas glorias que encumbraron el estilo.
El fuego de las Termópilas
Con una puntualidad intachable, los internacionales Firewind saltaron sobre las tablas de la Stage, desatando la furia con “Welcome To The Empire” de su último disco homónimo. Una pieza que serviría de perfecta introducción para lo que estaba por venir, y que sin duda entraba dentro del clásico guion que uno se imagina cuando le viene en mente un bolo de Power Metal. Arranque furioso, baterías poderosas y un tema que hasta en su propio título, invita a que los asistentes se metan en harina.
Con la figura de Gus G gobernando cada mirada. El que fuera guitarra de Ozzy comenzaría rápidamente a demostrar, como su clase y elegancia con las seis cuerdas, son algo que sobresale abrumadoramente dentro del conjunto que capitanea. Esto es algo que resulta palmario, a pesar de que Firewind no haya sido nunca concebido como un vehículo para el lucimiento de su líder.
La incendiaria “I Am The Anger” enlazaría perfectamente con “Head Up High”, el primer momento en el que el combo aflojase un poco el pie del acelerador y permitiese al respetable corear su pegadizo estribillo. La tralla sin embargo volvería a tomar protagonismo con el único recuerdo de su primer redondo, un “Destination Forever” en el que Herbie Langhans demostraría la poderosa garganta con la que cuenta.
“World On Fire” situada en la parte central de la actuación, nos traería de nuevo a los Firewind más coreables y pegadizos, repartiendo Heavy Metal de primera categoría, sin perder nunca su estilizado tono Power metal. Con el fuego nuevamente en boca, seguirían con la demostración absoluta de maestría que siempre supone “The Fire And The Fury”, un tema que sin duda fue creado en su día, para que Gus G. pudiera dar sobre un escenario, la verdadera medida de sus posibilidades. Sencillamente estratosférica.
Recordando su origen heleno a lomos de “Ode To Lonidas”, Firewind lanzarían su último zarpazo antes de despedirse, con otro poderoso tema flamígero. “Rising Fire” esta vez sería con la que Firewind iban a abrirnos la puerta para que bailásemos como maniacos. Enlazando sabiamente con la chirigota que acontecería después, la versión metalizada de “Maniac” pondría un perfecto epilogo a una actuación de sobresaliente alto y cantidades ingentes de fuego griego.
Maniquís bailongos
Sin que tuviésemos que esperar demasiados minutos, y desde un escenario presidido por un par de muñecos inspirados en su última portada, los Beast In Black tomaron la Stage Live a galope, con una intensidad tan desatada, como lo eran los sonidos pregrabados que ya desde el inicio nos hicieron alucinar. Su propuesta no engaña a nadie y da a todo el que acude a sus conciertos lo que han ido a buscar.
“Eternal Fire” y sobre todo “Die By The Blade”, pondrían a la sala entera botando, en medio de una catarsis colectiva como hacia tiempo que no presenciaba. La robótica “Revengance Machine” nos recordaría por unos breves momentos que aquello era un concierto de Metal, y no una sesión de spinning con chupas de cuero. El señor Papadopoulos sacaría también las uñas, dejando claro que es un cantante a la altura de los muy grandes. Su variedad de registros y los tonos que consigue alcanzar, no son como para tomárselos a broma.
Con la sala ya completamente entregada al desenfreno, los del señor Kabanen soltarían esa bomba ochentera que lleva por nombre “Moonlight Rendezvous”, un corte por el que Modern Talking hubiesen matado si alguna vez les hubiese dado por hacer “Metal”. Un Metal que se reafirmaba a si mismo en la orgullosa “Crazy, Mad, Insane” y terminaría por poner hasta al último de los presentes bailando, con su celebérrimo “Sweet True Lies”.
Desgraciadamente, a mitad de su actuación los Beast decidieron incluir una balada en su divertida coreografía musicada. Un “Oceandeep” que sonó más Disney que la Sirenita cantando a dúo con Pocahontas. Por suerte después sacarían otro de los pocos momentos verdaderamente metálicos de la noche, a lomos de un “Beast In Black” en el que los coros no podían estar más ridículamente disparados.
En vista de que aun teníamos unas cuantas calorías más por eliminar, los finlandeses proseguirían disparando éxitos de sus tres trabajos, entre los que, ahora sí que sí, solo habría posibilidad de bailar y bailar sin piedad. De esta manera “Hardcore”, “Born Again” y sobre todo “Blind And Frozen” situarían el grado de entusiasmo de los aficionados, en limites difíciles de divisar.
Para los bises, el combo volvería a jugar una vez más la carta del Synth pop ochentero, atacando con un “One Night In Tokyo” que vendría justo después de “Cry Out For a Hero, alternando sabiamente, la mamarrachería más absoluta, con el heavy inofensivo basado en el lado melódico de Accept. Sobra decir que la efectividad de los Beast no cedería hasta que se hubiesen bajado del escenario invocando “End Of The World”. Terminaría así una comparecencia masiva, divertida y ciertamente rocambolesca.
Texto y fotos: Unai Endemaño
Promotor:Madness Live
Día:2023-02-02
Hora:19:30
Sala:Stage Live
Ciudad:Bilbao
Teloneros:Firewind
Puntuación:6
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