Bad Religion arranca su gira en España por todo lo alto
Una de las giras más esperadas para los amantes del punk rock arrancó en Barakaldo. Encabezada por Bad Religion, la noche también trajo consigo las actuaciones notables de otras bandas ilustres del género como Suicidal Tendencies, Millencolin y Blowfuse.
Con un género como el punk rock que parece reservado para un nicho de salas y bares y donde el pop y los nuevos géneros urbanos cada vez acaparando el espectro sonoro que llega a las nuevas generaciones, la gira de 40 aniversario de Bad Religión y todo el séquito de bandas que les van a acompañar por grandes recintos, es una muestra de que todo tiene cabida y que el público del rock sigue fiel a sus bandas, pasen los años que pasen. Barakaldo encumbró a Bad Religion como reyes del trono del punk rock con una actuación notable, pero con margen para la mejora, que apostó todo a la ruleta de los clásicos y ganaron.
Blowfuse, divina juventud
Con todavía mucho hueco y mucho espacio por rellenar entre el público, los catalanes Blowfuse fueron los encargados de abrir el cartel, hecho este que no pasó desapercibido para la banda y que aún así sorprendió por el ya tercio de aforo. Salieron puntuales y con intención de aprovechar su hueco en la noche, 30 min en los que su rock acelerado emanó juventud y energía. “Ripping Out” de su disco debut ‘Into The Spiral’ fué buen ejemplo de ello. Poco duró Oscar Puig con su guitarra, y para ‘State Of Denial’ ya se liberó de la carga, dejándole todo el peso de las seis cuerdas a Sergi con la suya propia, y comenzó el recital de saltos y kilómetros sobre las tablas.
Sabedores de su papel en la noche, consiguieron que quienes ya se afanaban en las primeras filas, saltaran y disfrutaran de su propuesta, más cuando Sergi bajó de escenario para interpretar la primera parte de ‘Radioland’ subido a la valla del foso, lo que provocó los primeros pogos.
Millencolin, cumpliendo con su público
De nuevo con puntualidad británica, sería la tónica de la noche, los cuatro suecos arrancaron con ‘SOS’ tema con el que también abren su último disco hasta la fecha, de mismo título. Una gran lona con la portada de éste posaba extendida sobre el fondo del escenario, sobre él, Nikola Sarcevic se mostró pausado y tranquilo. Caso contrario fue el de sus dos escuderos, Mathias Farm y Erik Ohlsson quienes mostraron más actitud.
Millencolin enseguida tiraron del comodín de los clásicos, y ‘Penguins & Polarbears’ arrancó los primeros coros del público y ‘Ray’ continuó la estela. ‘Sense & Sensibility’ aceleró un poco el paso y ‘Fox’ actuó de impulso para no perder el vínculo con la masa que ya empezaba a llenar el recinto. El sonido, al igual que con los catalanes, siguió siendo comedido en cuanto a volumen, puede que debido a la previsión de asistencia para esas franja horaria, pero la caja de Fredrik Larzon tuvo demasiado peso. El resto sonaron en su justa medida, siendo todos ellos reconocibles en sus facetas musicales.
El triple combo de ‘True Brew’, ‘Lozin Must’ y ‘Nothing’ sin apenas descanso entre ellas dió buen ejemplo de las ganas de la banda por no perder el hilo de la noche. El tiempo apremiaba y el setlist iba tocando su fin, ‘No Cigar’ cerró en alto una actuación correcta pero a la que le faltó algo. Puede que los grandes espacios no sea el mejor lugar para disfrutar de Millencolin.
Suicidal Tendencies, empate a puntos con el líder
La expectación por ver a la banda californiana Suicidal Tendencies era casi igual que la de ver a los cabezas de cartel por lo que se palpaba en el ambiente del Bec y por la cantidad de camisetas que se vieron entre el público asistente. Con maestro de ceremonias incluido la banda salió a escena con ‘You Can’t Bring Me Down’ y esa intro sosegada, una calma previa a la tormenta sonora que no cesaría durante los siguientes 50 minutos.
Los decibelios se incrementaron y todo sonó más alto, acorde a un recinto con capacidad para 5000 espectadores y que rozaba ya dicha cifra. Bien es cierto que el bajo del joven Tye Trujillo, que es el bajista de esta gira sin haber sido anunciado previamente, sonó algo por debajo de sus compañeros y sólo sobresalió en momentos puntuales cuando le dejaron espacio sonoro para ello como en ‘Send Me Your Money’.
Todo cuanto se diga de la energía destructiva que desprendieron Suicidal Tendencies en Barakaldo es poco. Nadie, salvo Brandon Pertzborn, permaneció en su ubicación por más de 5 segundos. Ben Weinman se subió a los amplis un par de veces para saltar desde ellos, Tye lanzaba patadas voladoras sin dejar de tocar el bajo, Dean Pleasants gastaba la suela de sus zapatillas por todo el escenario y Mike Muir pareció liderar una clase de body pump.
