Beast In Black se reafirma en España tras petarlo en Barcelona
Se auguraba que la llegada de Beast in Black a la ciudad condal iba a ser un acontecimiento digno de recordarse, y así lo fue para quienes acudieron a la sala Salamandra.
Rozando el sold out, el grupo pudo debutar como cabeza de cartel por todo lo alto, en un recinto que estuvo casi tan entregado como lleno y que sin duda se quedó con ganas de más.
Firewind: una leyenda y un seguro
Firewind tiene un claro protagonista, y ese sin duda Gus G. Ya sea iluminando su guitarra con un truco sencillo pero resultón o simplemente por bordar sus icónicas partes, el guitarrista fue en todo momento el foco y principal motor de un grupo al que sí se notó algo frío en su ejecución en vivo, pese a que ya en su actuación, en la sala no cabía ni un alfiler.
Aunque cortes como “Welcome To The Empire” sonaron bien y tuvieron mucha pegada, si que hubo un notable incremento en el entusiasmo del público al encarar los temas que todo el mundo reconoce del grupo, como así ocurrió con un “Head Up High” que sonó muy temprano en el set y que sin duda logró que hubiera más personas que estuvieran por el concierto. Al final del día, Firewind no son ningunos desconocidos, y si bien las puertas del reconocimiento solo se les han abierto a medias, siguen siendo un conjunto muy querido y respetado, por lo que un recibimiento así no es ninguna sorpresa.
Este respeto y este amor se mostró con especial fuerza en otro tema tan querido como “The Fire and the Fury”, con el que cautivaron a un público que podría haberse jurado que había ido ahí para ellos. Curiosamente, el clímax de su actuación vino de la mano de una versión, y es que interpretaron “Maniac” de Michael Sambello, que funcionó a las mil maravillas con una audiencia que de no gustarle los éxitos ochenteros, muy probablemente no iría a ver a Beast in Black en primer lugar.
Beast In Black: el cielo es el límite
Sin espacio para un alfiler, Beast In Black cayeron sobre Barcelona al ritmo de «Bladerunner», que con su energía entre discotequera y powermetalera, le quitó las telarañas a Salamandra, solo para empalmar con una «Eternal Fire» que la sumió en un mar de saltos. La sala ya estaba caliente, y las ganas de fiesta con las que Papadopoulos salió al escenario no hicieron sino concentrar esa energía en una atmósfera que ya no se apagaría.
Al grupo se le notó muy cómodo en su rol protagónico, ya no solo por su éxito de convocatoria, sino por la resultona producción con la que habían decorado el escenario. Al final el público siempre se queda con estos detalles, que sirven tanto para elevar la propuesta como para mostrar la ambición de una banda en crecimiento, aunque sean solo dos maniquíes en dos tanques de criogenización.
«Die by the Blade» y «Revengeance Machine» mantuvieron las revoluciones por las nubes en una noche con muy pocos momentos tranquilos, pues aún con cortes más melosos como «Unlimited Sin» conseguiron sacudir a todos los presentes con una energía eléctrica y contagiosa. Ya sea por la fórmula breve y directa de su música o por preservar la intensidad en todo momento, el concierto, pese a no contar con pocas canciones, se hizo muy corto, encarnando aquello de que los buenos momentos pasan volando.
Sí que hubo una pequeña bajada cuándo se tocaron temas como «Moonlight Rendezvous» o «Crazy, Mad, Insane», aunque antes de que la actuación se pudiera estancar, «Sweet True Lies» volvió a prender los ánimos con una solvencia absoluta. Por lo contrario, sí que se redujo la intensidad a propósito para interpretar «Oceandeep», la balada más célebre del grupo, pero qué aún así debutaba en directo en esta gira. No es nada fácil incorporar una balada en un setlist tan movido, pero aún así las secciones más melódicas sonaron con algo más de fuerza, adecuando un corte sesgado a la intensidad de un concierto en vivo.
En claro contraste, la cañera «Beast in Black» arrasó para recordar tanto que estábamos en un concierto de metal como que era el tema con el que el grupo ha estado iniciando sus conciertos durante mucho tiempo, funcionando como un poderoso botón de reset que se equilibró con solvencia con el momento más tranquilo.
«Hardcore» y «Born Again» sonaron cumplidoras justo antes de encarar todo un himno como «Blind and Frozen», que provocó una reacción grupal de gritos al unísono que sirvió como el broche perfecto antes de afrontar el falso final del concierto, en el que el grupo se retiró brevemente del escenario. «Cry Out for a Hero» fue la responsable de inaugurar por todo lo alto la ronda de bises, a la que le siguió todo un exitazo de su último trabajo como es «One Night in Tokyo», que en tándem lograron una reacción con una intensidad digna de principios de concierto
Hubo tiempo para un entrañable homenaje de Papadopoulos a Gus G, naturales ambos de Tesalónica, antes de encarar el explosivo final del concierto de la mano de «The End of the World», que supuso un último momento de locura para bordar un final pletóricos.
Ya fuera por la excelente convocatoria o por sus claras inclinaciones hacia mejores y mayores producciones, lo que quedó claro anoche fue que Beast in Black no solo lo tienen todo para crecer como la espuma, sino que están dispuestos a lanzarse a ello. Salamandra ya se les ha quedado pequeña, y aunque al final un grupo con su sonido suele crecer hasta cierto punto, no me extrañaría nada verlos en unos años en Razzmatazz y con un nombre reconocido bajo ellos en el cartel. Su primera gira como cabezas de cartel está siendo un éxito de lo más merecido. Solo falta ver cómo el futuro trata a un grupo que por lo demás dará mucho de lo que hablar.
Texto: Marc Fernández | Fotos: Leandro Alvarado
Promotor:Madness Live!
Día:2023-01-31
Hora:20:00
Sala:Salamandra
Ciudad:Hospitalet de Llobregat
Teloneros:Firewind
Puntuación:8
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.