Pudieron permitirse algún que otro descanso entre temas para coger algo de aire mientras Mike hacía alguna introducción, como cuando anunció ‘War Inside My Head’. Aquí destacaron Dean a las 6 cuerdas , con unos acordes más metaleros, y el doble bombo de Brandon. ‘Subliminal’ les sirvió para preparar el terreno a ‘Possessed To Skate’ y pedir mayor implicación, si cabe, al público que montaba pogos y lanzaba vasos de cerveza por los aires.
Terminaron con ‘I Saw Your Mommy’, ‘Cyco Vision’ y ‘Pledge Your Allegiance’con la que se acabó por desatar la locura dentro y fuera del escenario, alargando el minutaje más allá de la versión de estudio. Nadie quisó acabar la actuación pero los tiempos eran limitados y ajustados, y tras unos segundos de dudas de si volverían o no a salir, las luces de recinto y el hilo musical echaron por tierra las esperanzas de seguir en el huracán sonoro que trajeron Suicidal Tendencies a Barakaldo.
Todo un bolo que sirvió para atesorar el carisma y el estado de forma que mantiene la banda después de una extensa trayectoria, empezando por su líder Mike y siguiendo por la nueva generación de músicos que les acompañan. Si a los suecos les quedó algo grande el recinto, a los californianos les pasó todo lo contrario.
Bad Religion, solvencia sin artificios
Era la fiesta de cumpleaños de la banda más importante del punk rock y todos los invitados estaban ya en sus puestos, ansiosos por disfrutar de una celebración con 2 años de retraso por la pandemia. 40 años de actividad y movimiento underground que ha conquistado a toda una legión que abarca varias generaciones. En todos estos años, la extensa discografía de Bad Religion ha dado para muchos himnos, los cuales sonaron casi todos en la noche de Barakaldo.
De nuevo la puntualidad como asistente principal de la noche, y ‘Generator’ como primer con un sonido que mantenía el volumen de Suicidal Tendencies pero que no fue el mejor para los de Greg Graffin, pues su voz en ocasiones se perdía entre tanta guitarra.
Los temas de punk rock se caracterizan por ser cortos y directos, un pase raso al pie, que juega a favor de los setlist extensos. En 1 hora y 20 minutos de actuación, bis incluído, interpretaron 26 temas, con buena parte del repertorio centrado en su primera época, que va desde ‘88 al ‘93. Así, sus discos “Recipe Of Hate” y “No Control” fueron los que más cortes aportaron.
Agradecido por la acogida después de la larga espera, Greg arrancó ‘New Dark Ages’ y el karaoke del público se puso en marcha, tónica esta que se repetiría sin cesar. Caras de felicidad entre el público, brazos en alto y saltos como muestras de satisfacción por lo sucedido. Mike Dimkich salió a escena elegantemente trajeado y con pañuelo al cuello que no se quitó. Su escudero al otro lado del escenario, Brian Baker mostró otro porte algo más desenfadado. Ambos clavaron sus ejecuciones y se compenetran perfectamente. Jay Bentley al bajo pudo disfrutar de mayor libertad y de menos peso en la mayoría de los temas.
‘Man With A Mission’ rebajó un poco la intensidad, con algo más de melodías, y ‘Los Angeles Is Burning’ dió frescura con su toque más desenfadado y la campana del ride de la batería.. En ‘Suffer’ la voz de Greg se apreció algo más clara, ‘Come Join Us’ y ‘Fuck You’ sonaron grandilocuentes con los coros del público.
El lado más punk de la banda salió a relucir con ‘We Are Only Gonna Die’ y ‘Do What You Want’ con la batería marcando un ritmo constante y machacón. Momento este del bolo con cero concesiones a las florituras o gestos sonoros superfluos. ‘Slumber’ dió un respiro a las muñecas de Brian y Mike, que pronto volvieron a rasgar las cuerdas con velocidad en ‘Anesthesia’.
Todo durante la actuación fue bastante rodado, como una máquina con el piloto automático puesto. La banda aterrizó en Bilbao días antes y pudieron ensayar y hacer pruebas el día antes en el propio recinto, gesto que muestra un alto grado de profesionalidad de una banda que atesora bastantes horas de ensayos y directos.
La recta final se produjo pasada la hora de concierto. No es que mostrasen signos de cansancio, pero la exigencia del ritmo de sus canciones produce bastante desgaste y nunca se exceden más allá de la hora y media. ‘Infected’ de su disco “Stranger Than Fiction” sonó alegre y vivaracha, mientras que ‘Sorrow’ tiró de introspección. Antes del bis, el público identificó rápido y veloz los acordes de ‘21st Century (Digital Boy)’.
‘American Jesus’ fué, según palabras del propio Greg, la canción que todos estaban esperando, y no pareció equivocarse vista la reacción del público que enloqueció con los acordes de guitarra. Para cerrar, los buenos de Bad Religion retrocedieron hasta el ‘82 para adentrarse en su disco “How Could Hell Be Any Worse?’ para rescatar ‘Fuck Armageddon…This Is Hell’ y poner así la guinda al pastel que aguardó dos años en la nevera, pero que no perdió su dulzor.
Texto y fotos: Dave Blanco
Promotor:HFMN Crew
Día:2022-05-13
Hora:19:00
Sala:Cubec! BEC!
Ciudad:Barakaldo
Teloneros:Suicidal Tendencies, Millencolin, Blowfuse
Puntuación:8
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